Ahì està el griego, entre libros, retrato de artistas y autores famosos, con dos banderas que no le pertenecen, como en un ùltimo naufragio con su Librerìa Argosy, a cuestas, cargando con las palabras, desde hace algunas dècadas, en la cèntrica Avenida Argentina del barrio El Cangrejo, en ciudad de Panamà. Inmutable, siempre me recomienda la lectura de Kavafis, como si el magnìfico griego descendiera de su fotografìa y nos hablara de su temporada en Egipto. Llueve y la ciudad no es de pocas làgrimas, pero el griego Gerasimo "Jerry" Kanelòpulus, pareciera ignorar el tiempo, el paso de la historia, y todo està hùmedo en ciudad de Panamà.
El tiempo no se detiene dos veces en un mismo sitio/ y las imàgenes vivieron su vida/ juegan quizàs con el pasado/El desvencijado tobogàn de la historia/pasa revista en alguna esquina/No hay màs poesìa en las palabras/que las mismas palabras usadas/Nadie podrìa decirme que no estuve aquì/en el lugar antes de nacer/o en ningùn otro que pudiera superar/la fecha que no encuentro/la hora y el sitio que estremece las pàginas/de un autor desconocido./Nada es màs preciso a veces/ que la mano circular sobre la piel de un esclavo/Es la tinta milenaria de un cuerpo/la grasa y el sudor de un continente negro/Es aquì donde el pasado pareciera ignorarme/Sostengo que no hay peor cuña que la de un mismo palo/jalo de mi sombra y bajo el telòn/La perfomance no es mi estilo/de vida, ni de muerte. R.G.
Jerry se nos cayò al Istmo desde Atenas, y de tan lejos venir, se nos quedò en estas cuatro paredes. Grecia era muy antigua, los filòsofos ya no estaban y los griegos ya no corren la Maratòn como en los tiempos de Pheidippides. La cicuta que probò Sòcrates, aùn nos responde: Conòcete a ti mismo. Si ese ejercicio se hiciera, como lo planteò el filòsofo hace 23 siglos, nos ahorrarìamos uno que otro error, màs de alguna injusticia y ciertas equivocaciones en el manejo no sòlo de nuestras vidas, sino de los demàs. Tantas personas que han pasado a la historia, por la historia, sobre la historia, dentro de la historia, que han hecho historia, que la misma piedra nos mira y sonrìe.
La Librerìa Argosy, como todas las librerìas en Panamà, fueron los ùnicos locales que las turbas no saquearon durante la Invasiòn de Estados Unidos a Panamà. en 1989. El màs extraordinario jamàs visto por la propiedad privada y los libros, como mitos sagrados del hombre moderno: intocables, simplemente. Jerry se sintiò satisfecho de ese acto y salvò su patrimonio de libros en español, francès e inglès.
Con sorpresa vi en su mesòn principal, en mi ùltima visita unos libros en inglès de Roberto Bolaño, y veo que escuchò mis ruegos, aunque los trajo en lengua franca. Los habìa vendido casi todos, rescate una ediciòn bilingue delos Perros romànticos: The Romantic Dogs.
Por esta librerìa, la de Jerry, han entrado no sòlo libros para ocupar los estantes, caer en las manos de lectores que vienen de lejos o son de casa, sino algunos personajes, como Graham Green, Margot Fontaine, Mario Vargas Llosa, Ernesto Cardenal y otros que pueden ser descubiertos en las paredes con asombro de permanecer aùn en este paìs de trànsito. James Joyce, Allen Ginsberg, James Dean, Cavafis, Ernesto Cardenal , Hemingway, Laurel y Hardy, John Steinbeck, uno de los favoritos de Jerry, y muchos màs, como Humprhy Bogart, aquellos que estuvieron al Este del Paraìso o se llevaron el viento, permanecen allì mudos en el tròpico, a pesar de sus grandes historias, hazañas en el papel o en el celuloide. La vida estampada en un libro o en la gran pantalla. Que màs da.
Rolando Gabrielli©2009