viernes, noviembre 24, 2017

Noviembre, què decir

Noviembre,  qué decir,
no encaja  en las oraciones,
ni en el gatillar de  días rabiosos,
este viejo sermón apocalíptico,
no mueve montañas,
no divide mares,
ni convierte desiertos en oasis,
es inútil, sin sentido, renace,
se aviva en el púlpito
y es ceniza de voces ocultas,
la histeria no alcanza para ser colectiva.
En el pobre  altar de tu cornisa,
paloma un vago aletear sin sentido,
signo vago  de estos  tiempos de incertidumbre.
No vaya a ser que te cagues en la cabeza
de un  transeúnte ocasional
en una plaza de provincia
y se declare la tercera guerra mundial.
Solo digo, tráenos la paz,
mientras bajo las persianas del mediodía.
Rolando Gabrielli©2107

jueves, noviembre 23, 2017

No es hora de poner nombre


No es hora de poner nombre  a las cosas,
ni señalar un destino a los objetos,
estas palabras son lo único visible
a esta hora de la mañana  de un  jueves
del mes de noviembre  donde nada
es igual a nada  en el estricto
transcurso de las horas
y en el orden de las palabras.
Rolando Gabrielli©2017

martes, noviembre 21, 2017

Qué decir


Qué decir,
en la hoguera de las palabras,
es el humo quien nos habla,
dice y confirma
el viejo sermón
sobre las llamas,
donde alguna vez fueron arrojadas
las viejas  historias,
fàbulas,
que aùn adornan la muerte

con sus antiguos sermones,
de confundidas palabras.
Rolando Gabrielli©2017

Muriò la muerte

 

(In memorian de una actriz, un guionista, un peluquero, una  heredera)

Murió la muerte
 del perverso
Charles Mason,
el  de la cruz gamada
en su frente,
puerco sanguinario cruel,
hijo de la crueldad y demencia.
Su sombra dejó de parir
más sombras en su celda
y todos sus descendientes,
bajaron  finalmente
al pozo oscuro
de la infernal oscuridad.
 
Rolando Gabrielli©2017

lunes, noviembre 20, 2017

Es un agujero
en el cielo,
la luz de un cuadro,
el sueño de un paisaje,
que sobrevuela
y se  recrea.
Rolando Gabrielli©2017

domingo, noviembre 19, 2017

¿La poesía es inmortal o pasajera digital?

¿La poesía es inmortal o pasajera  de la vida  que la trata  como una más del montón en el paraíso perdido de la palabra en el mundo digital  de la imagen?    Esta interrogante no inquieta  a los académicos o sacerdotes de la palabra, ni siquiera a los poetas.  Es más bien un ejercicio de la retórica vigente, una manera  de subirse al carro de   las inquietudes personales  y de las continuas agresiones  del silencio verbal de estos tiempos.
 Es flor de un día, quizás la sombra de un instante, inclusive tú Musa, no acompañas mis palabras que aún permanecen en mis propias palabras. No quiero hablar de abandono, ni buscar una legítima defensa de nada, sino permanecer en este oficio como un buzo de lágrimas rotas que busca en un mar ciego algunas palabras aún por decir.
Estamos en el reino de la post verdad y de la mentira rampante, fenómenos ya instalados en el carrusel líquido de la realidad. Reporteros y fotógrafos del celular compiten con los medios establecidos, los viejos instrumentos de la comunicación de papel, las ondas hertzianas y electromagnéticas.
Los nuevos gurúes, dioses del ciberespacio, Internet  y todo el ejército  de  campanas vociferantes de la inmediatez, vaticinan  la muerte de todo lo escrito, diarios, revistas, libros,  y si eso está planteado en esos términos, qué  espacio le queda a la poesía, habría que preguntarse, casi por instinto de conservación.
La poesía ni fu, ni fa, cuánto he escuchado, se ha dicho directamente o entre líneas  para no despertar a la muerta, mientras   los poetas continúan su ejercicio  solitario, su búsqueda y ajuste del lenguaje y cuentas con el mundo  del mega-dato. Cómo ser más interesante, atractivo, llamar la  atención de una lectura, ante la enfermedad  de los mensajes digitales  virales. La mayoría tienen impreso el sello del mírame  que aquí estoy cómo me veo… click, click, click.
Tan vieja, incauta, a la intemperie, ninguneada, convocada en la frivolidad de la propia retórica, sigue viajando en el incesante río de Heráclito, pero bañándose una y mil veces, en sus  distintas aguas, como lo recomiendan las sagradas  escrituras del verbo de cada poeta.
El duende andaluz, FGL, lo dijo en su momento: la poesía es el misterio donde tienen lugar las cosas.
Quedémonos entre la memoria de lo que no olvidaremos  y el sueño que anuncia un nuevo amanecer.
Rolando Gabrielli©2017