Gabrielli y Cardenal, en una entrevista en Panamà, sobre las Negociaciones del Canal, a mediados de los años 70
Las pesadas gotas parecen
pasos subiendo la grada
y el viento golpeando la puerta
una mujer que va a entrar.
Ernesto Cardenal
Y sonó la campana del poeta de Solentiname. Eco tardío para uno de los cinco poetas vivos más importantes en idioma español. El Reina Sofía, tocó las puertas de Nicaragua, donde Darío fue Darío y cambió la lengua en nicaraguense. Ernesto Cardenal es un poeta histórico de América latina, hombre de compromiso con su tiempo, gente, la humanidad, naturaleza y las palabras. Hay un tono, una visión, un mundo, largo recorrido y sobre todo un lenguaje en la poesía de este sacerdote de la palabra. En los sesenta nos impactó la voz de Cardenal, sus Epigramas de amor y contra la satrapía somocista que degollaba a los hombres libres y justos de América latina, y ofendía a la humanidad. Lo leíamos con religiosidad en el viejo Pedagógico de la Universidad de Chile, y las tardes santiaguinas tan lejanas a Managua se confundían con el mensaje perentorio, crucial, preciso propio del epigrama. Cuando la juventud universitaria o lectora repite los versos de un poeta, memoriza, sueña con ellos al amanecer, comparte lo que está viviendo el poeta, la palabra ha cumplido su objetivo y encontrado un destino.
Su Oraciòn por Marilyn Monroe, años despuès, se transformò en una plegaria por la fatal y adorada idolo de Hollywood y del mundo, porque Cardenal con su poesìa exteriorista, arrancò en sus palabras la biografìa del dolor, humillaciòn, abandono, "el de la huerfanita violada a los 9 años" Un monòlogo-diàlogo, sùplica, con el Señor para que la reciba con todas sus virtudes, miserias, y al final, le pide a èl que sea quien conteste el telèfono, la llamada que ella iba a hacer poco antes de morir en su habitaciòn en Los Àngeles, como la Diva que sigue siendo, la Diva del Hollywood de las super stars, que no dejan morir a los muertos. Una de las muertes misteriosas alrededor del clan Kennedy.
Para quienes èramos compañeros de juego en la poesìa en ese entonces, los Epigramas, Claudia y Myriam, los amores que desencantaron al poeta, nos acercaron a su poesìa como la abeja al panal. El Cardenal de principio de los sesenta, quien decìa "Tù no mereces siquiera un epigrama", y ya habìa abandonado el monasterio de Gethsemani Kentucky, donde conoce a su maestro, un monje trapense, Thomas Merton. Luego se fue a Mèxico a estudiar Teologìa y solo fue ordenado sacerdote en 1965, en Managua.
SOMOZA DESVELIZA LA ESTATUA DE SOMOZA EN EL ESTADIO DE SOMOZA
Desde los años cincuenta combatió a Somoza hasta el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979. El dictador, aferrado a los colmillos de un larga y sangrienta dinastìa, fue blanco de los Epigramas de un poeta que se centrò en Nicaragua., bajo la guìa de Pound, Catulo, Marcial y la propia historia que siempre le retò a comprometerse. ¿En que pensaba el jurado que no veìa la poesìa de Cardenal, ya en los 87 años, poeta mayor del habla hispana? Con fuerte y reconocida influencia de la poesìa norteamericana, Cardenal busca en el exterior la vida de las palabras, no teme hablar del neòn, precisar datos de marcas de automóviles, señalar detalles propios de la realidad comùn y corriente. Sigue, dice, la vieja tradiciòn de la poesìa de Homero, porque el exteriorismo, afirma Cardenal es tan antiguo como la poesìa bìblica y del viejo aedo griego. Cardenal no cree en una poesìa pura, interiorista, aislada del cuerpo de la vida. "La literatura debe prestar un servicio", sostiene y allì se emparenta con Neruda: "poeta de utilidad pùblica". Hay quienes piensan que la literatura es una trampa en sì misma. "La literatura sola, la literatura por la literatura, no sirve para nada", advierte Cardenal en un pròlogo a una Antologìa de la poesìa nicaraguense editada en La Habana y suscrito por èl en Solentiname el 3 de abril de 1972. Sus Epigramas dan cuenta de la atmòsfera de terror que infundìa el regimen de Somoza como una suerte de programa dominical para el pueblo nigaraguense, el rito de la violencia, temor, abuso, el clandestinaje, la apoderaciòn absoluta del erario nacional y de las vidas. Se oyeron tiros anoche/Se oyeron del lado del Cementerio./Nadie sabe a quièn mataron, o los mataron./ Nadie sabe nada. /Se oyeron unos tiros anoche./ Eso es todo.
Versos sencillos que arrancan de la realidad como un grito silencioso, impune, la fiesta del terror que viviò buena parte de Amèrica latina. La Guardia Nacional anda buscando a un hombre/Un hombre espera llegar esta noche al frontera/El nombre del hombre no se sabe/Hay muchos hombres màs enterrados en una zanj/a. El nùmero y el nombre de esos hombres no se sabe./ Ni se sabe el lugar ni el nùmero de las zanjas./ La Guardia Nacional anda buscando a un hombre./ Un hombre espera salir esta noche de Nicaragua. Hace màs de 50 años sucediò esta escena en la realidad del poema. Amèrica latina se mantuvo en sus sangrientas sombras por dècadas. Cardenal no olvida, seguramente y en Canto Còsmico, (1989) su opera prima, tan elogiada en Alemania, vuelve a abrazar el Big bang de la vida y la muerte del hombre y del planeta., el ying y el yang.
El amor en la poesìa de Cardenal es un tema que no desaparece, al igual que en Neruda. Desde luego, Epigramas abre con unos poemas del desamor, donde hace claras alusiones y advertencias a Claudia, su enamorada que pudo ser una conquista en el papel, pero lo que le interesa al lector es esa aproximaciòn del poeta a su amada, la exclusividad del poema y si a ella no le interesa, "un dìa se divulgaràn por toda Hispanoamèrica...Y si el amor que los dictò, tu tambièn lo desprecias, otras soñaràn con este amor que no fue para ellas." De todo lo ocurrido, quizàs en el imaginario del poeta en esta relaciòn, solo quedaràn los versos de Ernesto Cardenal para Claudia. (si acaso). ¿Es efìmera hasta la sospecha de amor? ¿Todo se borra? El poeta es quien domina con el ejercicio de la palabra y decide que permanecerà o no en el tiempo. Es, en definitiva, el poder de la palabra.
Esta serà mi venganza:
Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta
famoso
y leas estas lìneas que el autor escribiò para ti
y tù no lo sepas.
(E.C.)
SI TÙ NO ESTÀS EN NUEVA YORK
Su epigrama, donde hace un juego entre su amada y NY, es un clàsico. Si tù no estàs en Nueva York/en Nueva York no hay nadie màs/y si no estàs en Nueva York/en Nueva York no hay nadie. El futuro sacerdote, que dejarà atràs, en la memoria a Claudia, Miryam y no sabemos que otras enamoradas màs, ironiza el amor desvaìdo con la lucha contra Somoza, que serà un larga duraciòn, un viejo long play dinàstico, cuyo territorio me tocò conocer poco despuès que el tirano volaba a Paraguay y luego en mil pedazos en su ùltima Asunciòn hacia el infierno.
Tal vez nos casemos este año,
amor mìo, y tengamos una casita
Y tal vez se publique mi libro,
o nos vayamos los dos al extranjero
Tal vez caiga Somoza, amor mìo.
Es una enorme oportunidad la que nos brinda la historia contar en este siglo con un poeta como Ernesto Cardenal, siempre en el centro del compromiso, sin dar paso a la genuflexiòn. Tan generoso ha sido el premio cervantino con otros escritores y ha mantenido a raya a dos de los màs grandes poetas del habla hispana. Parra y Cardenal. Afortunadamente, sobrevivieron a esta injusticia, porque la ùnica que pierde es la poesìa y sus lectores, y sobre todo la lengua española. Cardenal ya debiò ser premiado con el Cervantes hace años, sus mèritos estàn a la vista por una obra personal, que nos descubre y recrea el corazòn doloroso, combativo del hombre de Amèrica latina, poesìa culta sin pretender serlo, clàsica, dialoga con el pasado, presente y el universo, està dentro de las cosas que nombra y registra para una futura memoria. Cardenal y Parra, los màs recientes premiados por el reino de España, juntos 184 años, son poetas del siglo XX y XXI. Ambos son admiradores, a su manera, de Neruda, Parra hasta el final de sus dìas, a pesar de las ironìas, existe un permanente homenaje a travès de la memoria e inclusive su cercanìa a Isla Negra. Las residencias nerudianas son obras que ningùn poeta del siglo XX o XXI, puede pasarse bajo la manga como un lector distraìdo en su ego. Cardenal y Parra vienen de la poesìa anglosajona, mientras que Neruda de la francesa, española y Whitman, entre otros.
Me han sorprendido las declaraciones de Cardenal, cuando se enterò del Premio Reina Sofìa, que la poesìa en castellano no està muy bièn y que su poesìa siempre ha tenido el mismo estilo, sin estilo. Poesìa exteriorista, calificada por el mismo, emparentada con el coloquialismo. Hace un tiempo, cuando me parecìa una enorme injusticia no darle el Cervantes a Parra y Cardenal, dos de los poetas vivos en idioma español màs importantes del siglo pasado y del actual, citè a este sacerdote de la teorìa de la liberaciòn y regañado pùblicamente por Juan Pablo II.
"La poesía de Parra siempre me ha gustado, y tiene mucha coincidencia con la mía, pero su poesía es nihilista, de un descreído, y la mía es de uno con fe, y sobre todo de uno con esperanza. Sus cuestionamientos a la Iglesia no los conozco, pero no serán tan fuertes como los míos, y yo tengo más derecho a hacerlos porque es mi Iglesia, y es mi Madre, y debo echarle en cara cuando se prostituye”. De Parra, dijo, sólo conozco aquel que dice: “Cuba sí - Yanquis también”, que en realidad no es ataque a Cuba, sino que siempre tratan de conseguir la solidaridad gringa y la consiguen mucho. En todo caso su poesía me gusta y su persona me divierte. Vea si no esta cita de él que yo hago en mi último libro:
Y yo iba con Nicanor Parra en bus en la India
al Taj Mahal, y me habló del físico que calculó
el número exacto de
átomos del universo
y dijo: el que no crea que los cuente.
DOS EN UNO Y UNO EN DOS
Cardenal sostiene recientemente que ha reivindicado lo social, revolucionario, polìtico y tambièn el amor juvenil. Despuès, el mismo descubre sus sentimientos, vino el amor a Dios. Uno de sus grandes maestros es Thomas Merthon, que no lo he visto citado en ninguna nota periodìstica. Y desde luego Ezra Pound, a quien cita quizàs sin darse cuenta: "¿Qué es la poesía?" repite en voz baja para luego decir: "¡Es el lenguaje! El lenguaje comienza con la poesía, después hubo la prosa". Pero en su obra de mayor aliento, Canto Còsmico, 581 pàginas, indaga desde la creaciòn, el Big bang, la evoluciòn del mundo y del hombre, a lo divino, polìtico, el amor, la especie, la ecologìa, el cosmos, las bestias, hasta aquellas cosas màs concretas como es el exteriorismo, Wall Street, y en un telòn de fondo donde està su pasiòn por Nicaragua, Amèrica latina, la vida en comunidad, la palabra, la historia, la luz, las estrellas, el hombre y la mujer carnal " La mujer abrièndose y entrando el hombre/es el simbolismo natural/ de una comunicaciòn màs misteriosa/dos en uno/y uno en dos". El polvo, el polvo de estrella que somos.
Y me sigo citando de un artículo sobre este autor, paìs tambièn de poetas:" Cántico cósmico es una especie de Canto general del Cosmos y la Tierra, su evolución. En alrededor de 600 páginas, Cardenal sopla el mundo como si fuera un polvo de estrellas errantes y se adentra en el hombre, vida y muerte. Es más, mucho más. Somos palabra / en un mundo nacido de la palabra / y que existe sólo como hablado / Un secreto de dos amantes en la noche / El firmamento lo anuncia como con letras de neón / Cada noche secreteándose con otra noche / Las personas son palabras / Y así uno no es si no es diálogo / Y así pues todo uno es dos / o no es / Toda persona es para otra persona / ¡Yo no soy yo sino tú eres yo! / Uno es el yo de un tú / o no es nada. / ¡Yo no soy sino tú o si no no soy! / Soy sí. Soy sí a un tú, a un tú para mí / a un tú para mí.
Cardenal hace referencia en su Cántico cósmico a Huidobro, Borges y en especial a Neruda. Y referencias a poetas como Bécquer, Homero, Roque Dalton. “Pío XII fue para mí lo que Stalin para Neruda”, dice en Cántiga 15, bajo el título: Nostalgia del paraíso. Es un libro mucho más complejo, rico, variado, con hallazgos."
Amor, muerte, sexo, vida, todos los pasados en el futuro y el presente como un pez en un rìo, hacia la mar, la mar, todo lo que es vida es muerte. Un libro de gèneros, poesìa, crònica, documental, narrativa, historia, exteriorista, un largo coloquio con el hombre y sus circunstancias y el cosmos. Poesìa que indaga y sigue el curso de la evoluciòn de la especie.
CANTIGAS DEL PASADO Y FUTURO, DE UN PRESENTE AMOROSAMENTE FEROZ
Hay èpica en estas Cantigas: palabra, historia, poema. ¿Cardenal recurre a su no estilo, como dijo cuando le anunciaron el premio Reina Sofía? Echa mano al pasado de sus antepasados, a la historia que viviò, conociò, la que circula aun ante sus ojos, denuncia el poder de todas la monedas y las falsas que resisten como cucarachas en las bòvedas. Cada poeta tiene sus recursos, y estos vienen de la mano de sus lecturas, vivencias, visiòn de vida, obsesiones, intereses, pasiones, un modo, una manera de enteder, ver, auscultar y digerir la vida. Hay muros y paredes, soldados, muertos, materia, partículas, noches de desaparecidos en la oscura noche de Managua que oscureciò Amèrica latina, y son Cantigas, cantos de pasado medieval, donde el poeta arrastra el polvo de las estrellas. Càntigas de la vida y la muerte, de la naturaleza humana, animal y del reino de la palabra. Cantos de amor, en uno y otro sentido,un canto por las especies, la humana y animal. Cardenal cubre no solo la superficie de la tierra y las cosas, la atmósfera del nacimiento y muerte, la resurreciòn de aquello que siempre es vida Oh viejas estrellas/ con sus simples ecuaciones,/ agua y polvo, humedad/ los muertos de la vida /y los vivos de la muerte,/ ascienden descalzos, volando,/ las manadas animales, /òrganos sin luz,/se vuelve oscuro el dìa/amanecer del hombre y la mujer/algo permanecerà intacto/como en un principio/en el fin de los tiempos/el comienzo de la nada/La mosca a revolotear sobre la ventana.
Rolando Gabrielli©2012