jueves, octubre 11, 2012

Hay Bolaño en Xalapa

 
"Nuestras máquinas de escribir parpadean en los caminos. En las fábricas. En las ciudades. (…) Nos hemos tomado el derecho a escribir. Entonces nos boicotean porque nos reímos y porque inventamos poemas totalmente fragmentarios. Porque inventamos poemas de vértigo autodestructivo". Roberto Bolaño
 
¿Roberto Bolaño se despide y no se va? No lo dejan ir, es un invitado especial al banquete de la literatura. Esta vez le tocò a Xalapa, en su Festival.  Alguien buceò en su PC o en alguna carpeta y encontrò una Autobiografìa y un Manifiesto, inèditos. Son textos màs bien personales, puntos de vista sobre sì mismo y un enfoque sobre los ya famosos Infrarrealistas, el movimiento poètico que co-fundó en Mèxico con el poeta Mario Santiago Papasquiaro, el conocido Ulises Lima de Los Detectives salvajes. En cinco pàginas, de acuerdo con la informaciòn que recabamos procedente de la revista  Granta, Bolaño da cuenta de su paso por el mundo.  Dice que naciò en un hospital y su infancia ocurriò en Valparaìso, en el Cerro Placeres. Ahì habrìa que indagar el mundo de Bolaño en los abismos metafìscos del puerto. Pasaba en la casa de su abuela en Viña del Mar, colindante al puerto y Quilpuè, màs pròximo a Viña. En Quilpuè pasè un verano fabuloso en mis años de infancia. A  Viña comencè a visitarle asiduamente a finales de los sesenta. Los paisajes hablan en la memoria. Bolaño, cuenta que despuès se fue al sur, Cauquenes, Mulchèn y Los Àngeles. ¿Son los años dorados y difìciles de la infancia y adolescencia, los posteriores en Mèxico, DF y España, tierras catalanas, no serìan menos complejos, duros, desafiantes, asfixiantes. Incluyen el salvavidas de Enrique Lihn, contado por Bolaño, poco destacado en su vida literaria y real.
 ¿Sìntesis? ¿No alcanzò a decirnos todo? ¿No le interesò? ¿No tuvo tiempo? ¿La vida es tan corta que con cinco pàginas basta o es màs que suficiente?
En esos raros apuntes, donde se autobiografiaba, revela que habìa escrito una novela que tituló: La rodilla en el Pantalòn Roto.
 No està para preguntarle. Las pistas no son vastas ni profundas, habrìa que leer el texto. Pero vemos que hubo una intenciòn al publicarlo en Granta y presentarlo en Hay Festival en Xalapa, Mèxico, porque se trata de un autor de culto, en una època donde no estamos  viendo a los escritores, narradores esperados. Por vìa Internet, me llegan referencias literarias que apuntan màs al mercado que a la literatura. Puede ser una percepciòn equivocada, pero se atiende mucho al papel celofàn de la nueva narrativa, su empaque, al prefabricado editorial, màs  que al contenido o hallazgo de algo verdaderamente novedoso. Mucha paja en el pajar donde no se encuentra ninguna aguja porque nada se ha perdido. Desde luego hay crìticos profesionales que tienen otras opiniones y una percepciòn màs global, posiblemente cercana y detallada de lo que se cocina en el mundo literario postBolaño. Pero no le hace bien a la literatura que presenten  y reùnan a los escritores por lotes generacionales por su presencia, gustos, la identidad digital de la nueva cultura y se inventen  una serie de maquillajes visibles e invisibles. Escritores de la novedad.
Algunos quieren ver  a la novela/ como una perra ciega/sin orejas/alucinan si no ladran sus pàginas/Odian  a los personajes/que no siguen su corriente/ ni el tiempo que cruza el tiempo/una sola noche o màs/Ellos son los ùnicos que respiran/por la herida/de la novela moribunda dicen/oxìgeno maestro vamos a caminar/ con la muerta en vida/ pasear por el mundo/la palabra escrita/sin dar  vuelta la pàgina/Solo vamos a comenzar. (RG)
Bolaño serìa el màs asombrado con estos hallazgos suyos que no cesan de aparecer.
El otro texto inèdito, revela Granta, data de hace 35 años: Manifiesto Infrarrealista: Las fracturas de la realidad. Este documento lo suscribe en España. Segùn Granta, dice desde el encabezado: “No nos morimos por publicar. El fin de nuestra poesía no es ver nuestro nombre impreso. Somos aficionados a la poesía. No somos profesionales. Que eso quede bien claro, pues una buena parte de nuestra crítica es potenciada desde esa perspectiva, desde esos campos abiertos que supone tal condición"
¿Cuando dice irònicamente somos aficionados a la poesìa, era su anuncio que tambièn que se inclinaba por la prosa? Un Bolaño sin pelos en la lengua denuncia y pone sus picas contra el stablishment literario de siempre y dice, se manifiesta radical:  "Un pacto tácito entre las pequeñas mafias y la gran mafia de la literatura en contra de la joven poesía. Esto no es nuevo. Siempre ha pasado en las sociedades clasistas. Siempre ha pasado en la literatura y en el arte del periodo capitalista".
"Cuando Bolaño menciona a la mafia literaria se refiere al grupo y todo lo promovido desde y alrededor de Fernando Benítez (1912-2000), antropólogo, historiador, escritor, editor, periodista y divulgador cultural y considerado como maestro por varias generaciones de autores del siglo XX mexicano", apunta  el periodista Winston Manrique Sabogal.
Es el Bolaño radical, con el tiempo matizarìa sus opiniones. ¿Habìa entrado al sistema, no se puede estar fuera del sistema, lo empujaron al sistema, se sistematizò? Interrogantes para quienes le conocieron de verdad y escucharon sus palabras màs allà de la sobremesa literaria.
Bolaño habla del mundo social y literario de Mèxico y Amèrica latina.  El manifiesto se inscribe en la fuerte división ideológica, de izquierda y derecha, de aquellos años en México y América Latina, suscribe esta opiniòn el periodista  Winston Manrique Sabogal. Sirve para apreciar la rebelión de los autores jóvenes contra los mayores. “La diferencia entre nuestra retórica y la retórica de los escritores oficiales es que la de ellos desemboca en grandes refrigeradores (y allí no hay movimiento dialéctico), y la nuestra desemboca en gritos y calles y extraños latidos (y allí sí hay movimiento dialéctico)”, sostenìa Bolaño.
Dice Bolaño que Amèrica latina, interpreta màs bien, "pide a gritos poetas que la recorran, que se arriesguen en su lucha (Dalton decía), y no mafiosos que usufructúan la lenta erudición artística del esnob o el impotente. Nuestro arte no es para esnobs sino para desesperados". Octavio  Paz, el mexicano, fue uno de los que  cayò bajo sus dardos, aunque en sus dìas finales le levantò la condena.
Bolaño, segùn relato en mi cuento con otras palabras, deambulaba por la provincia española concursando para sobrevivir. Los años duros, como escribiò el cubano Jesùs Dìaz.
Nunca dejò de  disparar y alguno de  sus pares chilenos, fueron un tiro al blanco. Privilegiò su amistad y preferencias literarias con Parra, Lihn, complicidades con Borges. ¿Bolaño un vanguardista al estilo Huidobro? Al menos, en los Manifiestos,  tan propio tambièn de Parra, cuando decidiò trazar una lìnea antes y despuès de èl. Bolaño, Huidobro y Parra, se abrìan camino a su manera, no habìan llegado al escenario literario para no ser vistos, ni escuchados. Creo que aùn no se dan cuenta como Parra se sigue abriendo paso entre Cartagena e Isla Negra, allà en Las Cruces, porque no vino a   arar en el mar.  ¿Què nos diràn los fantasmas cuando ya no estèn estos tres grandes poetas chilenos? En Xalapa està Bolaño o Jalapa, que en lengua indìgena significa Agua en el arenal. Pero a Bolaño, los insaciables promotores  del mito y del èxito, lo siguen halando.
 Anteriormente, Bolaño habìa lanzado el Primer Manifiesto Infrarrealista, bajo el tìtulo: Dèjenlo todo, nuevamente. Este tambièn es Bolaño, por alguna razòn no editò en vida su Autobiografìa  y segundo Manifiesto. No pensò, como advirtiò Neruda antes de morir, cuando ya no estè, me publicaràn hasta los calcetines.
Este  Primer Manifiesto està editado en la red como sigue:
DÉJENLO TODO, NUEVAMENTE
primer manifiesto infrarrealista
“Hasta los confines del sistema solar hay cuatro horas-luz; hasta la estrella más cercana, cuatro años-luz. Un desmedido océano de vacío. Pero ¿estamos realmente seguros de que sólo haya un vacío? Únicamente sabemos que en este espacio no hay estrellas luminosas; de existir, ¿serían visibles? ¿Y si existiesen cuerpos no luminosos u oscuros? ¿No podría suceder en los mapas celestes, al igual que en los de la tierra, que estén indicadas las estrellas-ciudades y omitidas las estrellas-pueblos?”
-Escritores soviéticos de ciencia ficción arañándose el rostro a medianoche.
-Los infrasoles (Drummond diría los alegres muchachos proletarios).
-Peguero y Boris solitarios en un cuarto lumpen presintiendo a la maravilla detrás de la puerta.
-Free Money
                                        
¿Quién ha atravesado la ciudad y por única música sólo ha tenido los silbidos de sus semejantes, sus propias palabras de asombro y rabia?
El tipo hermoso que no sabía
que el orgasmo de las chavas es clitoral
(Busquen, no solamente en los museos hay mierda) (Un proceso de museificación individual) (Certeza de que todo está nombrado, develado) (Miedo a descubrir) ( Miedo a los desequilibrios no previstos).
                                         
Nuestros parientes más cercanos:
los francotiradores, los llaneros solitarios que asolan los cafés de chinos de latinoamérica, los destazados en supermarkets, en sus tremendas disyuntivas individuo-colectividad; la impotencia de la acción y la búsqueda (a niveles individuales o bien enfangados en contradicciones estéticas) de la acción poética.
                                            
Pequeñitas estrellas luminosas guiñándonos eternamente un ojo desde un lugar del universo llamado Los laberintos.
-Dancing-Club de la miseria.
 
-Pepito Tequila sollozando su amor por Lisa Underground.
-Chúpaselo, chúpatelo, chupémoselo.
-Y el Horror
 
Cortinas de agua, cemento o lata, separan una maquinaria cultural, a la que lo mismo le da servir de conciencia o culo de la clase dominante, de un acontecer cultural vivo, fregado, en constante muerte y nacimiento, ignorante de gran parte de la historia y las bellas artes (creador cotidiano de su loquísima istoria y de su alucinante vellas hartes), cuerpo que por lo pronto experimenta en sí mismo sensaciones nuevas, producto de una época en que nos acercamos a 200 kph. al cagadero o a la revolución.
“Nuevas formas, raras formas”, como decía entre curioso y risueño el viejo Bertolt.
                                          
Las sensaciones no surgen de la nada (obviedad de obviedades), sino de la realidad condicionada, de mil maneras, a un constante fluir.
-Realidad múltiple, nos mareas!
Así, es posible que por una parte se nazca y por otra estemos en las primeras butacas de los últimos coletazos. Formas de vida y formas de muerte se pasean cotidianamente por la retina. Su choque constante da vida a las formas infrarrealistas: EL OJO DE LA TRANSICIÓN
                                          
Metan a toda la ciudad al manicomio. Dulce hermana, aullidos de tanque, canciones hermafroditas, desiertos de diamante, sólo viviremos una vez y las visiones cada día más gruesas y resbalosas. Dulce hermana, aventones para Monte Albán. Apriétense los cinturones porque se riegan los cadáveres. Una movida de menos.
                                         
¿Y la buena cultura burguesa? ¿Y la academia y los incendiarios? ¿y las vanguardias y sus retaguardias? ¿Y ciertas concepciones del amor, el buen paisaje, la Colt precisa y multinacional?
Como me dijo Saint-Just en un sueño que tuve hace tiempo: Hasta las cabezas de los aristócratas nos pueden servir de armas.
-Una buena parte del mundo va naciendo y otra buena parte muriendo, y todos sabemos que todos tenemos que vivir o todos morir: en esto no hay término medio.
Chirico dice: es necesario que el pensamiento se aleje de todo lo que se llama lógica y buen sentido, que se aleje de todas las trabas humanas de modo tal que las cosas le aparezcan bajo un nuevo aspecto, como iluminadas por una constelación aparecida por primera vez. Los infrarrealistas dicen: Vamos a meternos de cabeza en todas las trabas humanas, de modo tal que las cosas empiecen a moverse dentro de uno mismo, una visión alucinante del hombre.
-La Constelación del Bello Pájaro.
-Los infrarrealistas proponen al mundo el indigenismo: un indio loco y tímido.
-Un nuevo lirismo, que en América Latina comienza a crecer, a sustentarse en modos que no dejan de maravillarnos. La entrada en materia es ya la entrada en aventura: el poema como un viaje y el poeta como un héroe develador de héroes. La ternura como un ejercicio de velocidad. Respiración y calor. La experiencia disparada, estructuras que se van devorando a sí mismas, contradicciones locas.
Si el poeta está inmiscuido, el lector tendrá que inmiscuirse.
“libros eróticos sin ortografía
                                            
Nos anteceden las MIL VANGUARDIAS DESCUARTIZADAS EN LOS SESENTAS
Las 99 flores abiertas como una cabeza abierta
Las matanzas, los nuevos campos de concentración
Los Blancos ríos subterráneos, los vientos violetas
Son tiempos duros para la poesía, dicen algunos, tomando té, escuchando música en sus departamentos, hablando (escuchando) a los viejos maestros. Son tiempos duros para el hombre, decimos nosotros, volviendo a las barricadas después de una jornada llena de mierda y gases lacrimógenos, descubriendo / creando música hasta en los departamentos, mirando largamente los cementerios-que-se-expanden, donde toman desesperadamente una taza de té o se emborrachan de pura rabia o inercia los viejos maestros.
Nos antecede HORA ZERO
((Cría zambos y te picarán los callos))
Aún estamos en la era cuaternaria. ¿Aún estamos en la era cuaternaria?
Pepito Tequila besa los pezones fosforescentes de Lisa Underground y la ve alejarse por una playa en donde brotan pirámides negras.
Repito:
el poeta como héroe develador de héroes, como el árbol rojo caído que anuncia el principio del bosque.
-Los intentos de una ética-estética consecuente están empedrados de traiciones o sobrevivencias patéticas.
-Y es que el individuo podrá andar mil kilómetros pero a la larga el camino se lo come.
-Nuestra ética es la Revolución, nuestra estética la Vida: una-sola-cosa.
                                             
Los burgueses y los pequeños burgueses se la pasan en fiesta. Todos los fines de semana tienen una. El proletariado no tiene fiesta. Sólo funerales con ritmo. Eso va a cambiar. Los explotados tendrán una gran fiesta. Memoria y guillotinas. Intuirla, actuarla ciertas noches, inventarle aristas y rincones húmedos, es como acariciar los ojos ácidos del nuevo espíritu.
Desplazamiento del poema a través de las estaciones de los motines: la poesía produciendo poetas produciendo poemas produciendo poesía. No un callejón eléctrico / el poeta con los brazos separados del cuerpo / el poema desplazándose lentamente de su Visión a su Revolución. El callejón es un punto múltiple. “Vamos a inventar para descubrir su contradicción, sus formas invisibles de negarse, hasta aclararlo”. Desplazamiento del acto de escribir por zonas nada propicias para el acto de escribir.
¡Rimbaud, vuelve a casa!
Subvertir la realidad cotidiana de la poesía actual. Los encadenamientos que conducen a una realidad circular del poema. Una buena referencia: el loco Kurt Schwitters. Lanke trr gll, o, upa kupa arggg, devienen en línea oficial, investigadores fonéticos codificando el aullido. Los puentes del Noba Express son anti-codificantes: déjenlo que grite, déjenlo que grite (por favor no vayan a sacar un lápiz ni un papelito, ni lo graben, si quieren participar griten también), así que déjenlo que grite, a ver qué cara pone cuando acabe, a qué otra cosa increíble pasamos.
Nuestros puentes hacia las estaciones ignoradas. El poema interrelacionando realidad e irrealidad
Convulsivamente
¿Qué le puedo pedir a la actual pintura latinoamericana? ¿Qué le puedo pedir al teatro?
Más revelador y plástico es pararse en un parque demolido por el smog y ver a la gente cruzar en grupos (que se comprimen y se expanden) las avenidas, cuando tanto a los automovilistas como a los peatones les urge llegar a sus covachas, y es la hora en que los asesinos salen y las víctimas los siguen.
¿Realmente qué historias me cuentan los pintores?
El vacío interesante, la forma y el color fijos, en el mejor de los casos la parodia del movimiento. Lienzos que sólo servirán de anuncios luminosos en las salas de los ingenieros y médicos que coleccionan.
El pintor se acomoda en una sociedad que cada día es más “pintor” que él mismo, y ahí es donde se encuentra desarmado y se inscribe de payaso.
Si un cuadro de X es encontrado en alguna calle por Mara, ese cuadro adquiere categoría de cosa divertida y comunicante; es un salón es tan decorativo como los sillones de fierro del jardín del burgués / ¿cuestión de retina? / sí y no / pero mejor sería encontrar ( y por un tiempo sistematizar azarosamente) el factor detonante, clasista, cien por ciento propositivo de la obra, en yuxtaposición a los valores de “obra” que la están precediendo y condicionando.
-El pintor deja el estudio y CUALQUIER statu quo y se mete de cabeza en la maravilla / o se pone a jugar ajedrez como Duchamp / Una pintura didáctica para la misma pintura / Y una pintura de la pobreza, gratis o bastante barata, inacabada, de participación, de cuestionamiento en la participación, de extensiones físicas y espirituales ilimitadas.
La mejor pintura de América Latina es la que aún se hace a niveles inconscientes, el juego, la fiesta, el experimento que nos da una real visión de lo que somos y nos abre a lo que podemos será la mejor pintura de América Latina es la que pintamos con verdes y rojos y azules sobre nuestros rostros, para reconocernos en la creación incesante de la tribu.
                                              
Prueben a dejarlo todo diariamente.
Que los arquitectos dejen de construir escenarios hacia dentro y que abran las manos (o que las empuñen, depende del lugar) hacia ese espacio de afuera. Un muro y un techo adquieren utilidad cuando no sólo sirven para dormir o evitar lluvias sino cuando establecen, a partir, por ejemplo, del acto cotidiano del sueño, puentes conscientes entre el hombre y sus creaciones, o la imposibilidad momentánea de éstas.
Para la arquitectura y la escultura los infrarrealistas partimos de dos puntos: la barricada y el lecho.
 
La verdadera imaginación es aquella que dinamita, elucida, inyecta microbios esmeraldas en otras imaginaciones. En poesía y en lo que sea, la entrada en materia tiene que ser ya la entrada en aventura. Crear las herramientas para la subversión cotidiana. Las estaciones subjetivas del ser humano, con sus bellos árboles gigantescos y obscenos, como laboratorios de experimentación. Fijar, entrever situaciones paralelas y tan desgarradoras como un gran arañazo en el pecho, en el rostro. Analogía sin fin de los gestos. Son tantos que cuando aparecen los nuevos ni nos damos cuenta, aunque los estamos haciendo / mirando frente a un espejo. Noches de tormenta. La percepción se abre mediante una ética-estética llevada hasta lo último.
                                                    
Las galaxias del amor están apareciendo en la palma de nuestras manos.
-Poetas, suéltense las trenzas (si tienen)
-Quemen sus porquerías y empiecen a amar hasta que lleguen a los poemas incalculables
-No queremos pinturas cinéticas, sino enormes atardeceres cinéticos
-Caballos corriendo a 500 kilómetros por hora
-Ardillas de fuego saltando por árboles de fuego
-Una apuesta para ver quién pestañea primero, entre el nervio y la pastilla somnífera
                                                     
El riesgo siempre está en otra parte. El verdadero poeta es el que siempre está abandonándose. Nunca demasiado tiempo en un mismo lugar, como los guerrilleros, como los ovnis, como los ojos blancos de los prisioneros a cadena perpetua.
                                                 
Fusión y explosión de dos orillas: la creación como un graffiti resuelto y abierto por un niño loco.
Nada mecánico. Las escalas del asombro. Alguien, tal vez el Bosco, rompe el acuario del amor. Dinero gratis. Dulce hermana. Visiones livianas como cadáveres. Little boys tasajeando de besos a diciembre.
 
A las dos de la mañana, después de haber estado en casa de Mara, escuchamos (Mario Santiago y algunos de nosotros) risas que salían del penthouse de un edificio de 9 pisos. No paraban, se reían y se reían mientras nosotros abajo nos dormíamos apoyados en varias casetas telefónicas. Llegó un momento en que sólo Mario seguía prestando atención a las risas (el penthouse es un bar gay o algo parecido y Darío Galicia nos había contado que siempre está vigilado por policías). Nosotros hacíamos llamadas telefónicas pero las monedas se hacían de agua. Las risas continuaban. Después de que nos fuimos de esa colonia Mario me contó que realmente nadie se había reído, eran risas grabadas y allá arriba, en el penthouse, un grupo reducido, o quizás un solo homosexual, había escuchado en silencio su disco y nos lo había hecho escuchar.
-La muerte del cisne, el último canto del cisne, el último canto del cisne negro, NO ESTÁN en el Bolshoi sino en el dolor y la belleza insoportables de las calles.
-Un arcoiris que principia en un cine de mala muerte y que termina en una fábrica en huelga.
-Que la amnesia nunca nos bese en la boca. Que nunca nos bese.
-Soñábamos con utopía y nos despertamos gritando.
-Un pobre vaquero solitario que regresa a su casa, que es la maravilla.
                                          
Hacer aparecer las nuevas sensaciones -Subvertir la cotidianeidad
 
O.K

DÉJENLO TODO, NUEVAMENTE

LÁNCENSE A LOS CAMINOS
 
Roberto Bolaño, México, 1976


 


 

miércoles, octubre 10, 2012



Hey, oye, ahhhhhhhhhhhhhhh,
 el mundo no es lo que da vueltas en tu cabeza,
ni el vals de tus pulgares sobre el celular
Oh, polvo blanco que deslumbra tus sentidos,
tic, tac, neurona uno y neurona dos, tac, tac
Bah!, en que cabeza supones que vives
¿Siglo XXI?, truck, track, cric, crac, paffffffffff
Bien, bien, ya sè por el viento que sopla,
no cambiaràs ni en mil y una noches,
tu cuento es de nunca acabar
describen las sagradas escrituras
que los días y las noches se juntaràn
en el poema.

martes, octubre 09, 2012

En todas partes


El 8 de octubre de 1967 cayò herido el Che en la Quebrada del Yuro, selva boliviana. Lo trasladaron a la escuelita de La Higuera y el 9 de octubre lo asesinaron. Estaba levemente herido en un pierna. El cadàver lo amarraron al patìn del helicóptero y lo trasladaron de La Higuera a Valle Grande. El cadàver seguìa siendo peligroso, regaba de sangre la selva boliviana Lo exhibieron dia y medio.  Despuès le cortaron las manos. Ya estaba muerto, el cadàver.
Lo enterraron donde no pudiera seguir luchando. Hay cadàveres que resisten todo. 30 años despuès, antropòlogos  forenses cubanos y argentinos, lo encontraron muerto. El Che no estaba allì, sino en todas partes...


Octubre ocho
Así que me balearon la izquierda,
¡lo que anduve con esta pierna izquierda
por el mundo!, Ni un árbol
para decirle nada, y víboras y víboras
víboras como balas agárrenlo y reviéntenlo
y el asma, y otra cosa
y el asma, son las tres. Y el asma, el asma,
el asma
Así que son las tres, o ya no son las tres,
ni es el ocho, ni es octubre. Así que aquí termina
la quebrada del Yuro.  Así que la Quebrada
del Mundo y va a estallar, así que va a estallar,
la grande
y me balearon en octubre.
Así que daban cinco mil dólares por esto, o
eran 50 mil,
sangre mía, por esto que fuimos y que somos.
¡Y todo lo que fuimos y que somos! Cinco mil,
por mis ojos, mis manos, cincuenta mil
por todo,
con asma y todo. Y esos roncos pulmones
míos,
que íbamos a cumplir los cuarenta cantando.
Cantando los fatídicos mosquitos de la
muerte: arriba, arriba los pobres, la conducta
de la línea de fuego, bienvenida la ráfaga
si otros vienen después. Vamos, vamos
veloces
vamos veloces a vengar el muerto.
Lo mío, -¿qué es lo mio?,- : esta rosa, es
América
con sus viejas espinas. Toda la madrugada
me juzgan en inglés. ¿Qué es lo mío y lo mío,
sino lo tuyo, hermano? La cosa fue de golpe
y al corazón. Aquí va a empezar
el origen, y cómanse su miedo.
Así que me carnearon
y después me amarraron
A Valle Grande- a qué- y en helicóptero
Bueno es regar con sangre colorada el
oxígeno
aunque después me quemen y me corten
las manos.
las dos manos.
-Dispara sin parar
mientras voy con Bolívar, pero vuelvo.

Gonzalo Rojas
Lota, Chile, 1967

lunes, octubre 08, 2012

La soledad de los spaghettis




A todos los solteros separados solitarios,  ante un humeante plato de spaghettis
Desde hace  algunos días, me da vuelta en la memoria un spaghetti solitario al oleo en un plato blanco hondo , que  es en sì mismo un viaje  profundo a la soledad, a la nada en una cuerda que màs que salvación, implica final, sálvese quien pueda. Me recupero de ese dolor de la infancia en la mesa paterna y veo unos spaghettis al pesto verdes de albahaca, cálidos, humeantes, que como una manada de  delgados tallos verdes ingresaràn jubilosamente a mi plato, donde hundirè mis ojos y olfato hasta perderme en su aroma e ignorar por segundos la severidad paterna del rito del almuerzo.
Cada domingo esta  puesta en escena repetida con las manos limpias, pulcras sobre la mesa, y la sonrisa batiente de mi hermano, el favorito paterno, alzaba mis ojos hacia el cuadro del diario La Naciòn, fechado el 28 de marzo de  1931  y hoy desaparecido, para refrescar mis apuballados sentidos en esas tunas tan reales como lo deliciosa que es esa fruta. El almuerzo era una aventura, en medio de la ceremonia  oficial de un padre que superaba con creces al de Kafka, porque la autoridad se cortaba con un  filoso cuchillo como si la dictadura estuviera tàcitamente escrita en el mantel dominical.
El contagio de las miradas còmplices de memorias veloces de los hermanos amenazaba con ese pequeño alud de emociones que presagiaban la tempestad y el castigo, hasta el extremo de los  tallarines, spaghettis,  cimbrarse en la boca incapaz de retenerlos todos y tragarlos a un mismo tiempo. El decenlace era inevitable y partìa a la cocina cabizbajo con el  plato semidesnudo y en aquel entonces desconocìa la  soledad que podrìa dimensionar  en algùn momento de la vida un plato de spaghettis. Ignoraba ademàs que el gran aventurero  y mercader veneciano, Marco Polo habìa importado desde  China este casi metafìsico hilo de agua y harina capaz de enredarnos en su silencio.
Eran los domingos en Coronel Godoy 086, este es otro relato, un asunto diferente, pero vinculante a la memoria y a lo que viene con el correr de los años, que tambièn forman parte del calendario personal. El spaghetti en si era una fiesta, mi madre los hacìa como una diosa recièn bajada del olimpo, el ajo, aceite oliva, la albahaca fresca y seca, con los instrumentos de molienda y picar con sus filosas hojas. Todo lo demàs se convertìa en un imprudente silencio que nos hacìa poco a poco estallar en risitas  hacia un gran final ya explicable y explicado.
He leìdo en estos dìas  varios de los cuentos del libro de Hari Mukarami, Sauce ciego, mujer dormida, que es una muestra de  24 cuentos que reùnen todos los ingredientes para divertirse leyendo, pasarla bien, esencia de un buen libro.
Me he detenido para estas notas en un relato breve de seis pàginas y media intitulado: El año de los spaghettis. Me trae recuerdos de los inicios de la dècada del setenta,  porque el año de los spaghettis  para Mukarami es el 71, y de muchas de las jornadas  en que vivì en pensiones en Santiago de Chile y tambièn cuando enfrentè y lo hago aùn, los abismos de la cocina.
Este personaje de Mukarami sostiene desde un inicio, con convicciòn, que hacìa spaghettis para vivir y vìa para hacer spaghettis. ¿La absoluta cuadratura del  cìrculo para ser feliz? No esconde su obsesiòn, màs bien la adorna de su entrega, con  la adquisiciòn de los sagrados instrumentos para cocinarlos y los aderezos de salsas, como si un probado  gourmet le iluminara el camino. Nuestro personaje hizo acopio de su fe en el producto que le iba a acompañar, recogió las especies, tomate, se instruyó con libros de recetas y comprobó que su apartamento de un solo ambiente  flotaba en esa atmósfera de olores únicos que impregnan hasta los calcetines. Era el año de los spaghettis y se afianzaba en  una metodología no pensada y que le satisfacía, comérselos solo.
Los días no variaban en el menú culinario y el hombre frente al plato de spaghettis vivía la existencia metafísica de sus días solo con spaghettis.  El solo perfume de los benditos spaghettis,  le traìa la descabellada sensaciòn de que alguien iba a golpear la puerta e inclusive artistas como William Holden con su pareja, pero nada ocurrìa. Todas las estaciones estaban destinadas  a la preparaciòn de spaghettis con cierto despecho vengativo en soledad. Amasaba, dice Mukarami de su personaje,  las sombras del tiempo ya vivido. Temìa que los spaghettis, sujetos verdaderamente desconfiables. se escaparan de la olla y desaparecieran en la oscuridad de la noche, con la intensidad màgica que la jungla tropical engulle sin hacer ruido, "dentro de su tiempo eterno, sin hacer ruido una mariposa de colores".
El hombre spaghetti enumera siete clases distintas y hay muchas màs. Pone especial acento en los desgraciados spaghettis que terminan en un refrigerador, nevera que llaman. Solos y yo dirìa miserablemente abandonados y ellos, distraìdos para seguir en competencia. Los spagghettis, segùn el autor, vienen del  vapor de agua y descienden como un rìo y desaparecen.
El telèfono de tanto sonar, trae una comunicaciòn. Era la antigua novia de un amigo  del personaje
y algùn enredo  tuvo en esa relaciòn. Deseaba avadir cualquier compromiso y ella le solicitaba su direcciòn, indagaba por el otro. Ensimismado no emitìa respuesta alguna, ante la desesperaciòn de la joven.  No era un diàlogo esperado, ni sentido, y tampoco querìa comprometerse en un tema que  deseaba soslayar. La mujer de personalidad indefinida no cabìa en  su  agenda. Es que ahora tengo los spaghettis al fuego, le dijo. era una mentira dentro de lo posible  y que podrìa ayudarle. Ella insistìa en su peticiòn y èl iniciaba un proceso imaginario de cocinar sus spaghettis, una ceremonia en la memoria. Todo era imaginario, mientras ellas preguntaba: ¿entonces què? Ya no puedo habalr contigo, le contestaba, se me podrìan pegar los spaghettis. Todos sabemos de ese drama, ¿cuàntas veces se nos han pegado los spaghettis por olvido, por desconocer las reglas del tiempo, ignorar su fragilidad, por simple  estupidez? Ella callaba cada vez que le hablaba de este proceso y disminuìa la voz en el auricular. Los spaghettis como una cortina de humo, un muro imaginario, pero muro, digo. Es que interpretar este tema filosòfico, de comunicaciòn, requiere de algùn talento y no siempre es posible encontrarlo.
No sè con quien es mi compromiso, el autor, personaje, lector o los spaghettis. Intento seguir una lìnea hasta donde sea posible, delgada como un spaghetti. ¿Podrìas llamarme màs tarde?, pregunta èl? Ella responde con una pregunta, ¿porque tienes los spaghettis al fuego? Si, responde. ¿Los preparas para alguien o los comeràs solo?  Para comèrmelos solo, respondiò el personaje.  Ella insistiò en que estaba en apuros, le había prestado un dinero a su  ex. Pero tienes los spaghettis al fuego, insistiò. Sì, vino devuelta la respuesta. Adiòs. Y recuerdos a tus spaghettis. Espero estèn buenos.
Esto no termina aquì, no es suficiente un adiòs, los personajes de los relatos tienen sus reflexiones, a veces culpas, les queda dando vuelta el tema como la cola de un cometa a punto de aparecer cuando menos se piensa.
El hombre spaghetti hace un alto y le parece  triste pensar en un puñado, segùn su descripciòn, de spaghettis que nunca se van a cocinar. Se arrepiente en no haber dado una respuesta correcta, apropiada, y recuerda que el tipo no tiene nada de extraordinario. Lo describe com oalguien que se cree artista y  es artificial. El hombre confiesa que sigue pensando en ella , cuando come spaghettis. Y mientras cavila, se responde, justifica, en aquella època no querìa hablar con nadie, por eso, cada dòa, cocina sus spaghettis.
Al final  de esta historia nos damos cuenta por  Mukarami, que los màs inocentes  y desinteresados en este tema de los spaghettis, son los italianos, que en el año 1971 d de C., ignoraban que exportaban soledad.


 

domingo, octubre 07, 2012

Como un puño de brasa

Còmo no querer a Gonzalo Millàn, no seguir leyendo su  relación tan personal con la poesía ,  ni  recordar al amigo y continuar conversando con su silencio bautismal retratado en su propio quehacer literario.
Las fechas son ordinarias y los calendarios un tiempo retòrico, para recordar a los amigos y la poesía.  Definitivamente los poetas se conocen y reconocen por sus textos, lo que dijeron  o alcanzaron a decir, como Gonzalo Millàn, quien tenía un mundo por delante antes de partir prematuramente.
Poeta de la llamada generación del 60, siguió su propio camino, siempre le vi rodeado de sus compañeros de juego, como sostenía  Ezra Pound,   pero  èl se imantaba a la página en blanco y a sus nueve versiones por cada poema. Nunca abandonó los diccionarios, las palabras nuevas, lecturas, los objetos cotidianos, el amor, la música, la ventura e investigación sobre la realidad y sus fantasmas, la memoria que es su rostro màs conocido en el yo.
Hilvanò las palabras con hilo de seda y transitò el desafío de Ulises de llegar a su isla.
Millàn, tengo la sensación, que trabajò  una parte importante de su poesía como una miniatura  con personalidad propia, objetivizada, trascendental en la anécdota y en la vida, como ejemplo de lo que es, se ve, respira y siente. Su poesía hizo y marcò una diferencia en un país con una poética diversa. No es poco decir, pero Millàn es un renovador de la poesía chilena.
Hombre de silencios y trabajo diario, cero ostentaciòn, ninguna fachada.
Sus pares e impares, realizan una jornada sobre su poesìa, obra visual, fotografía, la construcciòn de su magia, este 9, 10, 11 y 12 de octubre en Valparaìso en diversos lugares, que incluyen la emblemàtica La  Sebastiana, la casa del puerto de Pablo Neruda.
Como un puño de brasa se titula el homenaje y habrà  poesìa, artes visuales, audiovisuales, ponencias, jazz, una fiesta artìstica completa. Se conmemoran los seis años de la desapariciòn fìsica de Gonzalo, pero su obra està viva como su palabra.