Klimt, exuberante es el sueño,
pero no se subasta,
aún en la prosa del poema que lo describe
y viaja en el vasto sentido de su cuerpo,
realismo abstracto lo que veo màs que una pieza única
en la solemne pornografía de Viena y su aliento ínútil
de imperio efímero y el fin ha llegado como a todos,
devorados por la misma madre, la guerra.
Un vals para papà
Sigmund ahora en el Danubio,
ver el super yo aplastado
como una cucaracha,
correr el rio del ego en un pequeño diván freudiano
en alguna parte del siglo XX, ya es historia.
Klimt hasta aquí me
has traído en tu primera centuria,
¿que vendrà mañana en este nuevo siglo?,
no sabemos porque la magia
ha roto
sus propios caminos y vuelto a construirlos,
como un sapo el príncipe de la pintura renacerá
en algún lugar, alguna época,
siempre hay futuro.
Rolando Gabrielli©2018