Còmo no querer a Gonzalo Millàn, no seguir leyendo su relación tan personal con la poesía , ni recordar
al amigo y continuar conversando con su silencio bautismal retratado en su
propio quehacer literario.
Las fechas son ordinarias y los calendarios un tiempo
retòrico, para recordar a los amigos y la poesía. Definitivamente los poetas se conocen y
reconocen por sus textos, lo que dijeron
o alcanzaron a decir, como Gonzalo Millàn, quien tenía un mundo por
delante antes de partir prematuramente.
Poeta de la llamada generación del 60, siguió su propio
camino, siempre le vi rodeado de sus compañeros de juego, como sostenía Ezra Pound,
pero èl se imantaba a la página en
blanco y a sus nueve versiones por cada poema. Nunca abandonó los diccionarios,
las palabras nuevas, lecturas, los objetos cotidianos, el amor, la música, la
ventura e investigación sobre la realidad y sus fantasmas, la memoria que es su
rostro màs conocido en el yo.
Hilvanò las palabras con hilo de seda y transitò el desafío de Ulises de
llegar a su isla.
Millàn, tengo la sensación, que trabajò una parte importante de su poesía como una
miniatura con personalidad propia,
objetivizada, trascendental en la anécdota y en la vida, como ejemplo de lo que
es, se ve, respira y siente. Su poesía hizo y marcò una diferencia en un país con
una poética diversa. No es poco decir, pero Millàn es un renovador de la poesía
chilena.
Hombre de silencios y trabajo diario, cero ostentaciòn, ninguna fachada.
Sus pares e impares, realizan una jornada sobre su poesìa, obra visual, fotografía, la construcciòn de su magia, este 9, 10, 11 y 12 de octubre en Valparaìso en diversos lugares, que incluyen la emblemàtica La Sebastiana, la casa del puerto de Pablo Neruda.
Como un puño de brasa se titula el homenaje y habrà poesìa, artes visuales, audiovisuales, ponencias, jazz, una fiesta artìstica completa. Se conmemoran los seis años de la desapariciòn fìsica de Gonzalo, pero su obra està viva como su palabra.
Sus pares e impares, realizan una jornada sobre su poesìa, obra visual, fotografía, la construcciòn de su magia, este 9, 10, 11 y 12 de octubre en Valparaìso en diversos lugares, que incluyen la emblemàtica La Sebastiana, la casa del puerto de Pablo Neruda.
Como un puño de brasa se titula el homenaje y habrà poesìa, artes visuales, audiovisuales, ponencias, jazz, una fiesta artìstica completa. Se conmemoran los seis años de la desapariciòn fìsica de Gonzalo, pero su obra està viva como su palabra.
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