¿Qué harían las piedras sin un camino,
con quién tropezarían?
Porque si alguien les puso algún destino,
no fue sólo para 
permanecer en silencio
o rodar hacia algún abismo,
tal vez buscar una ruta 
con  un  rumbo definido.
La piedra tiene  su propio amanecer,
quizás  un mismo
sitio, horizonte por ver
desde la superficie de su dureza  sin rostro,
un paisaje que no le es del todo desapercibido .
Una piedra en el camino puede ser una señal.
Rolando Gabrielli©2016

 
 







 
 
 
 
 
