Amigos, amigas internautas, se despide el 2013 como un caballo desbocado sin más tiempo que el ya cumplido. En el vertiginoso zumbido del viento, pasan los restos como excedentes del mercado y un calendario vencido, recibirá uno jubiloso, lleno de nuevos días, semanas y meses. Que los bancos o los contadores públicos autorizados o no, hagan sus acostumbrados balances, recojan en sus falsos monederos las esperanzas, migajas del cadáver exquisito del mundo. El mundo y la naturaleza resisten, ocupan y demandan su propio espacio, hacen su balance naturalmente.
Pasa un bípedo y dibuja un grafiti en la pared: Hoy es lunes, mañana me voy a Marte. Pasa una bípeda y se detiene bajo la leyenda y escribe: ¿Nos vamos a producir marcianitos? No se deja esperar un tercer bípedo y después de leer: dibuja una casita, un perro, unos niños con cara de marcianos. Al rato, un cuarto bípedo se para frente al muro, se rasca la cabeza, parece estar pensando y por fin agrega un jardín al cuadro, siembra con su pintura unos árboles, pinta un cielo azul, un río, añade un sol y firma con su huella del dedo pulgar. Abajo escribe: Yo me quedo.
Pensemos que un mundo mejor es posible, soñemos aquí con los pies puestos en la Tierra por un planeta en paz.
