No sè lo que està sucediendo en Libia. He leìdo un centenar de notas y recibido otras tantas. El bombardeo noticioso es fenomenal y es difìcil resultar ileso. A veces el ruido nos hace perder la memoria y es muy difìcil dar con la aguja en el pajar. La Gran prensa Gran, suele estar màs preocupada de como mantener a flote el negocio de la informaciòn.
He visto con mis propios ojos en la TV, el desierto de Libia en el centro del Sahara y cada grano de arena formar parte de esa rica naciòn. Libia es casi un gran desierto. El desierto no parece haber crecido en vano. La arena no es parte del paisaje, es el paisaje. El Silencio suele sesionar en el desierto y tomar vacaciones como si estuviera en un sanatorio para curar los agujeros alma. No se sabe donde comienza , ni donde termina, pero cada dia agrega un granito de arena a la tierra. ¿El desierto habla consigo mismo? ¿Què dudas tendrà? ¿El desierto sabe que tiene padres, hermanos, hijos?. El gran invento del desierto es el espejismo. Es la última esperanza que intenta darse el ser humano. ¿El desierto es generoso o tramposo, cuando concede este aparente privilegio, lujo de la imaginaciòn y del deseo?
Me he visto caminar en el desierto, sin paredes, ni techos, con el sol como guìa hasta que el ocaso da paso a la noche del desierto. La oscuridad, aparentemente impenetrable, se ntrega al silencio del desierto.
Las aguas y el lenguaje del desierto, son muy diferentes y corren paralelas.
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