Noviembre, qué decir,
no encaja en las oraciones,
ni en el gatillar de días rabiosos,
este viejo sermón apocalíptico,
no mueve montañas,
no divide mares,
ni convierte desiertos en oasis,
es inútil, sin sentido, renace,
se aviva en el púlpito
y es ceniza de voces ocultas,
la histeria no alcanza para ser colectiva.
En el pobre altar de tu
cornisa,
paloma un vago aletear sin sentido,
signo vago de estos tiempos de incertidumbre.
No vaya a ser que te cagues en la cabeza
de un transeúnte
ocasional
en una plaza de provincia
y se declare la tercera guerra mundial.
Solo digo, tráenos la paz,
mientras bajo las persianas del mediodía.
Rolando Gabrielli©2107
No hay comentarios.:
Publicar un comentario