sábado, julio 09, 2011

ASESINAN A FACUNDO CABRAL EN GUATEMALA

NO SOY DE AQUÍ, NI SOY DE ALLÀ
Facundo Cabral 
Me gusta el sol, Alicia y las palomas,
el buen cigarro y la guitarra española,¡
saltar paredes y abrir las ventanas
y cuando llora una mujer.
No soy de aquí ni soy de allá
no tengo edad ni porvenir
y ser feliz es mi color de identidad.
Me gusta el vino tanto como las flores
y los conejos y los viejos pastores
el pan casero y la voz de Dolores
y el mar mojándome los pies.
No soy de aquí ni soy de allá
no tengo edad ni porvenir
y ser feliz es mi color de identidad.
Me gusta estar tirado siempre en la arena
o  en bicicleta perseguir a Manuela
o todo el tiempo para ver las estrellas
con la María en el trigal.
No soy de aquí ni soy de allá
no tengo edad ni porvenir
y ser feliz es mi color de identidad.





Canción a la muerte perra

Perros de una misma perrera,
así dejan la muerte tirada
sin dueño creen,  perros asesinos
que la voz de Facundo Cabral
no seguirá cantando
Asesinos, asesinos,
no muere  la voz,
ni las palabras
Perros de una misma perrera,
jauría de dientes dorados
dispararon a la eterna,
creen la van a matar.
Odio la muerte asesina,
que mató por matar
a Facundo Cabral
Asesinos, asesinos,
no  muere la voz
ni las palabras
Perros de una misma perrera,
muerden la luz, babean,
el amanecer, un nuevo día,
rabiosos, rabiosos
Asesinos, asesinos,
no  muere la voz
ni las palabra
s
Rolando Gabrielli©2011

Si tienes que cuidarla mucho, no es tu mujer...Facundo Cabral

Hay hombres que han inventado el odio, bautizan la muerte con sus cruces negras, ratas locas le huyen a la vida. ¿Nacieron para matar las sombras de sus propios miedos? La palabra cerdos se me repite mil veces y que me perdonen los verdaderos animales. Esta madrugada fue acribillado Facundo Cabral cuando se dirigía al aeropuerto La Aurora de Guatemala, luego de dos concurridas presentaciones en ese país centroamericano. Tres   balas le  impactaron, una mortal en la cabeza del cantautor argentino, un juglar  que  cantaba a lo humano y divino, dialogaba con su vida y la del mundo, sin intermediarios más que las palabras. Su voz grave, austral, se apoderaba de los escenarios y de quienes algunas vez lo vimos como simples espectadores de una vida profundamente humana. Cada espectador era un silencioso cómplice del monólogo gigante de Facundo Cabral.
 El gobierno guatemalteco ha dicho que las balas tenían como destino al empresario nicaraguense Henry Fariña, quien  conducìa el automóvil, fue el organizador de los conciertos y resultó gravemente herido.
Fue una decisión de última hora, la de Cabral, aceptar que Fariña le llevara al aeropuerto con rumbo a Nicaragua, ya que pensaba irse en el bus del hotel, donde se alojaba en Guatemala.
Fue una emboscada de tres vehículos cuyos  asesinos  utilizaron armas de guerra. Así moría este Mensajero de la Paz, como lo había declarado la UNICEF en 1996.
Nacido en la extrema pobreza y con su humildad a cuestas, Cabral siempre remontó a favor de la vida como un cuento diario, sólo a vivir, y ya una vez convertido en juglar de las cosas profundamente simples, se inspiró en otras leyendas, como Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra y  Chabuca Granda, hasta llegar a ser Facundo Cabral.
Más allá del más allá
está todo por comprobar,
pero tu vida Facundo Cabral
está del lado de acà,
del corazón irredento de América
No parte el que siempre estuvo
del lado invisible de la vida,
cada cosa en su lugar,
cada lugar es preciso
para un inmortal. (RG)

lunes, julio 04, 2011

Estética, política y el posible territorio de la ficción en 2666 de Roberto Bolaño

Estética, política y el posible territorio de la ficción en 2666 de
Roberto Bolaño

Ángeles Donoso Macaya
Revista Hispánica Moderna, Volume 62, Number 2, December
2009, pp. 125-142 (Article)
Published by University of Pennsylvania Press
DOI: 10.1353/rhm.0.0023
For additional information about this article
Washington University in Saint Louis

La ùnica experiencia necesaria para escribir es la experiencia
del fenómeno estético. Pero no me refiero a una cierta educación
más o menos correcta, sino a un compromiso o, mejor dicho,
a una apuesta, en donde el artista pone sobre la mesa su vida,
sabiendo de antemano, además, que va a salir derrotado.
Esto último es importante: saber que vas a perder.
(Roberto Bolaño)

‘‘Posible’’
La figuración de un posible
no como contrario de imposible
ni como relativo a probable
ni como subordinado a verosıímil)
El posible es solamente
un ‘‘mordiente’’  fıísico (género vitriolo)
que hace arder toda estética o calística.
(Marcel Duchamp)



La exposición y la reflexión sobre las variadas formas del mal, el terror y la violencia han sido una constante en la obra literaria del escritor Roberto Bolaño, por lo que no sorprende que estos términos—mal, violencia y horror—hayan sido frecuentemente utilizados por la crı´tica para definir o describir su obra.  Por lo mismo, podría parecer repetitivo plantear la idea de que en 2666. En los últimos años, la críica sobre Roberto Bolaño y su obra ha aumentado de manera considerable, tanto en Chile como en el extranjero. A las ya conocidas compilaciones de Manzoni (Argentina, 2002) y Espinosa (Chile, 2003), se suman Manzoni, Gras y Brodsky (Barcelona, 2005); Moreno (Poitiers, 2005); Herralde (Chile, 2005); Moreno (París, 2006);
Benmiloud y Este`ve, (Bordeaux, 2007); y en el 2008, Bolaño salvaje, coordinado por Edmundo Paz Soldán y Gustavo Faverón Patriau (publicado en España). Sobre la cuestión de la violencia y el mal, ver, por ejemplo, los artículos de Candia, Domínguez Michael, Galdo, González y Labbe´. En lo relativo a las obras de Bolan˜ o, el u´ ltimo libro publicado por Anagrama en 2007 lleva por tıítulo El secreto del mal. Si bien ‘‘La forma del mal’’ es el tı´tulo de uno de los cuentos incluidos en la publicación, vale la pena notar que no hay ninguún libro que Bolaño haya publicado en vida que aluda en su título directamente al ‘‘mal’’ o a la 126 Revista Hispa´nica Moderna 62.2 (2009)  (2004), novela póstuma del escritor, la articulación entre ficción y violencia esfundamental. Sin embargo, serı´a necesario reflexionar de manera más específica cerca del modo en el que la violencia opera en la novela y trama la ficción. En otras palabras, habrı´a que considerar cómo se relaciona la violencia con el ordenamiento y la distribución de ciertos elementos y signos. Propondreéque la recurrencia a la violencia como motivo en la escritura tiene que ver en Bolaño
con una cuestión ética, lo cual se entronca definitivamente con una estética. En las distintas novelas de Bolan˜o, el lector asiste al encuentro del arte—en este caso, de la literatura—y la política en el territorio de la estética: analizar esta compleja tríada a la luz de 2666 es el objetivo del siguiente trabajo. 2 Al leer las novelas, ensayos y entrevistas de Bolaño es posible percibir la existencia de un territorio común a la literatura y a la política: ese territorio común es el territorio de la estética. Para Bolaño, lo político tiene que ver con cierto ordenamiento o cierta disposición de los elementos al interior de la ficción; es decir, tiene que ver más con una forma de presentación que de representación. Rancière plantea que tanto el arte como la política ‘‘construct ‘fictions,’ that is to say material rearrangements of signs and images, relationships between what is seen and what is said, between what is done and what can be done’’ (The Politics of Aesthetics 39; e´nfasis en el original). Tanto el arte como la polı´tica producen distintas formas de ordenamiento y distribución, y es en ese sentido que ambos comparten una este´tica. Entonces, el arte no es polı´tico ‘‘por la forma en que representa las estructuras de la sociedad, los conflictos o las identidades de los grupos sociales’’, sino porque crea ‘‘una incertidumbre con respecto a las formas ordinarias de la experiencia sensible’’ (Ranciére, Sobre polı´ticas este´ticas 17).3 Lo político se encuentra en el arte mismo como forma de ser, en sus coordenadas nternas, en su lo´gica y disposicio´n propias. La literatura tomaría distancia de las formas de ‘‘distribución de lo sensible’’ (las formas del ‘‘ver’’ y el ‘‘decir’’) predefinidas por la ‘‘organización policial’’ (Ranciére define como ‘‘policía’’ aquello que comúnmente se tiende a nombrar como ‘‘política’’) y ‘‘violencia’’ como formas del horror (la alusiones más cercanas a la violencia son, quiza´, los libros La literatura nazi en América, publicado por primera vez en 1995 y Putas asesinas publicado en 2001). El gesto consciente de sus editores es explotar la cuestión del ‘‘mal’’ en la teratura de Bolan˜o de un modo menos velado y, al parecer, más comercial. 2 Si bien la bibliografía sobre Bolaño es extensa, no hay muchos artículos publicados sobre 2666. Un excelente ejemplo es el de Patricia Espinosa, ‘‘Secreto y simulacro en 2666 de Roberto Bolaño’’; ver también, ‘‘2666: La magia y el mal’’ de Alexis Candia; ‘‘Roberto Bolaño: Literatura y apocalipsis’’ de Edmundo Paz Soldán; y ‘‘Una primera aproximación a 2666 de Roberto Bolaño’’ de Ignacio Rodríguez de Arce. Dice Rancière: ‘‘lo que liga la práctica del arte a la cuestio´n de lo común, es la constitucion a la vez material y simbólica, de un determinado espacio/tiempo, de una incertidumbreon relación a las formas ordinarias de la experiencia sensible. El arte no es político en primer lugar por los mensajes y los sentimientos que transmite sobre el orden del mundo. No es político tampoco por la forma en que representa las estructuras de la sociedad, los conflictos o las identidades de los grupos sociales. Es político por la distancia misma que guarda con relacio´n a estas funciones, por el tipo de tiempo y de espacio que establece, por la manera en que divide ese tiempo y puebla ese espacio’’ (Sobre políticas estéticas 17). Esta incertidumbre que el arte crea es aquello que Richard identifica como el ‘‘desacomodo de la imagen’’ producido por el arte. macaya, Este´tica, política y el posible territorio de la ficción 127 redistribuye esa disposición, generando nuevas formas de ver y de decir, en definitiva, uevas formas sensibles.4 hablar de arte, polítíica y estética, ası´ como de sus posibles relaciones, se hace necesario distinguir entre aquello que denomina la relación ‘‘arte y política’’ de aquello que denominarıía ‘‘lo político en el arte’’. Concuerdo plenamente con Nelly Richard en que estos enunciados apuntan a relaciones distintas. Comprender los alcances de esta distinción es fundamental para la lectura de 2666 que propongo, por lo que cito en extenso la reflexión de Richard: En el primer caso, parece establecerse una relación de exterioridad entre la serie ‘‘arte’’ (un subconjunto de la esfera cultural) y la ‘‘política como totalidad histórico-social con la que el arte entra en diálogo y

Continúa

domingo, julio 03, 2011

Hemingway bajo el iceberg







No pudo cargar con el último resto de aliento que le quedaba a su cuerpo vencido en la carne. Al final no lo pensó dos veces. Los interesados en explicar su vida en los últimos días de "viejo león" acorralado por los años, alegan demencia, deterioro físico y un pasado familiar trágico. Fue en Ketchum, Idaho, y es probable que cuando abandonó sun finca en La Habana, Finca Vigía, su decisión ya estaba tomada. En Cuba había vivido quizás màs a plenitud que en todos los grandes escenarios, por los que atravesó rugiendo como protagonista de sus propias historias: París, España, África.
Se levantó temprano ese día, enfundó su cuerpo en una túnica que amaba y empuñó una escopeta de doble cañón para asegurar su objetivo: dar caza a lo que quedaba de su personaje favorito. Su padre había dado ese paso, despuès uno de sus hermanos y una sobrina. En los últimos años de vida, su estómago hospedaba un verdadero botiquìn de cápsulas y él estimulaba esa farmacia ambulante con las bebidas alcohólicas que no dejaba de disfrutar. El escritor y el hombre que creía ser, ya habían sucumbido. Quizás la memoria aún conservaba las humillaciones de su madre contra de su padre y el mismo, a quien vestía de mujer cuando niño. "Perra" le llamaba a su madre y nunca dejò de culparla por el suicidio de su padre.
Un escritor emblemàtico, que retrata toda una época del valor y machismo norteamericano, no ha pasado desapercibido para los estudiosos de su obra y personalidad, incluido notables psiquiatras. Se han escrito numerosos estudios después de su muerte. Se ha llegado a la conclusiòn que Hemingway era bipolar. Esta afirmación se desprende de un ensayo intitulado “Ernest Hemingway: A Psychological Autopsy of a Suicide”, publicado en el número 4 de la revista Psychiatry (2006), por el doctor Christopher D. Martin, miembro del Departamento de Psiquiatría de la escuela de medicina de Baylor College en Houston, Texas. Este análisis lo revela John Walsh, periodista del The Independent de Gran Bretaña.
Siempre puso aparentemente el cuerpo, la piel, los puños, y vivía de lo que escribía y por que escribia. Un gigante que domesticaba su vida frontal en un lenguaje conciso. Ni una palabra de- más. Su vida y muerte fueron una constante atmósfera intensa, biográfica y sus relatos breves le dan el prestigio y carácter de leyenda a Papá Hemingway, como solìan llamarle sus allegados. ¿Amaba la adrenalina y vivía por sentirla.? ¿El riesgo fue desde muy temprano su principal carta de presentación o quizás una coartada?. Mataba para no matarse, afirmò en una oportunidad a una belleza casi innombrable, como Ava Gadner. Olìa la pólvora como un perfume de estaciòn.
Es un escritor para ser leìdo por estudiantes de periodismo, como viejo corresponsal, es una cátedra constante en el buen uso del lenguaje, la anècdota, los hechos, y esa peculiar manera que tiene de mostrar la punta del iceberg.













La fotografía




Nos vemos irrepetibles
como si fuéramos nosotros
La sonrisa nos llena
de originalidad,
estamos en otro lugar,
en un marco,
irreconocibles, felices, dichosos
retratados solo para la fotografía.
Rolando Gabrielli©2011

Rolando Gabrielli©2011