La arquitectura es la reina de los espacios que crea y multiplica y tambièn de los que niega, porque privilegia otros. Uno pasa por la historia volando y quedan las estructuras, los cambios que se reciclan en cada època o nacen porque los anteriores fueron derribados. El Lobby es el espacio de los espacios, cuando la arquitectura, el diseñador se sabe dueño de la realidad y confìa en el futuro. Bajo los 300 metros cuadrados del nuevo Lobby de El Hotel Panamà se espera ver ingresar a millares de pasajeros, turistas, hombres de negocios, parroquianos de la localidad en bùsqueda de un momento de diversiòn. La antesala es la sala mayor de la espera, el lobby, que es la mirada, el rostro, la primera impresiòn de cualquier edificaciòn que cumpla una funciòn social o simplemente habitacional. La lente del fotògrafo colombiano, Hernàn Santos, ha captado este preàmbulo al nuevo Lobby, un fogonazo, flash en medio de una noche de inspecciòn. Los arquitectos suelen revisar minuciosamente el trabajo en desarrollo, evaluar los espacios, materiales, luces, todo aquello que tiene que ver con el diseño, lo que le darà forma, personalidad, ambiente al sitio. Es una nueva atmòsfera y como tal està trazada.
Es un ejercicio crudo el que muestra la fotografìa, como estar dentro de la utilerìa de un teatro, en la desnudez de la obra, esa virginidad que se irà perdiendo con el tiempo, cuando miles de pies pisen el duro, firme imperecedero màrmol con que nos recibe el Lobby.
La ciudad ejercìa su oficio en la noche tropical. El Hotel seguìa operando. Sòlo el Lobby en la antesala de lo nuevo, como un mandarìan que enseña luces, pisos, columnas, el nuevo espacio con que contaràn los huèspedes y quienes trabajan en el Hotel.
Tiene historia El Panamà.
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