Un hombre predicaba en una esquina de la ciudad,
el mundo
seguía inmóvil frente al abismo.
El hombre
parecía orar en voz alta una letanía
ilegible:
sería una
irresponsabilidad -decía-sin límites-
ser
arrojados a este gran manicomio y darnos
cuenta
que no existe
un ser superior, repetía, repetía,
hasta
quedar sin aliento, sin sentidos.
La tierra
cumplía su circunvalación alrededor del sol
en el
perfecto orden y ciclo de sus
estaciones.
Rolando Gabrielli2025
A man was preaching