distraído, lejano,
asoma, late,
desaparece
y el aire sopla,
respira, vivo,
vuelve a bombear.
"Vamos pobre corazón",
dijo Verlaine, "vamos,
mi viejo cómplice,
está en el niño,
su curiosidad,
el principio
del nido,
para volver a volar.
Rolando Gabrielli 2021
No llenen de memoria la memoria,
ni
de palabras las palabras,
el
tiempo borrará todo, memoriosos,
un
río arrastrará el más antiguo
de
los jeroglíficos, papiros, abecedarios
y
en silencio las aguas retornarán al mar,
vacías
como van y vienen alegres las olas.
Un
hueco crece en el alma de las cosas,
de
mi mano corren los días,
viajemos
a lo profundo, me dices,
entusiasta
ante tanta incertidumbre,
los
pájaros buscan su vuelo ciego en el espacio
y
todo ser viviente quiere respirar
en
esta vida y en la otra,
a
sus anchas descansar en la tierra,
ver
crecer el dorado trigo en las praderas
que
tus ojos no cubren al amanecer.
El
tiempo dirá en sus propios cauces
si
este tiempo es para un inventario
de
los poetas y las palabras vivas
que
nos dejan para continuar.
Rolando Gabrielli 2021
nos hace creer que vivimos
en el presente
y el pasado alimenta
su memoria
y dispone del futuro,
como su carta, el azar,
que lo juega.
Rolando Gabrielli 2021
¿Qué nos traerá este nuevo día,
sino somos más que azar?
Una pregunta, solo una pregunta,
que nos pone a rodar estas horas.
Clavado en el cabalístico martes 13,
número de la sospecha y fatalidad,
pisas la cuerda floja de la incertidumbre,
no atraviesas bajo una escalera,
no bajas en el piso 13,
no dejas de mirar por donde pisas,
te encomiendas a los dioses
cuando sales de casa y miras por donde vas.
Nadie puede torcer la brújula del azar,
ni el taxista que te quiere enredar.
El día en sí, es una sorpresa cada día,
esa es su gracia, comencemos con un café.
Rolando Gabrielli 2021
