Dios, desde el fondo de ti,
no del mìo,
donde quiera te encuentres,
observando este reino y otros,
estrellas que mueren y nacen,
que estàn a tu alcance,
como este infierno en llamas,
ardiendo en su propia bòveda,
te pido, te pido,
yo, sin fondos, y debiera tenerlos,
crèeme, de dònde, què digo,
soy solo una mujer francesa,
Christine,
una vieja nadadora que se impulsa
por estas turbias aguas del mercado
con su mano invisible
Oh, God,
que te digo del escenario internacional,
si así podemos llamarlo entre nos,
se ven ligeros avances,
pero hay
nubes muy oscuras en el horizonte
Es tímida y frágil la recuperación,
un ligero avance en medio de los vientos de primavera
Sueño que vienen recursos frescos,
necesitamos un cortafuegos potente,
un circulo de protección
Un fondo que nos saque del fondo,
que estúpida redundancia,
dirás, como se metieron tan adentro,
los bancos mi Dios, los bancos,
una ruleta de especulaciòn,
gira como un clavo ardiente
en el corazón de la economìa.
Usura, diràs, Christine,
Usura, Usura, Usura,
estos mandamientos
se redactan en una chequera,
en mi nombre.
Veo una niña en el fondo
de tus ojos,
asustada.
Rolando Gabrielli©2012