Me pregunto en estas
largas noches tropicales como un curioso observador del tenis: ¿Novak Djokovic
dictará su cátedra este domingo en la Catedral del tenis mundial,
Wimbledon, frente al veinteañero español Carlos Alcaraz, uno de los desafiantes
líderes de la nueva generación de tenistas?
De ocurrir una
victoria del serbio, la 25 ava de Grand Slam, estaría batiendo nuevos récords
en su larga y exitosa lista de triunfos, francamente extraordinaria, espectacular,
deslumbrante carrera deportiva. La australiana Margaret Court, tiene los mismos
títulos actuales de Grand Slam que Djokovic y el serbio quiere también romper
ese récord, que se le escapó en Australia, porque no se vacunó del Covid y
recientemente en el Roland Garros, por su rotura de meniscos.
Así, se transformaría
en el tenista de ambos géneros con un mayor número de Grand Slam en la historia
de este deporte e igualaría los 8 títulos en Wimbledon del genial suizo, Roger
Federer. El suizo, retirado hace algún tiempo, después de dar verdaderos
conciertos en las canchas, en una suerte de ballet tenístico, dijo: me parece
bien que Nole siga desafiando todos los récords.
Djokovic junto a Nadal
y Federer conforman la más brillante generación de tenistas en el presente
siglo, un trío que ha coleccionado el mayor número de Grand Slam en la historia
del tenis, un récord no fácil de igualar, cuando todavía el serbio pisa fuerte
en las canchas de Londres, París, Estados Unidos y, sobre todo, Australia.
Qué generación tan
brillante, no sé cual estadio incluirá a su entrada las tres esculturas que
simbolizan a este trío gladiadores modernos, cuyo legado ya es imborrable. En
este siglo XXI, ha dejado no pocas enseñanzas y han escrito una singular página
en la historia del deporte, no solo aplicable al tenis.
Djokovic, sigue
vigente, Nadal, reincorporándose de una larga lesión que lo tiene a prueba y volverá para las olimpíadas en París,
próximas a iniciarse. El serbio tuvo que ceder su primer lugar por un retiro
físico obligado en el reciente Roland
Garros, luego de ganar en 5 sets, cojeando, por una lesión en los meniscos de
la rodilla derecha, al argentino Cerúndolo. En este juego, el serbio mostró su
temple, jerarquía, por qué nunca se da por vencido, una de sus características
más notables en cada juego. El tenis es mente, fuerza, concentración, buenas y
rápidas decisiones, saber jugar cada pelota, a veces casi sin pensar, no hay
quien ayude al jugador, porque es un deporte eminentemente individual. Está
solo frente a su oponente y al público, a todos los pensamientos que cruzan por
su mente, es una partida de ajedrez a estadio lleno, física y mentalmente,
donde cada error tiene un precio.
Djokovic es un jugador
cerebral, mantiene un gran estado físico, es la mejor defensa actual, quizás
del tenis mundial, mantiene una extraordinaria resiliencia en cada juego que
pareciera que va a perder, pero vuelve a remontar, lo que no solo sorprende a
su oponente, sino al público y aquellos comentaristas que lo ven en cada Grand
Slam, como el Ave Fénix que vuelve a renacer una y otra vez.
Mañana enfrentará en
Wimbledon, en una final sin pronóstico, a
uno de los jóvenes que se manifiesta
como sucesor de estas grandes estrellas, de solo 21 años, pero ya con tres
títulos de Grand Slam.
Alcaraz
y Djokovic han jugado varias veces, pero cada partido es distinto por a, b, o c
motivos. El español de El Palmar, sabe
que está frente a una leyenda y que ambos van por la gloria, por hacer
historia a su manera.
El último juego del serbio, hace unos días, con el italiano Musetti, se mantuvo impecable de comienzo a fin. Ejerció toda su maestría, serenidad en los momentos decisivos y algunos puntos fueron de antología, que explican en pocos trazos la belleza del tenis, donde hizo lucir toda la belleza de su espléndido estilo y del mismo juego.
Me imagino que ya tiene listas las zapatillas para cuando termine el juego, si los dioses le conceden la victoria, con el número 25 y su teacher, camiseta, de su tan codiciado Gran Slam. En ese gesto podríamos resumir la pasión de toda una vida dedicada al tenis en la más alta cumbre. Mañana sabremos si ese deseo se le cumplió a Djokovic.
Rolando Gabrielli2024