En la imagen de un
espejo,
el cielo y la tierra quizás
se midan en
centímetros cuadrados
que no vemos en el
inmenso paisaje.
No se reflejan posiblemente los océanos,
desiertos, ni
montañas o volcanes,
millones de hombres serían fragmentos
de sus vestiduras, huellas
quizás,
rostros de
desconocidos en la India,
Nueva York o al sur de la geografía.
Polvos de estrellas fugaces
tal vez registre la memoria
de espejos más viejos,
cristales originarios primitivos
más sabios que el
reflejo del presente.
No siempre tenemos una medida exacta
de las cosas verdaderas,
ni de aquellas que si importan
o de las que lo fueron en el pasado.
Cuando el espejo no me mira,
siento que alguien refleja
lo que el espejo no
ve
o no quiere ver
Puede ser algo más
que un rostro, un paisaje,
un grano de arena
que nadie ha contabilizado.
Rolando Gabrielli©2014