El mundo no necesita explicarse mucho por sí mismo. Los hechos hablan por sí solos. Cuando lo insólito se torna real, cotidiano, vivimos lo espeluznante. Un escenario que se le va de las manos a los banqueros, ya es de terror. Nada màs pulcro que los números que tienen fecha y resultados conocidos de antemano. No hay puntas para una madeja que no deja de asombrarnos con su complejidad, absurdos, y escenarios frìamente resueltos por la vía de la macabro.
Fellini no estaría con las manos cruzadas ni con los ojos cerrados, o Pasolini, el mismo Hitchcok, Ionesco, Becket, Sade, o cualquier artista o autor que no crea en un ciento por ciento en la ciencia ficción, porque la realidad, no la supera- no caigamos en ese cliché- sino, la abruma.
Leo lo que puedo y me guiña el ojo al pasar por esta red todo lo que intenta pescar y repite en distintos medios del mundo para millones de ojos que ven y leen simplemente lo mismo y no sabemos que comentarios terminan haciendo en las redes sociales, chat, o conversaciones con sus parejas, amigos o amantes furtivos. Quizás no digan nada y aprueben la aberración como una manera de subirse al diván de esta historia sin bajada ni subida. Pura sobrevivencia y estupidez.
La capacidad criminal narco pareciera solo comparable a los daños colaterales de estas guerras en países "oscuros", "agujeros negros" terrícolas, sitios sin rumbo erizados por el terror. Esa película es diaria, pavorosa, pero conocida. Hay quienes la han asimilado y la hacen debutar en verdaderas galas del espanto.
La pedofilia, el abuso a las mujeres, la corrupción, la ola que arrastra màs oleaje en todas sus formas y matices, convirtiéndonos en en un dato, un signo menos, una cifra, un punto en el enorme paisaje de la pobreza humana.
Todo este escenario da para sainete, opereta, música de fondo, sacra, regué. Tiene la característica que se repite y perfecciona, toma las dimensiones de un gran circo sin carcajadas, donde los payasos son crueles verdugos de la realidad. La información compite por desinformarnos. Alguien siempre está detras del lente para desenfocarnos la realidad.
Son millones y millones los que se siente seguros solo en la banca de una plaza. La institución fetichista de prèstamos y oportunidades, de esperanza hipotecaria, tiemblan los dientes de quienes pronuncian sus nombres. Las cifras son innecesarias mencionarlas, ademàs, lo màs probable es equivocarse de manera patética. Si los indignados realmente levantaran la mano, sólo con el dedo índice, taparían el sol y lloverían castigos, rayos y centellas del cielo.
Todo es posible e imposible, incertidumbre, concuerdan algunos filósofos, tiempos de orilla y mar de fondo. Todo es tan líquido, que la mano del hombre sigue liquidando por su propia mano al hombre, su hermano y semejante.
La lista de descontento es màs larga que el primer día de clases, de tantas falsas promesas que da miedo enumerarlas, nombrarlas, porque podrían perpetuarse como frutos podridos. El secreto probablemente no esté en decir que el jarròn se va a quebrar o que el último peldaño no alcanzará para subir el techo de la casa. Siempre se puede innovar hacia una nueva esperanza. Los nuevos muros que se han erigido, para reemplazar al gran muro derribado, saludan con su silencio la muerte en sus múltiples espejos cotidianos.
La burocracia no permite siquiera restaurar el Circo Romano, una obra emblemática de la capacidad humana por divertirse con la muerte del otro. ¿Qué dirán los intelectuales italianos, españoles, griegos, húngaros, norteamericanos, mexicanos, franceses, portugueses, de este colosal fracaso de las finanzas, globalización, de las ofertas y propuestas de cambio? Sólo es una pregunta, nadie debe tomarse màs en serio una interrogante que la realidad.
No seamos màs excépticos que la realidad, ni màs optimistas que el espejo que la recrea y proyecta. Es un mar que se agita en sus olas, este 2012 que apenas acaba de empezar. ¿Es un calendario viejo o trae material en su resaca del 11? No hay más cábalas que la propia realidad.
Recorría con el cursor alejado de cualquier interès de enterarme de algo importante. Vagaba como un ejercicio alejado de la realidad. Así, cualquier cosa es posible. La verdad no siempre es la misma para todos. Algunos comparten las suyas a medias. Suelen hasta publicarlas. Apelaba al viejo azar de una cierta nocturnidad consentida. Uso del viejo paladar lúdico de 40 años de profesión. Un paisaje raro, sin duda. Un cuchillo sobre el mapa de una Isla pirata. Todo es posible en la red. ¿Dónde estamos viajero? 1914/29/39/45...cada època pone sus muertos y los entierra a su manera.
La narco muerte masiva, delirante; la señorita inglesa con sus dos vaginas y virginidades perdidas disfrutando una doble vida consentida por la genética; los cuatro marines norteamericanos orinado a unos campesinos afganos muertos; muros que se levantan sobre el gran muro derribado; pedofilia universal, indignados que si levantaran solo el dedo índice taparían el sol. Una niña de 15 años confiesa que mató a su amiga de 9, para saber què se sentía. El ambiente noticioso apesta. Se supera asimismo. Una alfombra de escombros del tsunami que azotó Japón hace 10 meses, del tamaño del estado de California, llegó a la Costa Oeste de Estados Unidos y Canadá. Aún no se recuperan 3.700 cuerpos de ciudadanos japones. La alfombra arrastrò por miles de kilòmetros productos químicos tóxicos y otros materiales que deberán ser evalaudos por los expertos.
Lo insólito, espeluznante, escalofríante, que nos sigue desconcertando acerca del comportamiento humano, la red lo recoge y disemina como esta alfombra que se ha arrastrado por el mar, según nos relata la agencia alemana de noticias, DPA. Todo es posible en la red, pesca hechos de todas partes del mundo y los lanza al mar de información que procesamos diariamente. Seguirán sucediéndose hechos insólitos y dramáticos, sobre todo. Un detalle. 550 mil hipotecas dejaràn a sus dueños en la calle en los próximos cuatro años en España. Es un dato. El fracaso de la globalizaciòn es global. La miseria de horroriza del terror y viceversa.
Las historias seguirán sucediéndose. El mundo líquido fluye una gelatina llena de incertidumbre.
El matrimonio italiano Salvatore de Salvo y Antonia Azzolini, 45 años de casados, siete sin trabajo, abandonados por el estado y la sociedad, empujados a vivir después de perder su casa y de un intento de suicidio, en una ratonera con una humedad de locura llamada asilo, terminaron suicidándose dramàticamente cada uno por su cuenta después que les separaron de lugar. Imploraron por una solución a travès de cartas al ex Primer Ministro y multimillonario, Silvio Berlusconi. Tenían empapelado el asilo con las promesas de los polìticos, que terminaron asqueándoles por su crueldad." "al Ilustre Caballero Berlusconi dedicamos nuestro saludo: Ave Silvio, morituri te salutan", reza el final de una de sus cartas finales, acosados por la desidia gubernamental. "Leeréis en los periódicos con cuanta dignidad saben morir dos ciudadanos asqueados de la hipocresía y de la crueldad de vosotros, los políticos", escribió un matrimonio italiano en una carta publicada por el semanario Oggi antes de poner fin a su vida el pasado domingo en Bari, en el sur de Italia, comenta el diario catalán El Periódico.
Antonia, de 69 años, se suicidó al ingerir una fuerte dósis de barbitúricos. Salvatore, de 64 años, no tuvo la misma suerte, las pastillas no le sirvieron, así que se internó en el mar de Bari, donde ocurrió la tragedia, no solo por amor, como Romeo y Julieta, sino por desesperación económica, pérdida de su casa y trabajo, ausencia de solidaridad gubernamental.
Son millones y millones los que se siente seguros solo en la banca de una plaza. La institución fetichista de prèstamos y oportunidades, de esperanza hipotecaria, tiemblan los dientes de quienes pronuncian sus nombres. Las cifras son innecesarias mencionarlas, ademàs, lo màs probable es equivocarse de manera patética. Si los indignados realmente levantaran la mano, sólo con el dedo índice, taparían el sol y lloverían castigos, rayos y centellas del cielo.
Todo es posible e imposible, incertidumbre, concuerdan algunos filósofos, tiempos de orilla y mar de fondo. Todo es tan líquido, que la mano del hombre sigue liquidando por su propia mano al hombre, su hermano y semejante.
La lista de descontento es màs larga que el primer día de clases, de tantas falsas promesas que da miedo enumerarlas, nombrarlas, porque podrían perpetuarse como frutos podridos. El secreto probablemente no esté en decir que el jarròn se va a quebrar o que el último peldaño no alcanzará para subir el techo de la casa. Siempre se puede innovar hacia una nueva esperanza. Los nuevos muros que se han erigido, para reemplazar al gran muro derribado, saludan con su silencio la muerte en sus múltiples espejos cotidianos.
La burocracia no permite siquiera restaurar el Circo Romano, una obra emblemática de la capacidad humana por divertirse con la muerte del otro. ¿Qué dirán los intelectuales italianos, españoles, griegos, húngaros, norteamericanos, mexicanos, franceses, portugueses, de este colosal fracaso de las finanzas, globalización, de las ofertas y propuestas de cambio? Sólo es una pregunta, nadie debe tomarse màs en serio una interrogante que la realidad.
No seamos màs excépticos que la realidad, ni màs optimistas que el espejo que la recrea y proyecta. Es un mar que se agita en sus olas, este 2012 que apenas acaba de empezar. ¿Es un calendario viejo o trae material en su resaca del 11? No hay más cábalas que la propia realidad.
Recorría con el cursor alejado de cualquier interès de enterarme de algo importante. Vagaba como un ejercicio alejado de la realidad. Así, cualquier cosa es posible. La verdad no siempre es la misma para todos. Algunos comparten las suyas a medias. Suelen hasta publicarlas. Apelaba al viejo azar de una cierta nocturnidad consentida. Uso del viejo paladar lúdico de 40 años de profesión. Un paisaje raro, sin duda. Un cuchillo sobre el mapa de una Isla pirata. Todo es posible en la red. ¿Dónde estamos viajero? 1914/29/39/45...cada època pone sus muertos y los entierra a su manera.
La narco muerte masiva, delirante; la señorita inglesa con sus dos vaginas y virginidades perdidas disfrutando una doble vida consentida por la genética; los cuatro marines norteamericanos orinado a unos campesinos afganos muertos; muros que se levantan sobre el gran muro derribado; pedofilia universal, indignados que si levantaran solo el dedo índice taparían el sol. Una niña de 15 años confiesa que mató a su amiga de 9, para saber què se sentía. El ambiente noticioso apesta. Se supera asimismo. Una alfombra de escombros del tsunami que azotó Japón hace 10 meses, del tamaño del estado de California, llegó a la Costa Oeste de Estados Unidos y Canadá. Aún no se recuperan 3.700 cuerpos de ciudadanos japones. La alfombra arrastrò por miles de kilòmetros productos químicos tóxicos y otros materiales que deberán ser evalaudos por los expertos.
Lo insólito, espeluznante, escalofríante, que nos sigue desconcertando acerca del comportamiento humano, la red lo recoge y disemina como esta alfombra que se ha arrastrado por el mar, según nos relata la agencia alemana de noticias, DPA. Todo es posible en la red, pesca hechos de todas partes del mundo y los lanza al mar de información que procesamos diariamente. Seguirán sucediéndose hechos insólitos y dramáticos, sobre todo. Un detalle. 550 mil hipotecas dejaràn a sus dueños en la calle en los próximos cuatro años en España. Es un dato. El fracaso de la globalizaciòn es global. La miseria de horroriza del terror y viceversa.
Las historias seguirán sucediéndose. El mundo líquido fluye una gelatina llena de incertidumbre.
El matrimonio italiano Salvatore de Salvo y Antonia Azzolini, 45 años de casados, siete sin trabajo, abandonados por el estado y la sociedad, empujados a vivir después de perder su casa y de un intento de suicidio, en una ratonera con una humedad de locura llamada asilo, terminaron suicidándose dramàticamente cada uno por su cuenta después que les separaron de lugar. Imploraron por una solución a travès de cartas al ex Primer Ministro y multimillonario, Silvio Berlusconi. Tenían empapelado el asilo con las promesas de los polìticos, que terminaron asqueándoles por su crueldad." "al Ilustre Caballero Berlusconi dedicamos nuestro saludo: Ave Silvio, morituri te salutan", reza el final de una de sus cartas finales, acosados por la desidia gubernamental. "Leeréis en los periódicos con cuanta dignidad saben morir dos ciudadanos asqueados de la hipocresía y de la crueldad de vosotros, los políticos", escribió un matrimonio italiano en una carta publicada por el semanario Oggi antes de poner fin a su vida el pasado domingo en Bari, en el sur de Italia, comenta el diario catalán El Periódico.
Antonia, de 69 años, se suicidó al ingerir una fuerte dósis de barbitúricos. Salvatore, de 64 años, no tuvo la misma suerte, las pastillas no le sirvieron, así que se internó en el mar de Bari, donde ocurrió la tragedia, no solo por amor, como Romeo y Julieta, sino por desesperación económica, pérdida de su casa y trabajo, ausencia de solidaridad gubernamental.