sábado, mayo 04, 2024

Aquí estoy, Valparaíso

Aquí estoy,

en los cerros de Valparaíso,

volviéndome los ojos de todos los precipicios,

la metafísica del puerto,

frente al mar que  huele a mar,

viejas casas sostenidas por el viento

de la historia y de los sueños

que me ponen a navegar

en los balcones  que dominan

todos los puntos cardinales,

bajo el cielo infinito y los abismos

que ascienden muertos de la risa

y se pasean por las calles de Valparaíso,

 sin principio ni fin.

Rolando Gabrielli2024 

viernes, mayo 03, 2024

Libertad de Prensa en su laberinto

 


Hoy es el Día Mundial de la Libertad de Prensa, lo estableció la UNESCO, el 3 de mayo de 1994. La fecha  y el deseo, parecen un chiste en este nuevo aniversario: 26 periodistas asesinados en Gaza.

El tema da para analizarlo durante días, es como abrazar un puercoespín en celo. No me voy a dar ese trabajo, el periodismo como lo conocíamos y estudiamos en la Universidad y llegamos a soñar como soñadores de la Libertad: ha muerto, no existe.

El periodismo corporativo transnacional ha creado su propio imperio de la mentira y se tomó la palabra.

Descubrimiento tardío de Paul Auster


Paul Auster murió en casa, en una habitación que le encantaba, la biblioteca, con libros en todas las paredes desde el suelo hasta el techo, pero también con altas ventanas que dejaban entrar la luz. Murió con nosotros, su familia a su alrededor, el 30 de abril de 2024 a las 18:58. Así reveló, Siri Hustvedt los últimos momentos de quien fue su esposo desde 1981.

Fiume  tiene sus rutinas como cualquier mortal, hacer sus ejercicios para sobrellevar los dolores del cuerpo, revisar la prensa, poner en alerta sus cinco sentidos para iniciar el día a plena capacidad neuronal. Los acontecimientos locales y mundiales superan la ficción, puede salir el sol a plenitud, brillar con un cielo despejado, pero la humanidad está en un permanente parto de acontecimientos y guerras.

El día de ayer pareciera trasplantado en el de hoy, pero siempre  suceden hechos relevantes, que llaman la atención más que otros  por su intensidad y carga emotiva. Superando los  habituales Fake News, este blog y Fiume hacen un alto, un minuto de silencio por la desaparición física de Paul Auster, un novelista, guionista, ensayista neoyorkino reconocido y querido en todos los continentes.

Fiume, aislado en el tiempo, sobreviviente de Limbo city, abierto a los caminos de la vida, nunca leyó a Paul Auster y lo lamenta porque los temas de sus novelas  son también sus temas. Incomprensible no haberse encontrado en las lecturas de Paul, pero una vida a la intemperie, sin entorno, a capela, caminado en un desierto verde de la nada, donde la palabra es una mera mercancía, Fiume se cruza de brazos y concluye que se hace lo que se puede, una respuesta y explicación mediocre, tal vez, pero real. Antes de estas confesiones, Fiume busco en su memoria, luego biblioteca un libro de Paul Auster y no lo encontró. Así pasó en estos días, creyéndose justificado, pero el autor se resistió, al parecer, no le dio el gusto de acercarse a su tapa, contratapa, al menos.

Fiume es un admirador de una ciudad que desconoce, Nueva York, y digo esto porque yo a él lo conozco bien y se de su devoción, y como vuelve a lecturas vinculadas con la city: A partir de Manhattan del poeta Lihn y Poeta en NuevaYork de Federico García Lorca, entre otras pistas que nos llevan a su obsesión por NY.

New York era el personaje principal de la obra de Auster, el azar, el amor, la vida a la intemperie, obsesiones también de Fiume, aunque Auster vivía en la city que era su materia prima y lo de Fiume, así, lo decía, era una ilusión, un sueño, una metáfora en su vida, la perfecta utopía. Fiume no vive tan lejos de NY, conoce gente que viaja a la ciudad de Whitman, donde estudió Federico García Lorca y donde Woody Allen filmó sus mejores películas. Conoce a un pintor que vive en NY, pero nunca nadie le ha dicho, ven a Nueva York, te la voy a mostrar más allá de la postal y nos tomaremos un café en el Central Park, en las proximidades donde un desquiciado mató a John Lennon. 


                                          Park Slope, el barrio de Paul Auster

Paul Auster no requiere una carta de presentación, tal vez Fiume piense que para él, si. Fue traducido a 40 idiomas y lo más importante, tuvo el aval de sus lectores, la felicidad de vivir el amor y el éxito de su pasión literaria. Una vida íntegra para un escritor buena persona que vivió su tiempo de manera limpia y generosa. Asi piensa Fiume después de leer una serie de notas sobre el autor, detenerse en el alma de las palabras, bucear en algunas anécdotas, viajar  hacia los días en que comienza  y se decide a ser escritor. Fiume se va adentrando en el personaje y se lo imagina en el acto de la escritura, pasión de las palabras, en plena vitalidad, disponiendo de verbos y sustantivos,en Brooklyn, allí donde vivía, escribía, soñaba, amaba, en Park Slope. Woody Allen, piensa Fiume, cree recordar, paseaba con sus personajes por esas calles, y de ahí puede venir más que algún recuerdo, una atmósfera, una rara sensación de un lugar conocido, algo que solo el cine pareciera poder instalar en la memoria.

Fiume se queda como suspendido en el aire de las imágenes que va soplando el viento como las hojas de un otoño rejuvenecido por el tiempo y los buenos deseos. Nadie lo conocía mejor que su esposa Siri Hustvedt, quien dijo estas últimas palabras que compartimos en silencio: como su testigo, amiga, amante, colega escritora y primera lectora (como él lo fue mío), sólo puedo decir que escribía desde las profundidades del sentimiento, desde los espacios de ensueño donde nacen, se desarrollan y terminan los grandes libros. No son los espacios de las convenciones prescritas, de las novelas y memorias que salen de los departamentos de escritura creativa de las universidades de Estados Unidos.

Gracias Paul, Fiume.

Rolando Gabrielli2024

jueves, mayo 02, 2024

Un poema antes de salir

En medio de la inmensa soledad digital, del bullyng de la generación nómade, emergente, Fiume, un inmigrante de los malos tiempos, no salía de su casa sin antes escribir un poema. Era su mantra, es ribir un texto que retratara la memoria, el presente y el futuro, como si se estuviera mirando al espejo. Confesarse con las palabras, solía decir, es entrar en la realidad sin audífonos, con la sordera natural del ruido de las cosas y de las calles. Tenía tal devoción a la suma de las vocales y consonantes, que recogía en sus libretas el amor y el espanto, casi por partes iguales. Somos carne y palabras, monologaba ante sus jardines, como si la naturaleza le escuchara y recordara también, eres polvo. En medio del ocio de esas horas en pausa reflexiva, recorría su memoria con la minuciocidad de un cazador de ciervos inocentes, despistados en el bosque, y a su manera reconstruía los  hechos prácticamente abandonados y que el tiempo suele reciclar sin proponérselo. 

La suerte está echada y perdía el tiempo en explicárselo, interpretar más allá del silencio. Nada parecía casual, instalado en la cábala de sus días. Lo que no tenía significado, lo encontraría en el camino. Un poema también está hecho del sonido de las palabras, de lo que oculta el silencio, del absurdo de la realidad, de lo que fuimos y seguiremos siendo. Fiume mira un grupo de pájaros alegres que come alpiste, mientras la mañana bosteza bajo un sol fulminante y todo pareciera ser tan simple y fluir sin más interrupción que las horas ya vividas.

Los días son espejos de las circunstancias. A veces, pasan sin darse cuenta, pero en realidad suman tiempo y de eso nadie escapa. Podemos llegar a ser protagonistas de nuestro propio silencio, aventureros de nuestro simple entorno. Le rendimos pleitecía a lo ya andado y el futuro puede llegar a ser menos sorpresivo. Era la manera de reflexionar en presente y que caracterizaba a Fiume.

Rolando Gabrielli2024


Las alas no van

más lejos

que quien las agita.

RG

martes, abril 30, 2024

En el Alto Manhattan

En el Alto Manhattan,

entre los ríos Hudson y East,

frente al Central Park, 

donde se reúne la memoria del jazz,

los rascacielos miran  hacia los cuatro

puntos cardinales, atentos y vigilantes

bajo el cielo infinito de Manhattan,

los inconfundibles pasos de Walt Whitman

resuenan en la memoria del Alto Manhattan

y su risa amplia y generosa nos dice en sus palabras:

"ni yo ni ningún otro puede andar por ti  ese camino.

Eres tú quien puede andarlo."

Allí se encuentra la Universidad de Columbia,

libre como las alas libres de estos jóvenes

que rompen el silencio y el mundo recoge sus voces:

"El que degrada a otro me degrada a mí", señala

el viejo Walt meciendo sus barbas en el Alto Manhattan.

Me parece estar escuchándolo por todo Manhattan,

en cada uno de los Estados de la Unión que recorrió

sembrando su palabra libre, conmovedora, entusiasta

y ahora detenido frente al Hudson

con sus zapatos infinitos y su sombrero,

meciéndose su barba bíblica, otoñal,

está respirando entre las multitudes,

por la ansiada justicia, la paz del Medio Oriente,

el fin de la absurda muerte de niños y mujeres.

Tan simple es la vida, nos dice y recuerda:

"Soy de todas las razas y de todas las castas

y de todos los linajes y de todas las religiones".

Nos sigue hablando el viejo Walt Whitman.

Rolando Gabrielli2024

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La poesía es un testigo de excepción de su tiempo, registra,  se informa, contamina, analiza  y elabora su propia visión, asume la realidad con el instrumento que tiene a mano: las palabras. Es  compleja la visión de un poeta, porque está impregnada de realidad, historia, lecturas, memoria y pasión. Está llamado a interpretar el momento a través de su oficio, la poesía y como resultado, el poema.

Las Universidades norteamericanas están protestando por el genocidio en Gaza, como en tantas  otras partes del mundo, la Sorbonne, Francia, los jóvenes  siempre son una esperanza, un símbolo de desinterés y justicia, como ocurrió con Viet nam y sucedió el Mayo del 68 en Francia(París y Nanterre.

La juventud  universitaria de Estados Unidos vuelve a hacer historia, se pronuncia de costa a costa,  en su legítimo derecho de propiciar la paz, el fin de un conflicto de casi tres cuartos de siglo, para no ir más allá del tiempo.

Me he hecho acompañar de Walt Whitman, el poeta nacional de Estados Unidos, quién estaría al frente de Columbia, seguramente, clamando por la paz y la justicia en la devastada Franja de Gaza. Solo un ciego no vería que está sucediendo allí hace más de seis meses. Quienes conocen algo la historia estarían pensando en el gueto de Varsovia. Fue en abril justamente cuando un grupo de valientes enfrentó a los nazis con algunas pocas armas y alcanzó una modesta victoria. Todo lo demás fue la deshumanización, el Holocausto.

domingo, abril 28, 2024

De poeta y loco


De poeta y loco
y la quedo mirando,
recorro la muralla china
antes de decir algo,
 es un cisne el que tengo
frente a mi memoria
y despliega sus lánguidas
y gráciles alas.
Después nos vemos,
pareciera decirme,
como siempre,
 como antes de partir.
Rolando Gabrielli2024