DJ no ha dejado de observar
la caìda en picada de Dow Jones
y de llamar por celular.
¿Què tienes, le digo,
en tono coloquial,
con el Sr. Jones?
¿Te afecta su sìndrome
de Down?
Rìe, rìe histèricamente,
se atropella, atraganta
la voz se reseca en la garganta
con las cifras de la Bolsa.
Asì està durante el dìa,
la noche financiera, en una verdadera
tanda matinal, vespertina,
crepuscular y finalmente nocturna.
Amanecerà y veremos,
le digo, cada cosa
vuelve a su lugar
y no me cree,
este excéptico analista
financista derrotista
profetisa màs caos
y desintegraciòn familiar
por el famoso endiosado
intocable y deshuesado
Dow Jones.
Que le cambien de nombre,
tapen la boca,
ignòrenlo y que sienta
que podemos vivir sin èl,
somos tan intangibles como un àngel,
los papeles no nos representan
y nuestro valor està
en las acciones de cada dìa
hacia nuestros semejantes.
Hablen con CNN
para que le cierren las puertas
y deje de infartar al mundo.
DJ rìe a carcajadas,
nerviosamente,
el muy putas alcanzò a jubilarse,
tiene un par de cuentitas
en un banco del Oeste
y de seguro unas acciones
de las que el Viento se llevò:
con Clark Gable y Vivien Leight
y es libre como un cuervo sin ojos:
Para ver què, se pregunta.
La Bolsa es un saco sin fondo,
si estuviera roto se sabrìa
no hay que echarle nada màs
que aire para disimular,
le digo a JD,
que sonrìe con nostalgia
de mejores tiempos
y se deja llevar por las campanitas
como una oveja en el despeñadero,
que anuncian que el Dow Jones,
inefable Mr. Down Jones
perforò el piso de Wall Street.
Un clavado mortal sin fondo.
Abismo de abismal,
mal de mal,
consuelo de tontos, le digo a DJ,
seguir jugando el mismo juego,
donde ganan las mulas viejas
fogueadas por cruzar
el mismo precipio sin red
y caer en las manos invisibles
del mercado que le echa una mano
o el Estado les reparte confites
para seguir la fiesta.
DJ despierta del sueño
Wall Street Disney,
su fantasìa global.
CNN està llorando.
Rolando Gabrielli©2009