viernes, septiembre 07, 2012

Las grullas de Putin



El mundo siempre me ha llamado la atención. ¿Influencia de El Principito o Mafalda?  No sè, pero la curiosidad persiste, insiste, sobrevive.  A la edad de la inocencia, uno lo ve color de rosa. El tiempo  sucede, para uno, el reloj lo carga la muñeca personal, y el color pasa a ser de hormiga. Ahora que estoy combatiendo, después de los grandes aguaceros, a las famosas  hormigas arrieras, que desnudan literalmente hablando las hojas de las plantas, que con el  sudor del sol y la lluvia, se mantienen bellas, pienso,  por què se identifica al color de hormiga con algo malo. ¿La naturaleza de las palabras va en ritmo con la naturaleza que nos rodea y castiga por no seguir el orden natural? Un enigma.
Despuès leì a Kafka y el mundo se fue aclarando.
El mundo es màs complejo y extraño, cambiante, que este  pequeño ejercicio que no va  a resolver lo que le preocupa a algunos miles de millones de personas, que logran entender que el horizonte no es un chicle infinito. Todo tiene un tiempo.
Lo veo desde un Sòtano, donde la superficie ni el sol llegan, una luz artificial ilumina sus propias historias. Pero, sè que existe, es ancho y ajeno, ladra como un perro, suena como un violìn, tiene todos los colores que podemos ver. Lo pisoteamos como si no fuèramos a seguir viviendo aquí. Es mucho màs fácil ver la boa en el sombrero-elefante del Principito que hacerse una idea para dònde vamos y nos llevan los acontecimientos.
Los medios informativos del mundo entero en todos los idiomas màs hablados intentan explicar el carrusel del mundo y la coctelera de palabras cruje cada segundo en la mente de alguien, que probablemente estè en otra parte, pensando  en quien sabe que. Mafalda se quiso bajar y eso que el tranvía mundial iba mucho màs lento que ahora, pero ya amenazaba con explotar. Vèrtigo, puro vértigo desde el desayuno. La bilis conversa  con el hígado y el intestino delgado trabaja por cuenta propia, con estrès incluido. Todo es posible en esta caja de Pandora azul llamada Tierra. ¿En algún momento descubriremos que los marcianos somos nosotros?
El mundo mediático sigue a plena marcha con la combustión de un libreto que se afina diariamente, acicala, mira al espejo y se lanza a la conquista de las mentes. La oferta es gigantesca, los océanos informativos inundan la capacidad de lectura y el entretenimiento ocupa gran parte de esta pasta  lìquida verbal y de imàgenes que no cesan de pasar. ¿Para què viajar?/ si el mundo te visita en tu celular/déjalo entrar/aprieta un botón/y ponte a escuchar/algo va a pasar/ ¿Te lo vas a perder?/
Los medios se han divertido hasta hace algunas horas con el  vuelo de Vladimir Putin para enseñar una ruta de migraciòn a las grullas siberianas en peligro de extinción y han dicho que los problemas están en tierra y no en el aire. Los rusos le llaman a esta maniobra  de supervivencia de las grullas, Vuelo de esperanza, palabra, esta última  muy utilizada por Barack Obama al cierre de la Convenciòn Demòcrata por la carrera a la Casa Blanca, su reelección.
El mundo es sorprendente, el de las grullas, sin duda, y las personas nos hacen aùn màs sorprendente el mundo que habitamos. Del apasible mundo de las grullas siberianas, Putin volviò a la realidad del mundo que habita y habitamos. Se refiriò al caso Assange, Siria, a las Pussy Riot, en Russia To Day, un canal pùblico, donde dio su entrevista en idioma inglès. Todos, temas de actualidad,  incluyendo una ronda por los paìses àrabes, de cuya primavera no pareciera estar muy seguro. Putin descendiò, despuès de dar tres  vueltas en alas delta, para poner los puntos rusos sobre las ìes de los temas màs candentes del mundo. “¿Por qué es Rusia la única que debería reexaminar su postura?, se preguntò y tambièn respondiò como dando una alternativa a sus oponentes: Quizá nuestros socios en el proceso de negociaciones deberían también cambiar su postura. Entre preguntas y afirmaciones, recordò y se respondiò, que Estados Unidos (y sus aliados) entraron en Afganistán. Ahora sólo piensan en cómo salir de allí. Y ¿qué ocurre en los países árabes, en Egipto, en Libia, en Túnez, en Yemen? ¿Acaso reinan el orden y el bienestar? ¿Y qué situación tenemos en Irak?”. Respecto de la posiciòn de occidente sobre Siria, siguiento los lineamientos para otras naciones àrabes y de oriente, recomendò:  “entonces hay que abrir las puertas de Guantánamo y enviar a todos los prisioneros de Guantánamo a Siria, para que luchen, es exactamente lo mismo”..“Algunos quieren utilizar los combatientes de Al Qaida y de otras organizaciones también extremistas para lograr sus objetivos en Siria (...) Pero no hay que perder de vista que esta gente puede volverse en contra de sus bienhechores”, puntualizò Putin.
Interrogado sobre el caso del fundador de Wikileaks, Julian Assange, lo calificò de asunto polìtico. “¿De qué estamos hablando? Está claro que hay un doble rasero”, se interrogò y respondiò.



 

jueves, septiembre 06, 2012

Pudiste estar muerto,
me dice, la sombra
y le hace un hueco oscuro
a mi cuerpo,
que  encaja perfectamente.
Me toma la mano
y escribe mi nombre.
La identidad, digo,
no siempre es perfecta.

miércoles, septiembre 05, 2012

Parra en los 98, Ecce Homo

Celebrar hoy los 98 años del natalicio de Nicanor Parra, es festejar tambièn la poesìa.

Ecce Homo

He aquì el poeta en Las Cruces
frente al mar de Chile,
pensando en Ser o no Ser,
si traducir o no Hamlet,
su hermano, padre, hijo,
esa es la cuestiòn, Nicanor
Atado a la palabra, vacila,
el mar sopla pura poesìa,
sin salvaciòn,
reclama a su hijo la palabra,
una ùltima tabla.
Rolando Gabrielli©2012

martes, septiembre 04, 2012

Y la campana sonó para Hahn

 
Eso sería todo
 
Te estoy haciendo un destino aquí mismo.
Lo estoy dibujando en las alas de un pájaro.
Lo estoy pintando en la pared de mi cuarto.

Ahora el pájaro vuela con furia,
ahora lanza su grito de guerra
y se dispara contra la pared.

Sus plumas están flotando en el espacio.
Sus plumas mojándose en su sangre.

Coge una y te escribe este poema.
Óscar Hahn
  
Y la campana del Premio Nacional de Literatura chileno sonó alta y clara: Óscar Hahn. Un prestigio para la poesía chilena, latinoamericana y de habla castellana. Un premio esperado y merecido. Autor  con un oficio de medio siglo y premios tardíos, pero con  lenguaje y estilo propio. Hahn, un iquiqueño nacionalizado norteamericano, viejo profesor de castellano, poeta a tiempo  completo de la cantera del Siglo de oro español y de algunos vientos dorados de la poesìa chilena, sonetista de lujo, amor y muerte en el poema, la nada y la vida, lo que el lenguaje pone a volar en el cuarto oscuro de la palabra. (Los ùltimos dos premios nacionales de literatura son nacionalizados norteamericanos: Isabel Allende y Hahn)
Hanh es un poeta de los sentidos, escribe con tiza, con alas de pàjaro, con manos mancas, pero hay màs realidad de lo que la realidad se imagina, y tambièn un  tiempo fantàstico para su palabra y el poema. ¿Le ha robado poemas el poeta a la vida?
El poeta es un sobreviviente a su propia parca, materia de poesìa, de viaje, experiencia vital, casi mortal. Una maestra insuperable, veamos:
La muerte es una buena maestra
Oscar Hahn
Levántate y anda al hospital me dijo la voz
Soy el fantasma anterior a tu nacimiento
Aún no es tiempo para el otro fantasma
Tu muerte te afectaría profundamente
Jamás podrías recuperarte de tu muerte
Me pusieron en una camilla y me metieron al quirófano
Al otro lado se ve el infinito qué miedo
Tengo un hoyo en el alma
por el cual se me escapa el cuerpo
El médico me abrió la arteria que pasa por la ingle
y empecé a delirar
Aquí en este mar que llaman el inconsciente
hay unas lianas que se te enredan en el cuello
lianas azules lianas rojas lianas incoloras
que se te meten por la boca y no te dejan respirar
Los otros los que estaban conmigo en el agua frígida
rodeados de pedazos de hielo me dijeron:
Somos todos pasajeros del Titanic
El inconsciente es un árbol lleno de pájaros muertos
que se echan a volar cuando uno menos lo espera
Escucho el ruido de serruchos que cortan tablas
de martillos clavando clavos
Viene del astillero de la muerte y no se oye con los oídos
Somos árboles ambulantes en la vía pública
soñando con ser barcos o aspas de molino
pero no leña en la hoguera
donde las llamas bailan y se ríen y contorsionan
como si estuvieran en una orgía las muy cochinas
striptiseras del cabaret de la muerte
El médico me abrió la arteria que pasa por la ingle
Estuvo mucho rato adentro de mi aorta
sacando la nieve con una pala
El camino hacia el corazón está limpio
y mi sangre empezó a fluir
Entraron mi mujer y mis dos hijos pequeños
y me acariciaron las manos llenas de pinchaduras
Soy inmortal les dije al menos por ahora
y caí profundamente dormido
Desperté adentro de una pintura del Bosco
entre tubos y alambres conectados a máquinas
Pero aquí no hubo ni extracción ni piedra ni locura
Solamente un sujeto perfectamente lúcido
Se me acercó un arcángel y me dijo: Soy Tammy
Era más dorada que el sol y estaba atravesada por la luz
Un ave vuela de las cenizas de mi corazón
un ave roja que palpita y canta
La muerte es una buena maestra
cuando te habla al oído y se retira

Festival de la muerte, del amor, desamor, de la vida , es la poesìa de Hahn. ¿La ruina insuperable de su escritura? Todo el mundo sabe que un poeta es la suma de sus palabras y algo  màs. No hay ruinas sin carcajadas, ni melancolìa sin espanto. El poeta se sorprende asimismo con la mano en la musa y aùn asì, apropiàndose de lo que no pareciera suyo, asume el soneto con mano mora, para una palabra manca.
Soneto Manco
Mi mano acecha: se repliega ufana Juego de hermanas juego de villanas
y salta encima de tu mano: no gritó la madre oliendo el gran secreto
vaya a ser que me pille al fin tu hermana mientras cortaba mis dos manos sanas
con la mano en la musa digo yo

Porque yo me respeto no me arranco
Tu mano ajena me quitó la pena: y aquí estoy escribiendo este soneto
la mano de tu hermana me la dio manco
Oscar Hahn
Desde la rabia de tu hermana buena
qué pesada su mano me cayó
 Se prestigia el Premio Nacional con Hahn, la poesìa chilena vuelve a la cima por mèritos propios y Hahn se ha puesto en lìnea para dos de los premios hispanos mayores, el Reina Sofìa y el Cervantes, al que le adeudan a Ernesto Cardenal.
El Cervantes porque la poesìa de Hahn se desenvuelve dentro de la mayor riqueza del idiomna español, con resurcos de sus clàsicos y chilenismos, mezclados y potenciados de la mejor manera, renovando el lenguaje. ¿Le faltaba este impulso, la bendiciòn del Premio Nacional para ser tomado encuenta? Probablemente, aunque las veleidades de los premios solo la conocen los jurados e intereses editoriales y polìticos. ¿Los poetas son pasajeros del Titanic?, al menos el verso de Hahn asì lo señala y pareciera confirmar. ¿Hay un destino de naufragio casi nerudiano?
 

lunes, septiembre 03, 2012

LA PALABRA COPULA EN EL CÁLIDO LECHO DEL POEMA

             
LA PALABRA COPULA EN EL CÁLIDO LECHO DEL POEMA
Rolando Gabrielli
 
Presentar la obra de un poeta a través de la reflexión de un sólo poema, es

a todas luces un acto deliberadamente arbitrario, aunque legítimo como toda

crítica u opinión que se funda en el gusto y placer del texto. Hacerlo con

la poética de Oscar Hahn, no es recomendable por la complejidad, calidad,

riqueza y originalidad de su obra. Detrás del lenguaje de Hahn, como el

espejo de Alicia, encontramos no pocas sorpresas, y sobre todo, un trabajo

rigurosamente personal, donde la palabra vive en verdadera y permanente

fiesta. Nace y renace, el verbo muere y resucita en sus propias cenizas: La

palabra es como el calamar en su tinta, en manos del llamado "vero artista

de la palabra", como le calificara Enrique Lihn.

Hahn es aprendiz y maestro de su propia palabra, un eximio organizador de

formas, discípulos de escuelas y maestro de la propia, ejerce el oficio para

desmantelar, instalar, expandir, restaurar, recrear, hacer, fundar, con

viejos materiales, reencantar el pasado que es siempre presente en el poeta,

y algo del viajero inmóvil dentro del lenguaje y su geografía fructuosa.

¿Por qué escribe usted?, se pregunta en un poema del mismo nombre de su

libro "Estrella fijas en un cielo blanco". Una vieja interrogante de todo

poeta que se estime. Porque escribí, estoy vivo o viva, coincidieron,

palabras más o menos Lihn y la Mistral en las antípodas de la poesía

chilena. Las explicaciones, reflexiones y justificaciones son múltiples,

verdaderas confesiones, que sólo cobran fuerza con el peso de la obra en el

tiempo. Hay quienes escriben por placer. Es un acto tan personal, como

múltiples las motivaciones de su realización.

Hahn nos responde a su manera: porque el fantasma porque ayer porque

hoy:/porque mañana porque sí porque no./ Porque el principio porque la

bestia porque el fin:/porque la bomba porque el medio porque el jardín.

En su segundo cuarteto sigue respondiendo la pregunta que se hace desde el

principio de la escritura el hombre y se pregunta aun hoy el público, y

desde luego, el poeta.

Porque Góngora porque la tierra porque el sol:/ porque San Juan porque la

luna porque Rimbaud/Porque el claro porque la sangre porque el papel: porque

la carne porque la tinta porque la piel.

Hahn es doctor en literatura, un conocedor de ella, sin duda, lector

apasionado y aprovechado en el buen sentido de la palabra. Sus recursos son

vastos, como la historia misma de la poesía y no escatima enganches con el

pasado, lo barroco, clásico, popular, medieval, y el atroz presente que

enarbola su arte como conciencia colectiva.

En estas respuestas está su visión poética y de qué materiales está hecha su

poesía. Escribimos por muchas razones, una y todas, hasta porque sí, ya que

la poesía es vida y nosotros parte de ella, y la poesía un recurso para

develar las cosas y la existencia.

En lo que debemos de ir poniéndonos de acuerdo, es que Hahn busca un camino

propio, en un arte de lo suyo archi manoseado, donde lo sublime y ridículo,

como lo retórico sin una pizca de búsqueda personal, abundan como mala yerba

y suele sentarse en primera fila en el pobre escenario literario.

Y vienen los tercetos: Porque la noche porque me odio porque la luz: /porque

el infierno porque el cielo porque tú/Porque casi porque nada porque la sed:

Porque el amor porque el grito porque no sé/Porque la muerte porque apenas

porque más: porque algún día porque todos porque quizás.

Están casi todas las respuestas al por qué de la escritura y oficio.

El poeta-profesor conoce no sólo de escuelas, sino de reglas, de los

esguinces del idioma, del lenguaje, y nos da la impresión que su vicio es

copular con las formas y las palabras, y vaciar el contenido en el cálido

lecho del poema.

Veamos en "La expulsión del paraíso". Tu lecho es el jardín de las

delicias//encarnas en tu cuerpo a las tres gracias/con tus flores y frutas

me acaricias/y de mi ser más íntimo me vacias. Después cuando mis ramas

quedan lacias/en otros ritos del placer me inicias: con tus lenguas de fuego

me suplicias/y somos el jardin de las desgracias. Rodamos por oscuros

precipicios/y oficiamos diabólicos oficios/en dormitorios de incendiadas

camas/Y cuando huimos de esos maleficios/nos espera el la puerta de los

vicios/un ser alado con un lirios en llama.

Oscar Hahn pareciera decir que en el amor como en la poesía no todo está

escrito, ni dicho, afortunadamente. Aunque esta afirmación parezca un

cumplido o cliché, es preferirle hacerla que callarla, en justicia con el

poeta, su obra y la poesía.

Su poética pareciera responder a un movimiento perpetuo, honrando un propio

texto intitulado de igual manera: Al son de un suave y blando

movimiento/arroyos vas pisando de dulzura/Tus pasos pisan pasan por la

oscura/región de mi memoria: ya no siento/ ni el ruido de la puerta ni el

lamento/ del lecho al irte:pasa tu hermosura/se pierde en el umbral: tu mano

pura/cerró el vestido./Piénsanme dormido/tus pasos pisan pasan por mi

mente/igual que ayer: mi  pobre pensamiento/que sólo está que sólo estoy

tendido/mirándore partir perpetuamente/al son de un suave y blando

movimiento.

 LA LENGUA ADOBADA EN SAL

En Hahn la palabra muda, transmuta, es alquimia de su propio verbo y crece a

despecho de su uso siempre peculiar, innovador, de búsqueda y transgresión.

Lenguaje que se sirve asimismo, y no sirviente de ninguna causa.

Reconocidos escritores han dicho cosas rotundas sobre la poesía de Hahn,

poco habituales en el gremio. Mario Vargas Llosa, el novelista peruano

nacionalizado español, dijo: "La obra poética de Oscar Hahn es magnífica y

verdaderamente original y es lo más personal que he leído en poesía de

nuestra lengua en mucho tiempo". Jorge Edwards, narrador chileno y

recientemente premiado con el Cervantes, sostuvo: "Oscar Hahn es uno de los

muy pocos poetas vivos de nuestra lengua que tiene un verdadero pensamiento

poético".

Waldo Rojas, poeta y un estudioso de la poesía chilena, profesor en París,

sostiene que el libro "Mal de amor" de Hahn es "poesía de amor, sin lugar a

dudas, y en la mejor tradición de algunos libros fundadores de un género que

en Chile inauguran los inevitablemente célebres" Veinte poemas de Amor y una

canción desesperada" de Pablo Neruda. Poesía que admite sin mayor remilgo,

agrega Rojas, una lectura que se deslice por la sola superficie exterior de

los textos. Como en el caso de los Veinte poemas nerudianos, hay en efecto

una "historia" subyacente susceptible de reconstruir fragmentariamente, y

ella se estampa y encaja en el molde de algún arquetipo. El poeta cumplido y

justamente reconocido que es Oscar Hahn ha puesto algo de su arte de afinada

maestría en hacer posible tal lectura", concluye Waldo Rojas.

Enrique Lihn, poeta, narrador, ensayista y un lúcido estudioso de la poesía

chilena nos entrega no pocas luces acerca de la poética de Hahn, sus

antecedentes, que no parecen fijos como una pieza de trofeo muerta y

embalsamada. Hay lecturas y lecturas asimiladas y reencauchadas, sobre

Villon, Jorge Manrique, un Rimbaud que no es dice Lihn, el apropiado por los

surrealistas, sino por Neruda "inmediato y directo", Góngora, Garcilaso de

la Vega. En Chile, Lihn, emparenta al "atípico Hahn", digo yo, con Armando

Uribe Arce y Alberto Rubio, dos formidables poetas chilenos, aunque Rubio

escribió un solo libro: "La greda vasija", que 30 años después transformó en

un segundo con Trances.

Volvamos a la poesía de Hahn con un poema peculiarísmo, donde el poeta le

entra a fuetes al propio lenguaje. "Invocación al lenguaje" Con vos quería

hablar, hijo de la grandísima/Ya me tienes cansado/de tanta esquividad y

apartamiento.

Increpa al lenguaje, lo llama tal por cual, porque sabe de cuan difícil es

encontrar la palabra exacta y poner andar el reloj de la poesía en el poema.

El poeta está cansado en este intento, reconoce, y lo califica de àspero,

huraño, desdeñoso.

Con tus significantes y significados, en suma, está harto de los signos

linguísticos, de la propia materia prima con la que trabaja el poeta. Y tu

látigo húmedo/para tiranizar mi pensamiento. Un poco de sado masoquismo,

pero de mucho gozo, en este acto reproductor de la palabra. Ahora te quiero

ver, hijo de la grandísima,/porque me marcho al tiro (de inmediato en

chileno) al país de los mudos/y de los sordos y sordomudos. El poeta ironiza

su oficio, y quiere estar donde el lenguaje no es necesario y no tenga

utilidad, ni significado alguno, al menos el verbal de viva voz, aunque los

sordomudos pueden leer. Allí van a arrancarme la lengua de cuajo: y sus

rojas raíces colgantes/serán expuestas adobadas en sal/al azote furibundo

del sol. Una autoflagelación del propio verbo. Con vos quería hablar, hijo

de la grandísima, vuelve a increpar al lenguaje, con lo que le queda de voz

al poeta y permite el poema.

 
LOS FRUTOS MADUROS DE LA POESIA DE OSCAR HAHN
 
Rolando Gabrielli
Exorcisemos el año con poesía, pero aquella que se inscribe más allá de la 
superflua retórica que todo poema bueno o malo tiene en la íntima raiz de su 
permanencia u olvido. La poesía está en la sombra del reflejo de las cosas o 
en ese rayo de luz que recogen y amasan las palabras, las que no se lleva el 
viento. La poesía no lo ha hecho, ni lo hará, tapar el sol con las palabras 
o algunos versos más o menos bien hilvanados, escritos con la imprudencia de 
los sueños o la certeza de los malos días o de ese caballo que no cesa de 
galopar hacia el futuro. Desde luego, la poesía no arrastrará a las grandes 
mayorías o masas, a restablecer ningún orden o desorden, en la conciencia de 
las gentes. Por favor, optimistas, pero no ridículos, pesimistas, pero no 
fantasmas de nuestras propias pobres sombras.
Ella, convidada de piedra, permanece en la cantera de las palabras.
La poesía no es la varita mágica del convulsionado, díscolo y ciego siglo 
XXI, que decidió precipitarse de las más altas torres, y bajar sin freno la 
montaña rusa, que despojarse la burka instalada en el vértigo globalizador y 
de la desesperanza acuñada en la casa matriz de la usura.
La poesía hoy, en este mundo que clona ovejas descarriadas, es una joven 
provinciana que no ha superado la taquigrafía en materia de posmodernidad, y 
que alucina cuando se encuentra con la leyenda de la dueña de Harry Potter, 
el pequeño mago del marketing.
Prefiere, la poesía, sentarse frente al balcón de su inédito paisaje, y 
soñar con el eco de la luz del Big Ban, que ver pasar el cadáver de su 
enemigo o buscar esa aguja en el pajar, que podría resultar ser la viga en 
el propio ojo.
Exorcisemos este año y siglo, donde la usura echa a rodar las monedas 
fenicias de nuestro porvenir en una esquina cualquiera, y nos pide la vida, 
a cambio de la bolsa.
Por eso, estas notas las comienzo a escribir instalado en el lobby de un 
banco, el sitio perfecto para perder e intentar recobrar el alma en la 
silenciosa bóveda, donde por osmosis se multiplican los billetes e 
intereses, y uno amanece cada día más desnudo de pobreza absoluta, esa que 
los indicadores internacionales recogen como burbujas bursátiles sobre el 
polvo que vuela y no regresa.
La poesía es vida, lenguaje todo terreno, y su tema es cuanto ocurre en el 
camino de la vida, alrededor de ella, y sucede al hombre. El amor, la muerte 
y la política, son tres grandes asuntos clásicos y universales. Sobre esa 
cantera temática, el poeta decanta la palabra que trabaja sobre la pétrea 
piedra del inagotable lenguaje. La página le devuelve con igual dureza y 
rigor, los resultados que sólo obtendrá, si logra trabajar la palabra con la 
solidez de la piedra y la permanencia de la cantera.
Allí cava la vida y la muerte, el amor, sobre la fosa común de la palabra, 
hueso a hueso, sitio donde el poeta chileno Oscar Hahn erige su escenario de 
preguntas y respuestas sobre el amor, y en 25 versos resuelve, a su manera, 
ese acertijo.
"Elevación de la Amada" es el título del poema escogido para estos 
comentarios del libro Arte de Morir, (1977), que contiene otros 41 textos, y 
que respiran la temática haniana desde su primer poemario "Esta Rosa Negra.
Oscar Hahn es uno de los poetas chilenos vivo más originales del habla 
castellana. Hace 40 años editó su primer libro, Esta rosa negra", y no ha 
dejado ser fiel a su peculiarísima escritura, que parte de escuelas clásicas 
y no pertenece más que a su propia palabra. Es autor de un puñado de libros 
(Agua final, Mal de amor, Flor de enamorados, Estrellas fijas en un cielo 
blanco) que entraron por la puerta ancha de la poesía universal y de algunos 
sonetos perfectos. Poeta inclasificable, no pertenece a escuela chilena 
alguna, ni a grupos y no ha dejado de caminar con la original suela de sus 
precocez 17 años, cuando se inició en el género de la poesía. Poeta 
esencialmente chileno, no escatima en buscar la apalabra exacta, la 
atmósfera única y reveladora del poema, que se rehace desde adentro como si 
mudara su propia piel. Hahn nació en Iquique, norte de Chile, luego de 
recorrer la geografía chilena se instaló como catedrático universitario en 
Estados Unidos, como exiliado pos golpe de estado del 11 de septiembre de 
1973. Primero estuvo en Maryland y luego en Iowa, donde ejerce el magisterio 
y ha confesado sentirse en casa. El poeta define su obra como una summa, "es 
todas las voces pero ninguna. Es ninguna, aunque parezca paradójico, es mi 
voz". El trabajo poético de Hahn ha sido silencioso, aparentemente lento, 
pero seguro. En 1967, dijo al diario El Siglo de Chile, citado en la 
antología de la Poesía chilena contemporánea, por Alfonso Calderón: 
Generalmente me demoro mucho en terminar un poema. Si no tengo nada, 
simplemente me callo. Por eso escribo muy poco. Qué podemos decir, la poesía 
de Hahn apela al lenguaje, a la vida, principalmente, convierte la escoria 
en una nueva retórica, al igual que trabaja con el pasado y los nuevos giros 
coloquiales del idioma de hoy, porque si no reciclamos las palabras, 
terminaremos por oxidarnos junto a un presente vuelto chatarra y nos 
paralizaremos definitivamente. Se declara afin, devoto, de la música de los 
Rollings Stones y reconoce sus influencias. En la actualidad se confiesa 
fanático de Miles Davis como de Duke Ellington. Anuncia un nuevo libro de 
poesía en España y quizas ya se haya editado: "Apariciones profanas". Está 
por editar un texto de ensayos bajo el título "Magias de la escritura."
 
 ELEVACIÓN DE LA AMADA
Cuatro interrogantes abren el poema "Elevación de la amada". Es un intento 
desde un inicio por restar aparente importancia y minimizar, o desalentar 
posiciones existencialistas a cerca del hombre, la muerte, los dioses y el 
amor. Alejarnos y aproximarnos al mismo tiempo, en la profundidad del 
cuestionamiento. Las preguntas cavan aun más profundo sobre esas obsesiones 
humanas desde tiempos inmemoriales, y que son como pasajeros detenidos 
siempre en una misma estación. ¿Qué es el hombre para que de el tengáis 
memoria?, nos pregunta, se interroga Oscar Hanh. Y la duda queda en el aire 
y se va reforzando con otras para ir adquiriendo los contextos necesarios. 
Para que de ella tengáis olvido ¿Qué es la muerte? ¿Los dioses qué son para 
que de ellos tengáis angustias? ¿Qué es la amada para que de ella tengáis 
insomnios?. El hombre y su existencia, la muerte, la religión y el amor. 
Cuatro trazos señalados de la especie. Como una res el hierro marca la 
conciencia humana.
Hahn vuelve a interrogarnos en el primer verso de su segunda estrofa, 
cuarteto: ¿Cuál silencio puede ser más hondo? ¿El que brilla en las llagas 
de la nada o el que fulge después de tus sollozos/como una lámpara 
invisible?. Sencillos y hermosos versos, aleccionadores en la textura de su 
contenido, y todo pareciera girar entorno al tema del amor, a una manera 
particular de iluminarnos con lo que se ve y no se ve. Silencio que brilla 
en las llagas de la nada o el que resplandece después de tus sollozos. Ambos 
son fruto del sufrimiento.
El poeta retorna en sus cinco versos siguientes en su tercera estrofa, a la 
amada, y luego de un enunciado genérico: Dulce es la aurora de las 
madreselvas/, reconoce en ella que Dulce es el beso de la amada/dulce es, 
reitera, Cuan dulce eres tú oh hurtadora de mi agónico sueño.
Pareciera una contradicción con la interrogante del primer cuarteto, cuando 
se pregunta ¿Qué es la amada para que tengáis insomnios?. Pero no, va más 
lejos, porque el insomnio es intranquilidad, desasosiego, perturbación del 
sueño. Mientras que el acto ilícito de la amada, de hurtar, se produce en la 
agonía del inconsciente que es el sueño. Dramático, desde luego, robar ese 
gozo íntimo, personal, único en cada ser humano, como son los sueños. Llegar 
hasta ahí, sólo puede hacerlo el verdadero amor, ese que no habita 
precisamente en el rencor, ni en la solapa de algún traje gris o en el 
patètico egoìsmo del yo-yo.
Todos los adioses están escritos en el viento, subraya Hahn, y no deja de 
tener razón, porque son partida veloz, pequeñas e intensas fuerzas 
inasibles, raudos movimientos de pañuelos, que sólo saben desprenderse y 
enfatizar en la pérdida.
De alguna manera y sentido, responde a las cuatro interrogantes primarias 
del texto "Elevación de la amada", porque hay un vacío casi irreparable, que 
viene de unos dudosos orígenes de la importancia de la existencia y de los 
mitos que perduran sobre la vida humana cotidiana hasta nuestros días, y que 
suelen ser el pan diario de miles de millones de personas.
Reitera en el verso siguiente: todas las palomas llevan adioses en las 
alas/todos los ojos guardan un llanto no vertido/y he aquí las palabras que 
no te he dicho. Comienza a resolverse el poema, a tomar sentido tras un mar 
de interrogantes y aparentes vacilaciones, dudas, incógnitas.
El amor rompe leyes, afirma rotundo Hahn/nada contra corrientes y sus ojos 
escuchan. Es la innegable fuerza de todo verdadero amor y la fuerza misma 
del amor. Sin embargo, advierte: De rebeliones y quebrantos está hecho el 
amor.
Las afirmaciones y explicaciones no terminan allí, continúan, en el terceto 
que cierra el poema junto con un verso final: Hacia lo alto van los frutos 
maduros/hacia la tierra el vuelo de los pájaros/pero su condición no 
piérdese.
El verso concluyente es una coda iluminante, revela todo, explica, otorga 
sentido al viaje poético, arriba como un golpe de conejo: De nosotros dos 
está hecho el amor.