El fantasma es blanco como su sábana,
permanece envuelto ,  mudo , 
incomunicado,
en silencio, ensimismado.
No estoy en su piel, ni en su sàbana
Como quisiera convencerlo que me hablara,
dijera alguna palabra  cubierta por sus labios blancos,
adorablemente fantasmales  del  más
 allá.
Su susurrante  voz sería
un alivio para mi alma.
No encuentro palabras para convencerle,
que comparta conmigo su sábana
y se abra a una relación  aunque parezca fantasmal.
Rolando Gabrielli©2017

 
 



 
 
 
 
 
