La libertad de expresiòn y la verdad viven "patas arriba". Se ha transformado en uno de los secretos mejor guardados por los poderes fàcticos. La convocan los de siempre para lo mismo de siempre. El resultado es la fòrmula de Libertad al cuadrado. Detràs de esa filosofìa, viene la caballerìa a imponer sus reglas y modos de vida. Los caballos sueltos en la pradera siempre han sido màs libres que los periodistas.
Los periodistas siguen cayendo del cielo como pajaritos con sus alas cortadas en paìses democràticos y este deporte no parece importarle a las autoridades, ni a quienes distribuyen la fòrmula de Libertad al cuadrado. No son corresponsales de guerra, sino reporteros de la vida cotidiana. Encuentran la muerte en una esquina de la ciudad o a la salida de sus redacciones.
El mundo està lleno de ofertas, seminarios, cursos, rutas diversas de aprendizaje, on line o en vivo y en directo. Se despliega una fàbrica de trucos de sobrevivencia y para enfrentar el futuro, como nunca antes en la historia de la humanidad. Una industria de moler hechos, informaciòn convertida en polvo, la verdad en el mercado de las pulgas, sumergida en la cajita de Pandora. El gran paseo de las palabras, inician al desayuno los noticiarios de las grandes cadenas internacionales. La orquesta del Titanic seguirà tocando sin inmutarse.
Hace 41 años que ejerzo el periodismo de alguna manera en alguna situaciòn, lugar, espacio, en los màs diversos generos, cargos, freelance, y en medios establecidos en Amèrica latina, y sigo pensando como el primer dìa de clases, la objetividad es segùn el cristal con que se le mire, pero existe una aproximaciòn cuando se relatan los hechos tal cual ocurrieron. La verdad y la ètica, son las herramientas bàsicas de un periodista y fundamento para que su profesiòn siga existiendo y cumpliendo con su compromiso y deber social. Las nuevas tecnologìas, excepcionales, cautivantes, necesarias, ùtiles, sorprendentes, no contribuyen a mejorar una nota, el buen periodismo, si no se dice la verdad. El periodismo, informar, es y se hace atravez de una tècnica. Se estudia para saber como informar, pero como dicen los periodistas colombianos en su libro Ètica para periodistas, "Un periodista no puede ser un tècnico cazador de verdades sin ser al tiempo, èl mismo, veraz. La tècnica, sostienen Marìa Teresa Herràn y Javier Darìo Restrepo, se coloca al servicio de la ètica y èsta, a su vez, se convierte en el alma de la tècnica.
El periodismo tambièn es memoria como historia, los hechos son el mejor aliado de la verdad. Esta frase - Chileno, El Mercurio miente, se la escuchè en la televisiòn en blanco y negro al presidente de la Federaciòn de la Universidad Catòlica de Chile ante el Director de El Mercurio, Raùl Silva Espejo, quien enrojeciò de verguenza y acusò el repudio de quienes aùn sabìan leer y pensar en Chile. El 11 de agosto de 1967, la FEUC escribiò la frase en un gran telòn en el frontis del edificio administrativo de la Universidad, que fue visto por los santiaguinos durante un largo tiempo. La libertad de expresiòn es letra muerta, y toda libertad, cuando una cadena de periòdicos de un solo dueño, escriben la historia, la vida y la muerte de una naciòn. El monopolio periodìstico no es una mera anècdota o referencia històrica, existen ejemplos de medios que han derrocado presidentes o han sido plataformas para pavimentar el camino. Aùn hoy en dia, asì como aquellos viejos mastodontes que soportan algunos stablishment, y aquì no ha pasado nada.
Para algunos es pasado, pero el presente se vuelve a ser presente cuando tropezamos con la misma piedra.
Hace 41 años que ejerzo el periodismo de alguna manera en alguna situaciòn, lugar, espacio, en los màs diversos generos, cargos, freelance, y en medios establecidos en Amèrica latina, y sigo pensando como el primer dìa de clases, la objetividad es segùn el cristal con que se le mire, pero existe una aproximaciòn cuando se relatan los hechos tal cual ocurrieron. La verdad y la ètica, son las herramientas bàsicas de un periodista y fundamento para que su profesiòn siga existiendo y cumpliendo con su compromiso y deber social. Las nuevas tecnologìas, excepcionales, cautivantes, necesarias, ùtiles, sorprendentes, no contribuyen a mejorar una nota, el buen periodismo, si no se dice la verdad. El periodismo, informar, es y se hace atravez de una tècnica. Se estudia para saber como informar, pero como dicen los periodistas colombianos en su libro Ètica para periodistas, "Un periodista no puede ser un tècnico cazador de verdades sin ser al tiempo, èl mismo, veraz. La tècnica, sostienen Marìa Teresa Herràn y Javier Darìo Restrepo, se coloca al servicio de la ètica y èsta, a su vez, se convierte en el alma de la tècnica.
Para algunos es pasado, pero el presente se vuelve a ser presente cuando tropezamos con la misma piedra.