Abismo no me apures,
ni te precipites,
los pies firmes en la tierra,
como si fuéramos un ángel volando
sin descender de los cielos
aturdidos de nubes y días grises,
pájaros que dejan sus nidos,
hermosas decadentes ciudades
pobladas de historias y muertos,
Las drogas matan irremediablemente,
pasan las mareas pasan
y sus olas vacías vuelven al mar,
los jardines de paz
están llenos de flores muertas.
Aquí el tiempo no sobra
dice el mezquino guardián.
¿Cuánto vale un verso en este tiempo?
monedas, unas monedas de invierno, sueltas.
Millones de oídos sordos te escuchan,
pasar con sus pies cansados las sombras.
La palabra no es otra cosa que la palabra,
no mueve montañas, ni falsas imágenes,
ilusiones, tal vez, ilusiones al fin.
Rolando Gabrielli©2014