A Paulina, mi hija
El alma vino al cuerpo,
así, dijo, se recupera una vida,
en vilo estaba, sí, suspendida,
como si ya no viviera,
atada, digo, al aire
que la sostiene.
Si has visto un pájaro
en una rama probando el vuelo,
ya sabes de qué hablo,
no se necesitan más palabras.
Rolando Gabrielli©2020