Todos los premios, el Premio
Hace màs de medio siglo que se viene afirmando que la novela està muerta, el tiempo que Mario Vargas Llosa escribe novela. A pesar de estos pronòsticos pesimistas, los escritores siguen escribiendo novela y no se ha encontrado una mejor manera para ficcionar la realidad o reinventarla, contar historias paralelas, hacer vivir un mundo de aventuras al lector, aùn en el siglo digital, mediàtico, endiosado por la imagen y el espectàculo. La Academia Sueca, con su innegable poder fàctico del premio global y su extraordinario manejo del suspenso, nos ha dicho una vez màs que la novela existe y esta vez es latinoamericana, se escribe en español y sus personajes viven en un subcontinente apedreado por la historia y con una imaginaciòn a prueba del mejor de los sueños posibles.
Mario Vargas Llosa, un discìpulo de esta realidad, notable narrador, hombre conservador, del establecimiento, que a sus 74 años habìa recibido todos los premios posibles como los doctor honoris causa existentes, obtuvo hoy, 7 de octubre del 2010, el Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca se las arreglò este año para ser lo suficientemente crìptica con el contenido de su decisiòn, porque concediò el premio a la obra del peruano: ""Por su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, la revuelta y la derrota". Un diseñador de mapas, mundos literarios, que ademàs se refiere a las revueltas, quizàs revoluciones y la derrota, porque toda literatura puede llegar a ser una victoria pìrrica en la conciencia humana.
Vargas Llosa y la Academia Sueca nos han sorprendido, cada uno a su manera, con el anuncio del Nobel y la primera entrevista del flamante ganador, autor de Conversaciòn en la Catedral, La ciudad y los perros, Los cachorros, Los Jefes, La Casa verde, La fiesta del chivo y una serie de notables ensayos sobre Falubert, Gabriel Garcìa Màrquez, Juan Carlos Onetti, Josè Marìa Arguedas. Dijo, en su primera y extensa entrevista en Nueva York, donde reside y trabaja como profesor invitado en Princeton, Nueva Jersey, que ya se habìa olvidado del lauro, èl que estuvo, agregamos, por mucho màs de una dècada en el congelador de la antesala, el màs gèlido de los lugares para un escritor de su talla, ambicioso y sin lìmites, en el justo nivel de las palabras. La tenacidad del futuro Hijo Ilustre de Arequipa, la Ciudad Blanca, donde naciò ys e piensa levantar una estatua en vida, Vargas LLosa, es proverbial, basta con ver su vasta obra y su vocaciòn frente a la pàgina en blanco que comienza a las 5 de la mañana de cada dìa, como si estuviera escribiendo la ùltima palabra de su vida. Por ello, no hace recomendaciones explìcitas a un principiante de escritor, como le preguntaron en la conferencia de Nueva York, sino que le dice que asuma la condiciòn de este oficio ancho y generoso.
Arequipa se apresta para una gran fiesta, ciudad històrica, legendaria, vieja capital y que ademàs fue bendita por Miguel de Cervantes Saavedra en su famosa obra La Galatea, con esta frase: "En Arequipa, eterna primavera"
Estaba irreconocible Vargas Llosa, exultante ha dicho la prensa internacional, yo dirìa humilde, receptivo, abierto, perdonando inclusive a la Academia por sus faltas y olvidos, con Borges principalmente, aunque la lista es màs larga. "Pensè que era una broma cuando me llamaron a las 5 de la madrugada y contestò mi mujer, Patricia", comentò a los periodistas de la Gran Manzana, que en ningùn momento hablaron de su literatura, pero sì se refirieron al oficio de escritor, apuntaron tambièn a sus diferencias con Garcìa Màrquez, al conflicto o las negociaciones del Medio Oriente, a su relaciòn con el Perù, a su estado emocional, què iba a hacer despuès del Nobel y al futuro del libro, entre otros temas.
Vargas Llosa es un autor indispensable del siglo XX en la narrativa latinoamericana, como Borges, Cortàzar, Onetti, Carpentier, Rulfo, Garcìa Màrquez, Roa Bastos, Fuentes, Donoso y Bolaño, entre otros, que reflejan el rico, complejo, variado, ancho panorama y mundo de la prosa de la Amèrica de habla española.
En la Babel, a ratos en español, otras veces en inglès, en el Instituto Cervantes, Vargas Llosa se sentìa como en casa y ante una atmòsfera que tenìa mucho que ver con la polìtica y la època en que vivimos, dejò en claro que querìa ser recordado como escritor. Advirtiò que no dejarà de escribir. Ser escritor, subrayò, requiere de trabajo, disciplina, esfuerzo. Sin embargo, su conciencia acusò recibo, cuando dijo, espero la Academia no me haya premiado por mi posiciòn polìtica. Casi una confesiòn, pero de eso se le acusa a los suecos izquierdistas de ayer y conservadores hoy. Vargas llosa es el màs polìtico quizàs de los escritores relevantes en la actualidad, sòlo omparable con el portuguès Josè Saramago, de reciente desapariciòn fìsica.
Es cierto que las personas cada dìa leen menos, sobre todo las extensas, complejas novelas, la llamada literatura dura, y prefieren los best seller o textos màs livianos, superficiales y hasta banales, al tiempo que privilegian otro tipo de entretenciòn desde el celular a las màs sofisticadas consolas de los video juegos. Frente a la evoluciòn del libro, los cambios tecnològicos, que de una y otra manera le estàn afectando al papel, Vargas Llosa sostuvo que tenìa la esperanza que la nueva tecnologìa no haga màs trivial el contenido de la literatura. Es cierto, precisò, existe la posibilidad que las nuevas tecnologìas empobrezcan el libro, pero està en nuestras manos que la literatura no destruya lo que hemos construido a lo largo de la civilizaciòn. Hay que promover la literatura, insistiò el Premio Nobel 2010, porque no es sòlo conocimiento, ideas, sino placer y su goce es incomparable. La literatura es sinònimo de libertad y la libertad despierta un espìritu crìtico. Una sociedad sin literatura tiene menos libertad, enfatizò.
Màs allà de sus declaraciones en favor de la libertad, democracia, libre mercado, liberalismo per se, Vargas Llosa reiterò su adhesiòn a Israel, aunque dijo que los palestinos tenìan derecho a un Estado independiente y que se mostraba decididamente no partidario de la construcciòn de viviendas en la Franja de Gaza por parte de los judìos, ya que eso ponìa obstàculos a las negociaciones.
Siguiendo su trayectoria polìtica en las ùltimas dos dècadas, su trànsito de la izquierda al neoliberalismo, leyendo sus artìculos a travès de la prensa, surge el polìtico, el hombre del establecimiento conservador, inclaudicable en sus principios y lo vemos con su ojo polifèmico, ùnico, derribar los muros de un sòlo lado. Pareciera que no existen otros factores de contradicciòn, conflicto, en el mundo, y que no se viviera una recesiòn del capitalismo salvaje debido a las salvajadas de sus reglas vulneradas por sus propios mentores. Què las guerras en Irak y Afganistàn, fueran pa(i)sajes de un mundo mejor. Surge un gran vacìo, como un ocèano que arrastra las palabras en un sòlo sentido. Es apenas recoger parte de una atmòsfera enrarecida por muchos otros factores y donde las corrientes del Sur, son meros observadoras de un mundo que aprieta un botòn a distancia hacia algùn lugar remoto indeseable, un agujero negro, y no todos viajamos en un mismo vagòn o hacia un lugar comùn. Un mundo verdaderamente excluyente a pesar de estar globalizado, porque sòlo compartimos las ruinas de los Señores de la Guerra.
La mayorìa de los participantes de la conferencia eran periodistas norteamericanos, que lanzaban sus primeras preguntas al flamante Premio Nobel y querìan saber que pensaba de los hispanos en Estados Unidos, que en verdad son en su mayorìa mexicanos y latinoamericanos. Vargas Llosa es hispanoperuano, por su nacionalizaciòn, y respondiò: "Los hispànicos deben estar orgullosos de su cultura, historia, de la imaginaciòn de sus escritores y citò algunos: Cervantes, Quevedo, Gòngora, Octavio Paz y Garcìa Màrquez.
Se sintiò deudor del Perù, porque la infancia, la adolescencia y juventud son claves en la experiencia de un escritor. "Yo soy el Perù, el Perù es mi vida", reafirmò. El autor de Los Jefes, elogiò la literatura brasileña, hablò de sus deudas y nombrò a Guimaraes, entre otros. Reconociò sus deudas tambièn con España, desde el punto de vista de la difusiòn literaria. Todos sabemos y conocemos de su devociòn declarada por Flaubert. No olvidemos, que su maestro, Flaubert, ya lo dijo: Madame Bobary, soy yo.
Despuès de su primera y extensa entrevista como Premio Nobel, con una mesa llena de micròfonos, CNN, le hizo una entrevista màs corta y reductiva, esencialmente polìtica. Vinieron entonces los temas claves de su universo polìtico: Cuba y Venezuela. Si tuviera la oportunidad de hablar con Fidel Castro y Hugo Chàvez, què les dirìa, sacò de la manga la periodista colombiana. Que se vayan, respondiò casi sin pensar, son un estorbo. Ahì nos encontramos nuevamente con el viejo candidato neoliberal, afincado en las ideas de los chicagos boys, el polìtico que "golpea con la derecha democràtica y en una sòla direccciòn: hacia la derecha" Muchos siguen comentando en las redes sociales, que su derechizaciòn le mantenìa alejado de toda chance al Nobel, como a Borges. El autor de Ficciones, jugò su suerte con una frase kamikaze: Prefiero la clara espada, a la furtiva dinamita, aludiendo a Pinochet y Afred Nobel. La Academia no se pudo hacer la sueca ante el borgeano personaje. El premio, premia la condiciòn humana, el humanismo reflejado en la obra del autor, su preocupaciòn y tratamiento de los temas esenciales del hombre y sus relaciones.
Los tiempos cambian de direcciòn. Suecia y sus acadèmicos tambièn. No es un punto a ignorar. La literatura es un negocio lleno de matices y los premios tambièn. Sin duda, la obra literaria de Vargas LLosa, supera al polìtico, afortunadamente para èl y sus lectores. El mismo advirtiò que la ideologìa no entraba en su escritura literaria, porque de lo contrario serìa propaganda. "Escribo artìculos para hablar de polìtica", refirma el propio Vargas llosa.
Despuès de todo, ha dicho de alguna manera que escribir es su manera de vivir. Su literatura seguirà siendo potente y su polìtica, casi borgeana.
Rolando Gabrielli©2010