La oreja de Van Gogh
se escucha así misma
y no se hace ruidos por el hablar
de los demás.
No quiere saber,
ni poner oreja
al supuesto suicidio y locura
de Vincent en un trigal,
menos oír de sus posibles causas,
si los cuervos no despejan aún
las dudas de su muerte al volar.
Rolando Gabrielli©2014