viernes, septiembre 15, 2023

ChatGPT

r.
La inteligencia artificial
cada día es más humana,
presenta alucinaciones:
datos falsos como si fueran 
verdaderos y coherentes,
forman parte de su encantadora
y asombrosa magia: mentir
Rolando Gabrielli2023

jueves, septiembre 14, 2023

En la huella dejas

En la huella dejas

el silencio,

lo que en el tiempo

queda,

un camino que abres 

 y la huella 

deja.

Rolando Gabrielli2023

miércoles, septiembre 13, 2023

La muerte está de luto

 

La muerte está de luto,

Chile llora sus víctimas,

cincuenta años después

mis brazos abrazan el mar,

la cordillera, el desierto de Atacama.

Se inicia la ceremonia del silencio,

digo, pidan perdón,

en unos días va a comenzar

la primavera de Chile,

digan dónde están.

Rolando Gabrielli2023

lunes, septiembre 11, 2023

La historia comenzó antes del 11 de septiembre de 1973

 

Lo que ocurrió hace 50 años y sorprendió al mundo y no debemos olvidar, sucedió un 4 de septiembre de 1973, un tenaz luchador social llamado Salvador Allende, quien había optado por tercera vez a la presidencia de Chile, había ganado la justa electoral con un 36.2 por ciento, esa reñida e histórica elección presidencial. Ese día salimos a celebrar el triunfo, como miles de chilenos, con  el poeta Waldo Rojas y su esposa, frente al balcón histórico de la sede de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH). Allende, sonriente, sereno, firme, habló del triunfo, su significado para el pueblo, agradeció a los chilenos y se iniciaba un gobierno diferente: el pueblo entraría a La Moneda, a la casa  de gobierno.

Allende era un experimentado político el 73, había sido ministro, senador por un vasto período, primer socialista presidente de un Senado democrático y lo que la oposición parecía desconocer, un artífice del tejido político del más grande frente social y político construido en Chile.

Asumía como el primer presidente  socialista del mundo electo por el voto popular de manera democrática y anunciaba  la puesta en marcha de un proyecto único al estilo chileno con empanadas y vino tinto. Fue la conmoción más grande experimentada por el espectro político de la derecha y democracia cristiana en ese entonces, y de Estados Unidos, que juntos intentaron impedir su ascenso al poder y le costaría la vida al Comandante en Jefe del Ejército de Chile, General René Schneider. Chile entero se estremeció y Allende mantuvo firme su pulso ante la conjura, la campaña del terror, toda suerte de obstáculos y burdas engañifas de políticos golpistas que se hacían pasar por democráticos.

Allende gobernó Chile mil días y desde antes que asumiera sufrió el boicot de las clases dominantes y Estados Unidos, campañas de terror publicitario, político, económico y desprestigio incesante, como autoatentados y todo tipo de maniobras antidemocráticas. En el frontis de la Universidad Católica de Chile colgó un eslogan para la historia, que reflejaba  la dimensión de lo que estaba ocurriendo: Chileno, El Mercurio miente. Ese estigma quedaría forjado en la piel de caimán de ese periódico y su cadena de diarios golpistas, antidemocráticos y precursores de las fakes news.

La oposición no dejó gobernar a Allende y ello aumentó las contradicciones internas de los partidos políticos que le apoyaban y polarizó al extremo el país con una campaña de desabastecimiento de alimentos básicos dirigida por los empresarios. El experimento, laboratorio Chile, el llamado socialismo democrático, la vía chilena, no era aceptado por el poder económico y la derecha antidemocrática. Otras explicaciones escapan de la historia, se había nacionalizado el cobre con  apoyo de todas las fuerzas políticas, y  logrado que la mayor riqueza de Chile fuera el sueldo de los chilenos. Un gran paso en medio de las continuas confrontaciones y pugnas políticas, aunque el presidente se mantenía dentro del marco democrático y todo intento, de seguir con el cuento, que iba hacia una dictadura, se hace sal y agua después de 50 años.

A 100 metros de La Moneda los periódicos insultaban al Presidente Allende y nunca se restringió la libertad de prensa, expresión, ni se agredió a periodistas por parte del oficialismo. Chile era estudiado como un fenómeno pluralista en lo político, social, económico, por gobiernos extranjeros, intelectuales, artistas, y todo interesado en un proyecto inédito a nivel mundial, absolutamente democrático. En los mil días del gobierno, la derecha y su aliado del norte se inventaron las mil y una historia, incluidos asesinatos para hacer fracasar el gobierno, hacer chillar la economía como había amenazado y dado la orden Nixon. Todo esto ya es historia conocida públicamente y forma parte de un arsenal de arbitrariedades bien montada durante los mil días que culminaron con el Golpe de Estado cívico-militar. 

Allende fue un presidente democrático, honesto, identificado con Chile, su pueblo, la clase trabajadora, luchó toda su vida por un Chile más próspero, con mayor acceso a la educación, salud, vivienda, cultura y se propuso un proyecto inédito desde el pluralismo y la democracia. Un político verdaderamente honesto, nunca lucró para sí mismo, un ejemplo, tantos años en la política y brilló por su ética, ni los militares pudieron manchar su historial, por eso su figura trasciende las fronteras chilenas. No hay discusión al respecto. ¿Quién puede decir lo mismo, demostrar ante la historia una postura como la de este legendario político? Lo vi tres veces en mi vida. La primera cuando visitó el hospital San Borja para ver a su secretario que estaba internado. Recuerdo que saludó de beso a una tía mía, la más bonita de todo el grupo. Yo estaba visitando a mi mamá hospitalizada. Ya era presidente. Pero la primera fue en Ñuñoa, habíamos 100 personas, era candidato, venía impecable con un abrigo tipo Humprhy Bogart. Igual habló ante ese pequeño grupo. Y la segunda en el balcón de la FECH, el día del triunfo.

Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención es el odio que le tenía la derecha, décadas antes de ser presidente, ya El Mercurio lo atacaba periódicamente, era su objetivo identificado. Fuimos muy inocentes en ese entonces, el fascismo estaba en las calles, convivíamos con él, mil días después lo comprobaríamos en vivo y en directo. Recuerdo al General Gustavo Leigh en la televisión que llamaba a: “extirpar el cáncer marxista”. Dicen los estudiosos que fue adoctrinado en la Escuela de las Américas de Panamá y Estados Unidos. Había un Chile subterráneo con una conocida historia de matanzas de obreras, campos de reclusión inhóspitos, que volvería a aflorar el 73 con una mayor vehemencia, salvajismo, masividad, intolerancia, brutalidad, que superaría aquellos días de la Matanza de Santa María de Iquique.

El gobierno de Allende abrió de par en par las puertas a la cultura y su logro más puntual fue fundar la Editorial Quimantú, que significa sol del saber en idioma mapudungún, y que en 21 meses de existencia, editó más de 250 títulos  con 20 mil y 50 mil ejemplares, para un gran total de más de 10 millones de ejemplares. Publicaba revistas culturales, clásicos universales, chilenos, escritores vivos. Chile en ese entonces tenía unos 10 millones de habitantes. Libros al alcance de todos, valían como una cajetilla de cigarrillos y podías leer Crimen y castigo en cualquier plaza pública o lugar. Se respiraban ideas, proyectos, sobre todo, sueños y un mejor futuro. Había entusiasmo en la juventud universitaria comprometida con los cambios, una ola crecía en el horizonte y arrastraba con optimismo a cada uno de nosotros.

El régimen militar desde sus primeros días quemó libros en las calles, guillotinó millares de libros de Quimantú, nos hizo acordar las hordas hitlerianas frente a las fogatas de libros. Su similitud no sólo era en las vestimentas, sino en la filosofía de vida, su enfoque político y trato con los opositores. Hay demasiadas historias al respecto, anécdotas, pero los atentados contra los derechos humanos, la educación, salud, la cultura, no tuvieron límite. Borraron de la mente de los chilenos el espacio público, en cada esquina policías, militares, civiles, vigilando, espiando, atropellando a las personas. Así ocurrió en la Alemania nazi, la gente no podía desplazarse en las noches por las calles sin ser detenidas. Junto con el apagón cultural, desapareció la vida nocturna, y gran parte de la intelectualidad y artistas se exiliaron, la diáspora se dispersó por el mundo.

La historia política de un país puede ser una pesadilla, tal como ocurrió en el Chile de Pinochet y los Chicagos boys, los terroristas del shock económico y expertos en recetas  donde la mano oculta del mercado vendría a equilibrar la economía. Todos y cada uno de los experimentos llevaron a crear una desigualdad pavorosa que aún se mantiene en Chile y que junto con la represión social, completaron un cuadro clínico. Se incubaron tantas miserias. Sin embargo, más allá de estos hechos, conflictos, divisiones  entre chilenos, debiera sacarse una lección y reflexionar, aún en medio de las diferencias, buscar la justicia para aquellos que aún permanecen en el limbo y una reconciliación verdadera. Avanzar como sociedad, mejorar las condiciones de salud, educación, laborales de los chilenos aún postergados. Nadie es dueño de la verdad absoluta, no existe, pero existe una agenda social y económica sobre la cual se puede y debiera trabajar. Un Chile mejor es posible y necesario. Chile sabe que hay una herida profunda y que se debe sanar. Ningún cuerpo enfermo puede alcanzar el bienestar. Es hora de abandonar los viejos postulados que llevaron al enfrentamiento a la sociedad. Los desmedidos apetitos económicos de una clase dominante históricamente, solo traen resquemor, desconfianza en el pueblo. Es hora de un mensaje que lleve al país a acuerdos sustanciales y duraderos, y a suscribir una Constitución realmente republicana donde se respete los derechos de todos los chilenos. Chile merece disfrutar un mejor presente y un futuro lleno de esperanza. Chile debe salir fortalecido en esta fecha y aunar esfuerzos para resolver los grandes desafíos del presente siglo. Las divisiones estériles debilitan los cimientos de una nación.

domingo, septiembre 10, 2023

CHILE. 1973-2023, MEMORIA VIVA

 CHILE, 1973-2023, MEMORIA VIVA

Lily Marleen lo viene a ver

Lily Marleen lo viene a ver,

mi General, está en la  puerta

de su gran cuartel.

Trae una luz para un iluminado

como usted, Capitán General.

Usted brilla en su oscuridad,

es el Tata, el Gran Taimado,

el dueño del fundo,

ni una hoja se mueve

sin que usted no lo sepa,

mi General, usted es la ley.

Lily Marleen lo viene a ver,

ha dejado una linterna

frente al cuartel,

Chile permanece en la oscuridad.

Medio siglo después, 50 años, pienso que es un tiempo suficiente para reconocer que los costos de un Golpe de Estado, con un masivo irrespeto de los derechos humanos: ejecuciones, desapariciones, exilio y torturas, son muy altos, inaceptables e innecesarios para cualquier sociedad civilizada. A miles de kilómetros de distancia del lugar de los hechos, de un país llamado Chile, en el confín de las Américas, un ejército convirtió en rehén, despojó de sus derechos civiles a su propio pueblo y este hecho, no lo puedo explicar de otra manera, así ocurrió. Fue un 11 de septiembre de 1973, faltaban días para la primavera, en el azar de la historia vi pasar el Fiat presidencial por Vicuña Mackena, camino a La Moneda, la casa de gobierno que devoraría en parte un bombardeo de la Fuerza Aérea de Chile y cuyo frontis recibiría numerosos impactos de grueso calibre. Allí, moriría el Presidente de la República de Chile, Salvador Allende, inmolado, defendiendo el estado de derecho, la democracia y la vida republicana. Todo lo demás, a partir de ese hecho, cubriría de terror a la ex República de Chile.

La Marina se había levantado en sedición en horas tempranas en Valparaíso y más tarde se sumarían las restantes fuerzas militares y policiales, con un saldo de muertos, detenidos y torturados en las propias filas castrenses por sus compañeros de armas. La historia ha recogido en numerosos volúmenes, páginas, discursos, películas, pinturas, poemas, estos años vergonzosos para la historia de Chile y su democracia. El país viajaría por 17 años en un largo túnel sin salida, que llevó al poeta chileno Enrique Lihn, desde su intra exilio, a calificar ese período y el país como “El Horroroso Chile”, un verso que cuelga de la larga y angosta lápida de tierra chilena.

Un dato que puede conmover al más distraído, desmemoriado, indolente ciudadano, ese que carece de memoria sobre los hechos ocurridos, se puede comprobar en Google: “el Estado chileno habilitó 1.138 centros de detención, campos de concentración y tortura, a lo largo y ancho del país, algunos clandestinos, conocidos años después, centros deportivos, oficinas salitreras, instalaciones de las Fuerzas Armadas y Carabineros, islas, iglesias, clínicas, cuarteles de bombero, buque Escuela Esmeralda, cárceles, Club de Tenis de Llo Lleo, Liceos, Universidades, Hospitales, Liceo Alemán del Verbo Divino” etc. Rendían un homenaje, sin proponérselo, de manera cruel, a un libro icónico de Chile, escrito por Benjamín Subercaseaux: “Chile o una loca geografía”.

Era un paisaje dentro del paisaje/el terror se enseñaba en las escuelas/la maestría pavorosa de la maldad/con absoluta impunidad/la muerte bailaba en el Patio de los callados.

Una frase del dictador resumiría los principios de una pavorosa tiranía: No se mueve una hoja en el país sin que yo no lo sepa. Chat GPT traduce esta expresión que emanara del pensamiento inédito del Capitán General, Augusto José Ramón Pinochet Ugarte.  La frase "ni una hoja se mueve en el país sin que yo no lo sepa" es una expresión que enfatiza el control o el conocimiento absoluto de alguien sobre lo que sucede en un lugar. Esta expresión subraya la idea de estar al tanto de cualquier acontecimiento, por pequeño que sea. Es una forma de afirmar el poder o la vigilancia completa sobre una situación o lugar. 

Es la respuesta que nos da hoy la Inteligencia Artificial, Chat GPT y no se equivoca, porque durante 17 largos años la dictadura de Pinochet practicó el genocidio en su grado máximo, para no entrar en más detalles.  Pinochet se hizo a la medida una Constitución Política, marzo de 1981 y el 88, acosado por el pueblo, llamó a un plebiscito, que perdió.  Continuó como Camandante del ejército hasta que asumió como Senador vitalicio por arte y magia de la impunidad, y viajó a Londres por problemas de salud y cerrar unos negocios. En la capital anglosajona, un juez español, Baltazar Garzón, logró detenerlo, apoyado por Scotland Yard, e iniciar un juicio por genocidio, en la capital británica, que no culminaría exitosamente, pero deterioraría la imagen del todo poderoso dictador, transformándolo en “El Paciente Inglés” por 503 días, luego de abandonar la London Clinic  y refugiarse en una mansión, donde esperaría el juicio que logró evadir finalmente. El Paciente inglés llegó a Chile, enfrentaría nuevos cargos, pero fue declarado con “demencia senil”. La historia pasó de largo por el cuerpo del delito y llegamos a esta conmemoración, aniversario emblemático de la tragedia de la democracia chilena, que al parecer nunca encontró su verdadero lugar. Es una fecha luctuosa, murió el presidente Salvador Allende, más de tres mil chilenos, muchos desaparecidos aún, decenas de miles exiliados, torturados, artistas asesinados, Generales constitucionalistas, sacerdotes, obreros, campesinos, estudiantes, periodistas, médicos, y aún no se reconoce el asesinato de Pablo Neruda. La muerte se transformó en el más largo paréntesis en y de la historia Chile.

DEL ABYECTO, NEGRO Epilogar de Chile

El golpe cívico militar del 11 de septiembre de 1973 que depuso el gobierno del Presidente Salvador Allende, electo democráticamente, se inició cuando fue elegido por el voto popular, y los preparativos fueron inclusive antes de su elección, para impedir que de alguna manera llegara a la presidencia. Hubo una campaña previa del terror por  todos los medios de información manejados por poderosos grupos empresariales, había financiamiento del exterior. Tal era el temor  de quienes  detentaron el poder por más de 160 años, que asesinaron al Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, General René Schneider, para crear un conflicto entre el presidente Allende y las Fuerzas Armadas. A partir de ahí, no lo dejaron gobernar en paz hasta el bombardeo de La Moneda y la Casa de los Presidentes, donde se encontraba su familia. La lista de atropellos y crímenes es tan larga  como la geografía de Chile. Los preparativos, intentos del golpe duraron más que los mil días de su gobierno. La historia debe acudir a los antecedentes y hechos para formarse una opinión lo más próxima a la realidad. Todo lo escrito aquí no es novedad, lo conocen los que vivieron y murieron  en el golpe. Una de las escenas  más inverosímiles, de las tantas que ocurrieron en esos años, la relata el novelista y poeta chileno, Roberto Bolaño en Nocturno de Chile. Dice Bolaño que mientras se reunían escritores chilenos en casa de  la escritora Mariana  Callejas, en el sótano se torturaba a opositores al régimen castrense. Supe de dos conspicuos escritores, ya fallecidos, estuvieron en los salones literarios del terror, cuyos nombres omitiré, -un novelista y un famoso poeta-, y que desconocían probablemente que era una casa de tortura y formaban parte de un sainete. La dueña de casa pertenecía a los servicios de seguridad del Estado y su marido, norteamericano, participó en los crímenes de Orlando Letelier en Washington y el General Carlos Prats y señora, en Buenos Aires. El terror sabía que se vivían días de terror y no se espantaba. Fue un período para lanzarlo al basurero de la historia, pero aquí hemos recogido algunos trazos de esos momentos oscuros. Chile no debe olvidar esta tragedia. Incluyo algunos poemas que quizás expresen mejor mis sentimientos.

Lily Marlenne es la más famosa canción de la segunda guerra mundial, compuesta sobre un poema del soldado alemán Hans Leip, dedicada a su novia, que se convirtió en himno también en las tropas aliadas y que Pinochet tenía entre sus favoritas.

 LAS NOTICIAS LLEGABAN

Las noticias llegaban

por el correo de la muerte:

los torturados salieron

a tomar sol al patio

para volver a la parrilla

y al submarino.

Los desaparecidos,

se fueron de viaje,

informaba la dictadura,

como si la vida fuera

un chiste de ocasión.

En la lista de torturados,

la muerte hacía antesala

y se afilaba los dientes,

en el lugar menos pensado.

El país colgaba de norte a sur

como un hilo negro oscuro, oscuro.

Una voz en las gradas de los estadios,

cantaba solitaria, quizás murmuraba:

sus lápidas cantarán a la vida,

aunque todos seamos polvo,

volverán para ser libres.

           2

No hay más nada que comentar,

el mundo sigue girando

en el mismo lugar,

pero la vida ya no será

como antes nunca más.

          3

El pasado no tiene desperdicio,

es historia de lo ocurrido,

el presente está a punto

de nacer, brotar.

El futuro es el ojo

de un búho,

por descifrar

        4

La memoria está de duelo,

se acerca la horrible fecha,

a días de la triste primavera,

éramos tan jóvenes,

felices a nuestra manera

y nuestro pequeño mundo

se hizo sal y agua.

 

En Blanco y negro

En blanco y negro,

arde La Moneda,

llamas, humo negro,

solo arde,

se respira aire negro,

grandes columnas de humo,

iluminan un cielo negro

pasado el mediodía,

la ciudad gris al negro luto,

una postal del negro porvenir de Chile.

Es el oscuro 11 de septiembre de 1973,

una fecha negra para la negra historia de Chile.

Memoria, Memoria

Allende se abraza a la bandera,

se despide de Chile,

son sus últimas palabras

y asciende en llamas

arriba del mar y la cordillera,

tras el bombardeo de La Moneda

por la FACHista Fuerza Aérea de Chile.

Entran los tanques del Ejército de Chile

a aplastar los cadáveres y aplanar los escombros.

Vendrá la reconstrucción de Chile,

mientras la Marina lanza al mar

a los prisioneros políticos, desaparecidos

y Carabineros, la Fuerza del Orden,

asalta las casas buscando enemigos

del régimen que se está instalando

a sangre y fuego a lo largo y ancho

de la tenebrosa noche de Chile,

bajo una nube de espanto y horror.

Chile, descansa en paz.

11 de septiembre de 1973

Un dos tres momia...

Chile cae al abismo.

Amnesia

Amnesia,

la verdad

no olvida.

La Página en blanco

La página en blanco

no permanece en silencio,

ni es ajena a lo que podría

suceder en cualquier momento,

trabaja  en secreto,

desde adentro

y nos impulsa a expresarnos,

no es indiferente

ante nuestros ojos. 

El arte de la memoria

El pasado no ha dejado de estar presente

y mirar el futuro también es cosa del presente

que fue pasado alguna vez.

Llega el tiempo por venir y sucederá

casi imperceptiblemente y lo veremos pasar

a través de la ventanilla de un tren,

son estaciones quizás donde no nos detuvimos

y el viento arrastra algo de la nostalgia que nos queda.

Cincuenta años después intento pensar en nada,

vaciar la memoria, convertirla inútilmente en cenizas,

pero los desaparecidos están a la puerta de mi casa,

traen las nuevas banderas del futuro.

No hay olvido, chileno

El arte de la memoria,

te recuerda, chileno,

no hay olvido, ni sombras

que recobren la luz. 

La sombra

La sombra

aún  persiste y resiste,

viva, más allá

de la oscuridad.

Ha pasado medio siglo,

aparece y desaparece,

está presente,

sigue viva

en la patología

de su eterna oscuridad.

Los fantasmas me visitan

 Los fantasmas me visitan,

vienen con rango de capitán,

a hacer justicia,

están aquí para ser vistos,

escucho: pelotón, formar

apunten para el cielo

que aquí no muere nadie más

(solo vuelan palomas)

hasta que encontremos

 el último  desaparecido,

por tierra, desierto, mar, abismos,

cordillera, altas nieves.

Que fueron 3 mil o más,

que vuelvan a casa materna,

al corazón herido de la patria,

ni un día, horas, segundo más.

Me cuesta creer 

que aquí no ha pasado nada,

borrón y cuenta nueva,

¿No escuchan los gritos?

vienen del más allá

y se fueron del más acá,

no por su propio gusto.

Andan de viaje, dijo  el tirano,

un sarcasmo, una humillación más.

Ya se acercan a nacer,

vienen bajo tierra, bajo el mar,

de lugares aún desconocidos

a estar donde nunca

debieron haber desaparecido.

El último viaje

Allende cruza Vicuña Mackena,

dobla a la izquierda de Plaza Italia,

un Fiat azul avanza hacia La Moneda,

le acompañan otros automóviles,

uno va artillado,

es el fatídico 11 de septiembre de 1973,

su destino está marcado y él no lo ignora,

la historia pertenece a los pueblos

y a los líderes que asumen la historia.

Llega a La Moneda,

sabe que la marina se  ha sublevado

y en dominó caen los mandos constitucionalistas

de las Fuerzas Armadas y Carabineros.

No ignora que viene un baño de sangre

y llama al pueblo a no dejarse matar 

por los golpistas que habían jurado

respetar y defender la Constitución de Chile.

La República se hace pedazos,

Allende paga con su vida el compromiso

asumido con el pueblo.

Rolando Gabrielli2023