Aré, aré,
en el mar,
sin pisar sus aguas,
en el desierto,
sin pisar sus arenas,
aré, siempre aré,
en lugares infinitos,
en todos los espacios
y no ha quedado una sola huella.
Afortunadamente,
aré en silencio,
para la posteridad.
Rolando Gabrielli©2018