Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla. Confucio
La belleza es un recurso que se utiliza para causas que muchas veces no la prestigia. Nadie puede decir que las ucranianas no son bellas, porque en la vieja Europa suelen ser las modelos màs cotizadas para eventos publicitarios y porque en verdad, convierten el alma en cuerpo.
Pertenecen al conocido club de las Femen, que se la juegan en cuerpo y alma en distintos escenarios por un mejor mundo. Ponen sus pechos en la yaga de los vicios humanos, donde la sociedad se prostituye y atornilla sus maniquìes en la decadencia. Las Femen està protestando en la EUROCOPA, un escenario donde rueda la pelota, una sola, y 22 hombres corren detràs de ella, mientras un 23 avo, que no la patea, vigila las reglas del juego y sanciona. El lugar, llamado Estadio, se llena y la TV, divulga a millones de millones en el universo, que miran la pantalla deslumbrados, absolutamente hechizados. Las Femen los sacan de ese estado catatònico con su presencia y su mensaje veloz como el rayo, para, en esta ocasiòn llamar la atenciòn por viejos problemas que atacan a nuestra especie, que se agravan cada dìa: prostituciòn, alcoholismo y debilitamiento mental de la poblaciòn.
Faltaron en sus denuncias, el consumo de drogas y la corrupciòn, todos elementos universales, que pedalean en la sociedad postmoderna, lìquida, acuosa, sinuosa, metàlica, putrefacta.
La belleza es un milagro, la naturaleza es la primera en expresarla en todas sus manifestaciones, y el bìpedo insaciable, bucanero de tercera categorìa, roba el cofre con codicia, como si el fuego le perteneciera sòlo a èl.
Las Femen reclaman que se hayan abierto prostìbulos para la EUROCOPA, nada nuevo bajo el sol, pero las crisis no se superan con màs prostituciòn, ni casinos, lavado de dinero o guerras.