Se acostumbrò la muerte
a no saludarme,
indiferente pasa silbando,
distraída como un zorzal
en el alambre.
¿Què busca, què? espera?
dicen los muertos que fueron sembrados
a lo largo y ancho de Chile,
otros de hambre en el desierto,
no tenìan ni sombrero para pasarlo
en las micros.
Nada de esto es bíblico, sino historia,
una simple historia que no debemos olvidar.
Miles no tuvieron la oportunidad,
como las aves del cielo, que nunca siembran, ni siegan,
ni recogen en graneros,
fueron alimentadas y siguieron libres volando
Rolando Gabrielli 2018