No me olvido de las palabras,
de ninguna palabra,
no sè que harìa sin ellas,
no sè que imaginan los que prefieren
el viejo trabalenguas del caballo
con su chicote el amo domesticàndole
o el buey cabizbajo,
podrido en la soledad de sus ojos de buey
de yunta con otro buey
Què quieren de las palabras
si las usan de supositorio en los discursos,
marca registrada de la banalidad
y de las promesas sin fin,
las pervierten clavadas en una ordenanza,
martillan, implacablemente mancilladas,
las màs bellas relucen como ratas
en una gaceta oficial sin destino,
prostituidas en notarìas pùblicas,
unas amparan a otras,
en discursos para sordos mudos ciegos
de todos los colores, a la violeta
El abecedario no tiene dueños.
Rolando Gabrielli©2012
1 comentario:
Me alegro siga la poesìa, esa intuiciòn que està por encima de los deberes temporales...
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