sábado, febrero 25, 2023

La palabra cautiva en la página en blanco



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Es mi espejo y a él acude la luz y sombra de mis palabras. Más de un largo  medio siglo trabajando, arando en silencio, peleando con vocales y consonantes, atizando el verbo como un relámpago. No se diga más, estamos ante la página en blanco, temida (in) justificadamente o tal vez por una bien ganada reputación de indomable, mudable, ciega, sorda, muda, ante las palabras que se amontonan, articulan para dar voz a algún género literario.

No hay súplicas que valgan cuando te espera  a solas, confiada, sin decir una sola palabra, para saber si estás para sorprenderla, tienes algo que decir que no se haya dicho, valga la pena  de subrayar sobre el silencio.

Uno está a la intemperie, en un lugar donde  todo es posible, a la espera que algo nuevo ocurra y sean las palabras las  que tengan la palabra definitiva, aunque  siempre existe la posibilidad de cambiarlo todo o en parte, porque estamos ante un oficio que está lejos ser automático, a pesar de las experiencias surrealistas, que trazaron una época, un camino, convocaron y liberaron la fuerza del subconsciente.

La página en blanco ha sido mi disciplina, oficio, me ha animado a conquistarla y cuando me tranco, como esos bueyes cuando la yunta pesa más que el silencio, uno debe con respeto, hacer también un alto y más adelante volver, porque después de todo la palabra requiere una carga de intensidad especial y su espontaneidad se logra con trabajo.

Ningún pan se quema antes de entrar al horno, ni un sueño se convierte en realidad, sin nuestra intervención, actitud, pasión. De alguna manera la página en blanco espera una actitud frente a ella, ni derrota, exitismo o indiferencia, más bien complicidad, porque en definitiva se siente parte  de lo que sobre su superficie ocurrirá.

 

No olvidemos que el silencio cabalga sobre una idea, la espera reflexiva  es una siembra oculta, a veces accidentada, interrumpida y que la palabra puede ocultarnos su verdadero significado hasta que logramos descifrarla. Siento que la página en blanco es consciente del peso  de todo este recorrido que realizamos, y también espera seguir viviendo en la palabra porque fue hecha para un destino superior, ser testigo, parte, soporte de alguna historia.

Una parte importante de los secretos de cualquier obra escrita, novela, poesía, teatro, cuento, ensayo, crónicas, están contenidos en la página en blanco o en la pantalla del ordenador, sobre las cuales se escribe, borra, cambia, una y otra vez un escrito  hasta encontrar el punto final. Si esa página en blanco hablara, tuviera la capacidad de memorizar cada uno de los pasos que da un escritor, cavilaciones, sabríamos en verdad el trasfondo del viaje de quien inició, persistió, en una (su) aventura de y con la palabra. Sería el mejor  mapa de ese gran preámbulo que requiere un libro.

Me he desentendido un poco quizás del llamado síndrome de la página en blanco, porque mi verdadero oficio es de Ghost Writer, entonces ese que vive la desventura, no soy yo, subjetividad que me da alguna ventaja para ser más audaz, no detenerme ante obstáculos que se pueden considerar más  importantes de lo que son realmente. La página en blanco, entonces, no encontraría un interlocutor válido, sino un fantasma, eximido de toda  responsabilidad y culpa. De alguna manera nos confundimos en ese silencio implacable que impone la página en blanco y comenzamos a remar hacia un lugar desconocido. Rolando Gabrielli2023

viernes, febrero 24, 2023

El ojo es sabio




El orificio

no ve al ojo

y precipita

inéditos paisajes.

Asoman,

bosques  sombríos, 

pequeños, fantástico,

seres desconocidos.

En la oscuridad

también imaginamos

cosas que no vemos.

El ojo es sabio,

busca la luz,

adonde el túnel

le lleva..

Rolando Gabrielli2023

miércoles, febrero 22, 2023

Aquí está todo el tiempo

Aquí está todo el tiempo

reunido en el presente

de las horas y la memoria.

Frente a una pequeña playa,

a orilla de sus aguas estancadas,

fui bañista en días soleados,

imperturbable en medio

de  una multitud ociosa,

algo descuidada y si prejuicio

en mostrar sus cuerpos

dibujados ahora en la luz

alegre de los espacios

fijos aún en la memoria.

Rolando Gabrielli2023

El jardinero de la luz y del color


 Pienso en Monet,

¿pueden creerlo?,

algo a destiempo, quizás,

en esta época banal, vulgar, 

brutal, demencial 

y cuando más cerca estamos

del hongo de Hiroshima

que puso el infierno

al alcance  de la mano

de un niño 

y bautizó el horror

decapitando los sueños

de la humanidad.

La paleta no daba los colores

que su imaginación buscaba

afanosa y aparentemente

pintar con la razón, fuerza,

curiosidad de su espíritu,

esa luz que arrojan por dentro

los objetos, las cosas, las flores

que en sus jardines cultivó

y daba nueva vida en sus lienzos.

Monet, Monet, el jardinero que robaba,

afortunadamente, la luz y  los colores

a la  naturaleza y trasladaba,

finalmente, al lugar común

de la belleza.

Rolando Gabrielli2023

martes, febrero 21, 2023

El círculo se cierra

 El círculo se cierra

donde se abre el poema.

La palabra no tiene límites,

un círculo encierra un espacio,

la palabra abre un mundo

que el tiempo convierte 

en memoria infinita.

Rolando Gabrielli2023

lunes, febrero 20, 2023

 ¿Dónde está la llave si una puerta no se abre

y aún así la duda persiste sin haberla encontrado?

En verdad, ¿por qué prisioneros somos y no dejamos

que las puertas sean libres y abran

cuando el momento haya llegado para trascender?

En el orden propio de las cosas,

algo ocurre en ellas que no alcanzas a retener

y debiéramos estar más atentos porque somos parte de ellas.

Hay ruidos como las piedras que se desmoronan de las montañas,

aguas que buscan y sobreviven a nuevos cauces,

todo de alguna manera pareciera seguir su curso

y nosotros al rodar como las pequeñas piedras,

formamos parte de todas las cosas al respirar cada día.

Rolando Gabrielli2023

domingo, febrero 19, 2023

En ese pequeño espacio

 Puedes ver el horizonte en el mar,

una pradera y solo imaginar,

una calle rodeada de edificios

y  ver un punto ciego de la ciudad.

En el patio de la infancia, sin embargo,

nunca sabrás que distancias y aventuras

habrás  recorrido y vivido

y cuanta felicidad acumulado,

en ese pequeño espacio.

Rolando Gabrielli2023