Quienquiera que yo fuere en el siglo pasado, sólo vuelvo a encontrarme hoy. Arthur Rimbaud, Una temporada en el infierno.
Hay fechas personales ineludibles. El 28 de octubre próximo este espacio llamado Blog (bitácora, nos corregiría Cervantes o algún almirante de la palabra), entra en su noveno aniversario. Esta herramienta pudo tener un origen primario, experimental, embrionario, la última década del siglo XX, pero toma fuerza en el siglo XXI, como un temporal de palabras más bien personales, un hecho muy propio de todo cuanto ocurre en Internet. La comunicación en la Red tiene sus usos, beneficios y manejos, como una constante evolución y desplazamiento de sus formas.
La moda los reprodujo como hongos, millones de millones de un día para otro. Estrellas rutilantes, que en la era digital de este mundo hiper conectado, han quedado un poco a la vera del camino y como todo lo nuevo envejece en Internet. Yo llegué a esta esquina empujado por las circunstancias.
En la fría Estocolmo, el dueño de un portal me dijo: no más, escribes mucho y pareció darse cuenta que me leían demasiado por los números que marcaba el registro de lecturas por artículos. Simplemente me borró. En otro espacio de Estados Unidos, escribí por largo tiempo lo que quería hasta que me dijeron que escribiera menos a menudo cada vez más. Incursioné en Argentina, palabras más o menos, después de una larga y buena acogida, volví a migrar porque el espacio ya no estaba con la misma disposición.
- Epicentro y vagabundeo de un blog
Hasta que alguien en Chile, donde también escribía, me dijo, que era la hora del Blog, que debía asumir mi propia responsabilidad, y que esto era muy fácil. Abrió entonces el Blog azul a mi nombre y los que conocen esta historia, el weblog comenzó sus primeros pasos ininterrumpidos el mes de octubre del 2005 hasta el dia de hoy. Un Bitácora, capitán de esta nave de los locos por la palabra, con un parche en un ojo, casi pirata, porque el anfitrión Google la ha censurado desde hace algunos años con el aviso que usted lee, amigo, amiga internauta, al ingresar a esta página que va y viene por un mismo sitio a distintos lugares como si estuviera en blanco.
Consolidado este tránsito a mar abierto, con la Bitácora personal en palabras e imágenes, en rumbo hacia donde el desafío de los vientos de la época nos lleve, surgieron dos nuevos hospedajes para mis escritos en sendos portales literarios: Letralia y Cinosargo, en su orden.
Nadie sabe aún el origen de esta absurda censura, pero permanece fiel a la decisión kafkiana de los robots que manejan los hilos en el moderno Castillo de la comunicación global. Nada mejor que el silencio y seguir escribiendo como si el sol no fuera alumbrar más. ¿La palabra es luz de su propia oscuridad? ¿No hay vértigo sin abismo? Quizás.
La palabra vagabundeó por distintos continentes hasta llegar a su verdadero hogar, anclarse en su puerto de origen y comenzar a navegar por la mente y lectura de usted, amigo, amiga internauta. Una palabra sin intermediarios, libre, que se refleja en su época y apela no solo a la verdad, sino a la búsqueda y encuentro con el Otro.ye
Por esta pequeña puerta, que se abriò en Curinape (Piedra negra en
mapuche) un pueblo costero del sur de Chile, lugar del epicentro del terremoto del 2010 de 8.3
según los sismólogos chilenos y 8.8 de acuerdo con Estados Unidos, está presente la poesía de
una y otra manera, se ha tomado el pulso
a algunos acontecimientos de época, nada extraordinario como poner
atención a la naturaleza de las cosas y
especialmente al amor, cuatro poderosas simples letras que mueven el
mundo, me dijo una vez la Musa. Con el correr de los años, días, horas, minutos,
segundos, instantes, se han registrado 2750 y màs de 5 mil imágenes. Nos basta
que un solo lector abra un día
cualquiera en algún lugar del mundo esta pequeña caja de Pandora de la poesía,
que lo tiene a usted como destinatario
amiga, amigo internauta, aunque todo acto poético responde a los sentimientos
del autor.
La imagen y la banalidad se han apoderado del mundo
digital y del real, porque todos parecieran interconectados con lugares
comunes, interjecciones baratas, cadenas de monosílabos y risitas de novicias
de convento. En este Blog, privilegiamos
la palabra, los contenidos, lo que le da voz a la voz, y la imagen nos acompaña
como un telón de fondo que es espejo de la palabra.
Los escritores, músicos, personajes que se encuentran en estas páginas forman parte del interés literario, han llamado la atención del autor, como los hechos significativos y dramáticos en cualquier lugar del mundo. Hay muchos detalles personales, íntimos, que sólo la poesía puede recoger con esa intensidad que ponen las palabras
Aquí, se sostiene la palabra
Este mes de octubre, fecha de nacimiento de nuestro espacio digital, la poesía ha sido una protagonista de excepción, es solo cuestión de revisar cada uno de sus dúas y no resulta ser una casualidad. Leer poesía hoy es más trabajoso que ayer. Ese no es nuestro problema y tampoco el de la poesía.
La poesía es tan antigua como la primera luna, estrellas, sol, que vieron nuestros antepasados, esa gota de agua desprendida de las más altas montañas que siempre van al mar o a algún río, donde la palabra sigue su viaje milenario.
El Blog es una cartografía personal, una huella digital, un recorrido al interior de las palabras y de los hechos, es absolutamente público, como también es un encuentro permanente con un lector contemporáneo amante de la poesía y de la vida.
Aquí, se sostiene la palabra,/como en un trapecio, en el aire, con sus propias alas//así respira el poema./
Sin voz se ahoga el tambor
o el sueño de la crisálida al no convertirse en mariposa/ No hay tiempo Hamelín para encantar ratones/la palabra es el instrumento/aún en el desierto/Dilo con la voz de la tribu/y alguien te escuchará/El poeta no debiera estar mudo/y el sordo escuchar/bajo las alcantarillas de la gran ciudad/frente al mar/donde el ruido no sea ruido/y la piedra siga siendo piedra/ muda la última palabra.(RG)
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Caballeros medievales,/con sus capuchas blancas,/inquisidores de la palabra,/el verbo crece/ y la rata duerme en la alacena./En el jardín mediático/donde has vivido/solo persiste el tiempo perdido./ ¿Quién vende sueños frente al muro?/ ¿La confesión de un muerto es tu última palabra?/ Alguien me dice que habrá un nuevo tejido/que las hojas seguirán sin barrer/sobre el patio al atardecer/ y que el tiempo de la serpiente/aun no arrastrará nuevos tiempos/No ha llegado el cambio de piel./Soldado, no hay más que una primavera/¿adónde llevas el arma si no es a tu propia muerte?/El desierto cuenta con inquilinos nuevos/solo los muertos no volverán a mudarse/detrás de la montaña/a otro paisaje va el sol.