sábado, marzo 12, 2011

Correspondencia

Una semana antes del Apocalipsis japonés, encargué dos libros a un amigo que viajaba a Barcelona y Austria, donde  estaría con su novia  Sandra  frente al Danubio azul. Mientras  contemplaba estupefacto como una parte del mundo se deshacía en mil pedazos y sumergía bajo una ola de diez metros de altura, en la paz del océano Pacífico en esta parte del mundo, leo el mensaje siguiente con la foto que adjunto a esta nota improvisada, sin ninguna pretensión: ¿Qué le parece la foto?Quisiera saber su opinión sobre esta foto.
NACHT desde VIENNA a las orillas del Danubio.
Desde mi Blackberry
La amistad no tiene tiempo ni fronteras ni máscaras: Rolando Denver.
Los libros viajan y toman el pulso al tiempo y las ciudades. Bolaño y Mukarami partieron de distintas editoriales de Barcelona a Viena y llegarán a Panamá. ¿Quién heredará sus páginas cuando ya no esté? Los libros permanecen como las palabras. Los autores viven en los lectores.Lo digital seguirá siendo un gran rumor de olas nuevas, pero el libro que aún tendrás en tus manos, amigo  (a) lector(a), te hablará del camino real que tuvo que transitar quien lo escribió.

viernes, marzo 11, 2011

El mar en el Pacífico


Màs que un parèntesis

(La tierra se ha estremecido como pocas veces hoy. El mar se ha salido de su entorno y ha destruido màs que el paisaje que le rodea con el ìmpetu y la fuerza de sus aguas. Japòn ha vivido un verdadero apocalipsis, tantas veces anunciado y recreado por los libretistas de Hollywood. El mundo, la especie humana, los que aùn creemos en la humanidad, estamos  de duelo. La TV ha abundado en escenas de espanto y las crònicas crecen en los ordenadores con historias de horror. Japòn es un pueblo que ha enfrentado històricamente la adversidad. Resurgiò de las cenizas de las bombas atòmicas de Hiroshima y Nagasaki, y de  diversos eventos telùricos. El fenòmeno natural ha liberado fuerzas devastadoras muy superiores a las bombas atòmicas que cayeron hace décadas en su territorio. Las vìctimas pueden llegar a ser miles, porque hay cerca de 100 mil desaparecidos. Se habla de trenes tragados por las aguas, barcos, numerosas casas, pero las cifras de la tragedia se iràn conociendo con los dìas. Las costa Pacìfica estuvo todo el dìa en estado de emergencia desde  Alaska a Chile, lo que refleja la magnitud del terremòto en Japòn, iniciado en las profundidades marinas de la isla de Honshu. Es muy probable que el fenòmeno telùrico de 8.9 en la escala de Richter, haya desplazado el eje de la tierra en no menos de 10 centìmetros.)
Este es el océano Pacífico, el Mar del Sur (Mar del Sud), según el español Vasco Núñez de Balboa, quien lo descubrió en Panamá en 1513-aunque ya los indios lo conocían y guiaron hacia sus aguas-, tras una larga  travesía por  el selvático Istmo. Hoy lo visité, casi 500 años después en un homenaje a las víctimas japonesas del feroz terremoto y tsunami, que puso a temblar la tierra como en los mejores tiempos del big bang. Me gusta cuando el mar está solo, callado, amigable y dispuesto a escuchar. Me volví a retratar junto a él en señal de amistad  y confianza, para ver en sus aguas el paso del tiempo. La imagen de una ciudad bajo el agua es un viejo  sueño del hombre, pero la realidad de ciudades destrozadas por olas que nacen  y se arrastran para destruir, solo produce pavor.
 La ciudad ardía bajo un sol calcinante y los miles de automóviles buscaban su propio  lenguaje en las angostas calles del Istmo. Un día vibrante, cosmopolita, no asociado a la catástrofe del otro lado del Pacífico, el mar más vasto y rico del planeta. Mientras dejaba correr mi automóvil entre la selva y sus calles menos congestionadas, pensaba  en el himno de mi país cantado tantas veces en la escuela, estadios de fútbol, en algún acto oficial: ese mar que tranquilo  te baña. Nadie que se haya bañado en sus aguas podría confiar en esas líneas de su estrofa, me contestaba.  Te promete un futuro esplendor, es más realista, por su riqueza inmensa, única,  alucinante vida. La tarde era espléndida, abandonada asímisma, casi nada de tráfico hacia el causeway, la gente seguramente en los mall comprando alguna baratija, mercancía o producto. Paso un aeropuerto que fue militar, me interno en la zona canalera, he dejado atrás una larga avenida asfaltada y enrumbo hacia el mar. Panamá, recuerdo, tiene forma de S, alguien dijo un árbol recostado entre dos mares, el istmo es frágil como la luz de una ventana entreabierta. S de suerte, selva, silenciosa como la tarde, sedosa sabías simplemente camino de seda.
Miro a la izquierda, unas hamacas coloridas quietas, esperando  los cuerpos, sigo recto, siempre mirando a la izquierda, una casa roja entre árboles es un jardín infantil y ya  paso a los automóviles y solo la gran recta hacia el mar: árboles, flores, el verde, lo que con ansia el hombre vive destruyendo. Ahí, finalmente estaba el mar, no necesita tarjeta de presentación, ni una postal, su inmensidad y misterio, me sostienen estos días. Hablar con el mar es viajar, saber que tras su horizonte siempre es posible ver algo más que un paisaje.  La aventura comienza al amanecer o al ponerse el sol. No tiene tiempo, ni puerto, el mar tiene el timón de vastos sueños, es su propio capitán.

El mundo


¿El mundo




quièn lo sostiene,
bìpedo ruin?
Pierdes la cabeza
en un instante,
la fràgil calabaza de los sueños
Màs arriba de tus hombros,
una nube es un objeto lejano y pròximo,
flota sobre la cabeza de la ciudad,
llena de agua y silencio,
algodòn que bala mudo por las alturas
Sobre tus hombros respira otro mundo
Màs arriba, astros, planetas,  estrellas, el sol,
lo que tu llamas infinito y se pierde todo,
como lo que no existe.

jueves, marzo 10, 2011

¿1984?



Oye, el mundo
está re loco,
nos vigilan a todos
all over the world.
¿1984?
Jajajaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Rolando Gabriellli©2011

De pelìcula


Ayer fui al cine como te contè/se pronunciò la palabra Stasi en la pelìcula/Estoy casi seguro que nadie la conocìa/El terror no conmueve a nadie/se pasea ante tus ojos y las personas comen popcorn/se lo devoran como si fuera el fin del mundo/Leo en sus ojos pequeños/como crece la indiferencia/sus pies deben estar frìos/las manos inertes/Solo una pareja sabe lo que està haciendo/el cine es para vivirlo/se dan dos  besos por uno de la pelìcula/No estàn para vivir como extras/la pasiòn suena como un champagne/recièn descorchada/Varios van a morir/este libreto ya lo conozco/Hay buenos y malos/los àngeles caen del cielo y del infierno/Las escenas no solo se repiten/se calcan en serie sin piedad/ni talento/No hay una butaca vacìa donde refugiar la mirada/La pantalla real la llenan estos dos extras/siguen besándose fuera del libreto./La muerte ya no tiene excusas/se queda con la úlltima escena.

¿DÓNDE ESTÀ LA FOTO?

¿El fotògrafo no vino? ¿Què pasò con la imagen del post? ¿Las palabras dicen màs que mil  o 5 mil imàgenes?  ¿Quièn puso el primer huevo en la Red: la palabra o la imagen? ¿Cuàndo hace màs frìo: en la primera nevada o en la ùltima? ¿Dònde està el paisaje? ¿Què se hizo Limbo city o Rolando Denver? ¿Una puesta de sol es la ùltima imagen? Clic, clic, clic, no se ve nada. ¿Quièn està detràs del interruptor? ¿El que interrumpe o el oscuro cortocircuito del robot? ¿Por què apagan la luz de una pàgina que brilla humildemente? El Sol nunca serà un convidado de piedra en estas pàginas, seguirà brillando sobre el mar, detràs de la montaña, cada mañana y en el atardecer se van encendiendo los faroles. No se puede apagar el Sol con el chasquido de los dedos y què bien se ve su reflejo en el mar. Imàgenes son imàgenes/ y palabras son palabras. /Este no era mi paisaje/ o mi plan B/ ni la letra de ninguna canciòn/¿O este es el ùltimo atardecer?/El rìo cabalga confiado en su soledad/Las aguas estàn bajando de las montañas/subirà la marea sobre el mar/¿Por què levantan muros?/¿Què inùtil es ser dueño de màs y màs?/¿A quièn dejaràn el silencio?/¿Con què muertos adornaràn los cementerios?/Cenizas, vuelan cenizas/regresan sus antepasados/¿Què naipe usarà el ùltimo azar?/¿Ya nadie comprarà los polos?/se estàn derritiendo./¿La muerte competirà con la libertad? ¿En quièn confìa el ahorcado? ¿En la soga o en el verdugo/?/Las opciones se cierran/un trèbol de cuatro hojas/es una casualidad/Volver el reloj atràs/es no creer en el futuro/dar la espalda en verdad

miércoles, marzo 09, 2011

Las aguas y el lenguaje del desierto...

No sè lo que està sucediendo en Libia. He leìdo un centenar de notas y recibido otras tantas. El bombardeo noticioso es fenomenal  y es difìcil resultar  ileso. A veces el ruido nos hace perder la memoria y es muy difìcil dar con la aguja en el pajar. La Gran prensa Gran, suele estar màs preocupada  de como mantener a flote el negocio de la informaciòn.
He visto con mis propios ojos en la TV, el desierto de Libia en el centro del Sahara y  cada grano de arena formar parte de esa rica naciòn. Libia es casi un gran desierto. El desierto no parece haber crecido en vano. La arena  no es parte del paisaje, es el paisaje. El Silencio suele sesionar en el desierto y  tomar vacaciones   como si estuviera en  un  sanatorio para curar los agujeros alma. No se sabe donde comienza , ni donde termina, pero cada dia agrega un granito de arena a la tierra.  ¿El desierto habla consigo mismo? ¿Què dudas tendrà?  ¿El desierto sabe que tiene padres, hermanos, hijos?. El gran invento del desierto es el espejismo. Es la última esperanza que intenta darse el ser humano. ¿El desierto es generoso o tramposo, cuando concede este aparente privilegio, lujo de la imaginaciòn y del deseo?
Me he visto caminar  en el desierto,  sin paredes, ni techos, con el sol como guìa hasta que el ocaso da paso a la noche del desierto. La oscuridad, aparentemente impenetrable, se ntrega al silencio del desierto.
Las aguas y el lenguaje del desierto,  son muy diferentes y corren paralelas.

martes, marzo 08, 2011

Mujer

A la mujer
invisible,
que es silencio
y sueño,
a sus manos,
que construyen
lo visible de cada dìa.
Rolando Gabrielli©2011

lunes, marzo 07, 2011

No tengo planes

No tengo planes
para escribir
un poema,
ni palabras.
Rolando Gabrielli©2011

domingo, marzo 06, 2011

Fechas del porvenir



Tercer milenio, hummm,
què broma la vida,
esconde la mano, piedra,
mi ojo te ve
Kafka-(risas, risas, risas) 
Sin tropiezos
el pie camina.
Un punto, una coma, alto
a la prisa
que seremos
LIBRES
Roca que ningùn tiempo horada
háblame de la risa,
mar y mar a tu lado.
La aguja de un sastre no pincha
la rosada cara de un  mundo humillado.
Toc, toc, bájame
a la medida de la luz,
una estrella,
la huella que deja tu estela.
¿El mundo està de viaje
sin retorno, no va a parar?
No quiere amos,
prefiere estar a la deriva,
vivir un nuevo big bang.
Jòup, jòup, la esperanza
es lo ùltmo que se pierde.
rolando gabrielli©2011

La Paleta de Van Gogh

En marzo tiñe de amarillo el otoño tropical en pleno verano. Estaciones locas, pero asì es el tiempo. La flor del Guayacàn se toma la ciudad en tiempos de carnaval. Es deslumbrante y como todo lo bello, pasajero. Hasta el pròximo año dice el Guayacàn, flor de unos instantes. Alfombra los patios,  calles, automóviles, ventanas. Amarillo intenso, limpio, como la paleta de Van Gogh.
El pequeño copihue amarilo, como un paracaìdas desciende  de las ramas del Guayacàn, efìmero, efìmero, inmortal.