La memoria tiene fecha de expiración,
un tren abandona la estación sin pasajeros,
la furia del toro está en la cabeza del espectador,
el precipicio me acerca al fondo de la realidad,
¿la imagen conoce el poder de la palabra?
un soldado se detiene frente a una vitrina,
un domingo la ciudad vale una misa,
el jardín extiende los sentidos,
si alguien muere en un aeropuerto:
¿seguirá viajando?,
la infancia siempre te hará un guiño,
los días felices no tienen nombre,
el hilo invisible no se corta,
el sur seguirá siendo el sur,
inequívocamente,
el rio nos devolverá algún día la memoria
de todas las cosas vividas
y a la orilla de sus aguas veremos pasar
el rostro del futuro.
Nunca sobrarán las palabras.
Rolando Gabrielli©2016