Vallejo
No seas triste poesìa,
Vallejo ha muerto,
doloroso sangrante pulmòn
de una orquesta huèrfana.
Las rodillas no mueren por humillaciòn
no se ahogan de tristeza los bostezos,
ni se asfixian las palabras,
se descomponen en sílabas, tal vez
y no todas las letras
son vocales abyectas.
Sòlo deja que la poesìa
haga su trabajo.
Rolando Gabrielli©2009
Què buena frase para una fiesta del libro y de la palabra: ¡Todos a leer!. Imperativa, es un llamado sin exclusiòn. Una convocatoria de Escuela a sus estudiantes. Volver al A, B, C, al tacto del monje medieval sobre la pàgina ùnica e irrepetible, a la memoria tipogràfica, al puente real de lo impreso. Palabra sobre palabra, el libro suma la historia, la aventura y los sueños.
Por la atmòsfera que crean los libros, esta V Feria Internacional de Panamà, que se realizarà del 19 al 23 de agosto pròximo, se convierte en un espacio ùnico, especial para la reflexiòn y retomar la lectura, el contacto fìsico con el libro y algunos autores.
Perù, tierra de grandes poetas y novelistas, es el paìs invitado de honor y el eje temàtico de la presentaciòn de la tierra inca es de acuerdo con informaciòn de los organizadores del evento, 400 años de publicación de la obra “Comentarios Reales de los Incas”, del escritor e historiador hispano peruano Inca Garcilaso De La Vega. Fue autor de una obra importante rechazada por la corona española por subversiva.
Renèe Àvila, Presidente de la Càmara del Libro de Panamà, adelantò que a la fecha hay cinco escritores peruanos invitados: Alonso Cueto, Antonio Cisneros, Cecilia Podestà, Josè Carlos Yrigoyen y Àlvaro Linares Clarke. La recièn laureada cineasta peruana con el Oso de Oro del Festival Internacional de Cine de Berlín 2009, Claudia Llosa, por su filme La teta asustada, ya confirmò su participaciòn al igual que el novelista Alonso Cueto, informó a este blog, la Relacionista Pùblica de la Feria, Cibeles de Freitas. Cueto, quien obtuvo el Premio Herralde 2005 con su novela La hora azul, presentará en Panamá su colección de ensayos sobre libros y autores "Sueños reales" (Seix Barral, 2008).
Antonio Cisneros es un poeta reconocido en Amèrica latina, Premio Nacional del Perù y Premio Casa de las Amèricas en 1968, con Canto Ceremonial contra un oso hormiguero. Poeta urbano, narrativo, marino, viajero, eminentemente originario del Perù y de la tribu.
He buscado inùtilmente en mi accidentada Biblioteca, depurada por los viajes apurados, traslados obligados, por el tiempo que todo agita y mueve, un libro que tenìa de Cisneros, el Canto ceremonial, pero se ha esfumado y me quedò en la memoria la amistad de Cisneros con Lihn, sus viajes a Chile, un parentezco en las diferencias, porque las raìces peruanas parecieran tirar de las piernas. Comentarios reales es otro libro interesante de Antonio Cisneros y allì escribe unos versos memorables.. "Mal negocio hiciste, Almagro. / Pues a ninguna piedra / de Atacama podías pedir pan, / ni oro a sus arenas. / Y el sol con su abrelatas, / destapó a tus soldados / bajo el hambre / de una nube de buitres". Todos sabemos y conocemos de la riqueza peruana y de la pobreza de la pobre Capitanìa de Chile.
Cisneros es uno de esos mohicanos de los sesenta y veremos que trae en su equipaje.
Panamà, el istmo èmbolo de las Amèricas, paso obligado, punto de encuentros, tiene una honda vinculaciòn històrica con el Perù, el Sur, porque desde aquì partieron los españoles a conquistar el imperio Inca. Francisco Pizarro y Diego Almagro, quien descubrirìa posteriormente Chile, dos analfabetos aventureros partieron de Panamà en una expediciòn de conquista con 180 hombres. Tras el asesinato de Atahualpa y de la elite Inca, se establecieron en el Virreynato del Perù. Los españoles nombraron como sucesor de Atahualpa a Manco Capac y asesinaron al inca rebelede, Tupac Amaru. Luego de descubrir la estrategia española, Manco Capac se refugiò en la montana para proteger la historia, identidad, cultura de su pueblo. Los españoles nunca descubrieron el sitio de Machu Picchu, una de las grandes maravillas de la humanidad y expresión de la visión y de la grandeza Inca.
Panamà era una plaza española importante, donde el Reino habìa construido la primera ciudad en tierra firme en el Pacìfico americano- Panamá La Vieja- y además desarrollaba las famosas Ferias de Portobelo, en el Atlántico. Desde allì, España comerciaba, hace casi 470 años, con sus colonias. A ese puerto del Atlàntico panameño, llegaba el oro de Perù y Ecuador y otras riquezas, para ser embarcadas a la metròpolis española.
Casi cinco siglos despuès, La Feria del Libro Internacional de Panamà, en su V versiòn, vuelve a encontrar a dos pueblos unidos por la historia a pesar de sus distancias geogràficas.
El libro no puede ser un barco a la deriva, no es papel ni letra de naufragio, y tiene un objetivo: conquistar el corazòn del lector, hacer vivir la imaginaciòn, ser aventura, sueño y secretamente, no tiene lìmites, porque su materia prima es la màs valiosa: el conocimiento.
Perú, con alrededor de 28 millones de habitantes, cuenta con una extraordinaria tradición literaria en narrativa, ensayo y poesía. Nombres hay muchosa lo largo de la historia del país Inca y rescataremos algunos que nos vienen a la memoria, siempre arbitraria y servida a sus propios gustos, al placer de las lecturas. César Vallejo, que pareciera ser la "piedra más honda, universal y auténtica del Perú", Ciro Alegría, José María Arguedas, Mario Vargas Llosa, Manuel Scorza, César Moro, Carlos Germán Belli, José Carlos Mariátegui, Luis Alberto Sánchez, Antonio Cisneros, César Calvo etc. Y los que vienen, jòvenes, y estàn y aùn no conocemos. Las listas son apenas señales, indicios, una orilla de la geografìa profunda de la literatura de un paìs
Pero es César Vallejo, quien nos habla siempre desde su hondura, dolor, con su verbo lúcido, inaugural, permanente, conmovedor, de tigre herido. Hay que volver a leer a Vallejo para entender por qué nació un día en que Dios estuvo enfermo. Masticaba en París, "y no saben por qué en mi verso chirrian, oscuro sinsabor de féretro..." Los Heraldos Negros, en 1918, su primer libro nos anuncia en el poema que abre el poemario, lo que trae en el corazón, en el alma, en los huesos, la metafísica de Vallejo..."Hay golpes en la vida, tan fuertes...Yo no sé!" Así se presenta y en adelante todo lo demás, será poesía, absolutamente poesía.
Vallejo muere joven, en Parìs, un jueves, tal y como lo anunciò, tenìa el recuerdo, se va atravesado de humanidad: Muriò mi eternidad y estoy velàndola. Vallejo se biografiaba en sus ùltimos dìas, de adentro hacia afuera, y tal vez màs en su tiempo final, aunque siempre lo hizo. "Yno sufro este dolor como Cèsar Vallejo. Yo no me duelo ahora como artista, como hombre ni como simple ser vivio siquiera. Yo no sufro este dolor como catòlico, como mahometano ni como ateo. Hoy sufro solamente. Si no me llamase Cèsar Vallejo, tambièn sufrirìa este mismo dolor. Se sustancia asì mismo en Poemas Humanos, un documento visceral de sus dìas, desde la mèdula, Vallejo vallejea su existencia, el paso, lo que queda transita...Me viene, hay dìas, una gana ubèrrima, polìca,/de querer, de besar al cariño en sus dos rostros/y me viene de lejos en querer/demostrativo otro querer amar...Son los dìas de la sagrada escritura, el cholo quiere escribir, "pero me sale espuma", dice, y no es un decir, porque "quiero decir muchìsimo y me atollo." Resume en estos versos sus adentros, los lìmites, las pausas, la gota del dolor de la poesìa y que horada la roca desintegrada de sus dìas.
La muerte rondò la atmòsfera que respiraba desde joven y su primer libro son Los Heraldos de la muerte, no por negros ni oscuros, sino porque hasta la muerte ha estado alegre, dice el poeta. Durante 13 largos años dejò de escribir en Parìs hasta que la tuberculosis lo empujò finalmente a volar su vuelo de còndor herido mortalmente, con sus hùmeros a la mala. Su poema Intensidad y altura es un mensaje a su futuro, a su realidad presente, a sus dìas fianales: Vàmonos!, Vàmonos! Estoy herido;/vàmonos a beber lo ya bebido,/vàmonos, cuervo, a fecundar tu cuerva.
Entre las pèrdidas y los recobros, -los libros son como los amores,- van y vienen, unas veces se esfuman en el humo de su propio espacio, historia y tiempo. Entre los recuperados recientemente de mi biblioteca chilena, està la novela de Josè Marìa Arguedas: El Zorro de arriba y el Zorro de abajo. Son las ùltimas palabras del autor de Los Rìos profundos, Si no escribo y publico, me mato , repite y transcribe en esta obra Arguedas, como un feroz testimonio de vida y muerte. La ùltima y ùnica muerte que le quedaba.
En el Zorro de arriba y Zorro de abajo, Arguedas comienza explicando su ùltimo itinerario de vida. "En abril de 1966, hace ya algo màs de dos años, intentè sucidarme". Asi abre su primer Diario de su novela y lo fecha en Santiago de Chile, un 10 de mayo de 1968. Por esas casualidades de la vida, yo lo conocì en casa de un compañero de curso en 1965, cuando terminaba la secundaria. Èl es el escritor Josè Marìa Arguedas, me dijo, cuando me lo presentò a la hora de almuerzo. Atando cabos, despuès supe que le atendìa una psiquiatra chilena, ademàs que estaba casado con la hermosa Sybila Arredondo, ex mujer de Jorge Teillier. En esta ùltima novela, Arguedas deja testimonios sobre escritores amigos y conocidos, Nicanor Parra, Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti Alejo Carpentier, Joao Guimaraes Rosa; Gabriel Garcìa Màrquez, Josè Lezama Lima, Carlos Fuentes, de quien dice: "Es muchos artificios, como sus ademanes".
"Yo vivo para escribir, y creo que hay que vivir desincondicionalmente para interpretar el caos y el orden", testimonio y revela su actitud frente a la escritura, Arguedas. Y va respirando, rumiando tal vez, su desazòn...Y desde ayer, desde que empecè a escribir las primeras lìneas de ayer, la nuca me oprime hasta desequilibrarme. En El Zorro de arriba y el Zorro de abajo, un lector casual se da cuenta que su autor se habìa dejado atrapar por los aires oscuros, somnolientos de la muerte. Dialogaba consigomismo de su "audacia" por hablar y decir lo que decìa de sus pares, incluida la polèmica con Julio Cortàzar y alguns alfilerazos a los "escritores profesionales". Y no porque suponga que estas hojas se publicaràn sòlo despuès que me haya ahorcado o me haya destapado el cràneo de un tiro, cosas que, sinceramente creo aùn que tendrè que hacer. Sin embargo, Arguedas tenìa alguna esperanza cuando revelaba: Puede tambièn que me cure aquì en Santiago, como en 1962, de un mal de la misma laya y origen, aunque menos grave y en edad todavìa de merecer. Y si me curo y algùn amigo a quien respeto me dice que la publicaciòn de estas hojas servirìa de algo, las publico. Porque yo si no escribo y publico....Y terminò pegàndose un tiro.
Le habìa atrapado el pecho el guayco, perdièndole del camino, como dice en su epìlogo en carta al editor Gonzalo Losada. Se le habìa venido la avalancha de agua, piedra, àrboles. Reconoce que su ùltima escritura ha sido una lucha contra la muerte, que tàcitamente segùn sus palabras y la motivaciòn testimonial de la misiva, daba cuenta que la muerte habìa ganado esa pelea. En 1968, y cerramos el cìrculo de esta nota, recibiò el premio Inca Garcilaso de la Vega y lo agradeciò con un discurso que intitulò: "No soy un aculturado."
Arguedas habla allì, denuncia que el pueblo que realizò hazañas por las que la historia lo considerò un gran pueblo, ahora vivìa oprimido por el desprecio social, la dominaciòn polìtica y la explotaciòn econòmica. Dijo que ese pueblo se habìa convertido en una naciòn acorralada, aislada para ser mejor y màs fàcilmente administrada.
Se sabìa hijo de dos naciones en pugna, etnòlogo de profesiòn, hablaba y cantaba en quechua, pensaba y escribìa en peruano. "Yo no soy un aculturado; yo soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz habla en cristiano y en indio, en español y en quechua. Deseaba convertir esa realidad en lenguaje artìstico y parece ser, segùn consenso general, que lo he conseguido. Por eso recibo el premio Inca Garcilaso de la Vega con regocijo.
En 1969, se sucidarìa en la Universidad Agraria, donde daba clases.
Rolando Gabrielli©2009