miércoles, febrero 01, 2012

Febrero, mes de la poesía




No soy nada
Nunca seré nada
No puedo querer ser nada
A pesar de eso
Tengo en mí todos los sueños del mundo.
Fernando Pessoa

Musa in nube arcaica
Una musa siempre flota
con el cuerpo del delito,
nube arcaica, idioma de cera
arde vela arde,
no te abandones
llama del deseo.
Ahora poesía ahora,
que la llama ignora
el reflejo dorado,
la pulpa desconocida
de la palabra.
Rolando Gabrielli©

Ah,  la poesía es cosa de todos y de todos los días, si no abunda, puede estar en cualquier parte.
(Corten)
La poesía no es algo práctico: ¿Para qué sirve?, me pregunta una secretaria que desconoce el secreto de la poesía
(Corten)
El mundo está lleno de poesía, pero sólo los ciegos la ven y detectan con su bastón blanco cruzando la gran ciudad.
(Corten)
¿La poesía, el poema, el poeta, son la cáscara y el lector el fruto?
(Corten)
¿El poeta es un pequeño dios, un vidente, un profeta, un duende, un cronista de su tiempo,un artesano, un revolucionario, un hombre de la calle, un mago, un ajedrecista de las palabras, un cazador de lo inefable?
Todo eso ya se ha dicho.
(Corten)
Veo la rosa o la rosa me ve
¿Dónde está la poesía Dylan Thomas?
(Corten)
Esto es poético, aquí hay poesía, tiene poesía...Son frases hechas, vulgares, comunes y corrientes, cotidianas.
¿Dónde está la poesía?
(Corten)
¿La poesía es cosa pública, íntima, ocasional, circunstancial, oficial, asunto político, meramente poético, artístico, personal, de dos, cosa de la Musa, inspiración, trabajo de trucar palabras, una debilidad del corazón, un arte menor o mayor, una manera especial de cortar las palabras?
(Corten)
Busca, busca Internauta, amigo lector, mi hipócrita,  hurga la aguja en el pajar de la poesía y la encontrarás.
La Musa toca con sus nudillos de seda la puerta. No siempre la escuchamos, pero queda el eco de sus palabras.
(Corten)
¿Màs vale un poema en la mano que cien volando o todas las alas para la poesía?
(Corten)
Una palabra mal dicha puede obturar un pozo.
(Gonzalo Millán)
Una palabra bien dicha puede desatorar un volcán
(Gonzalo Millán)
La poesía es sospechosa?
Por alguna razón lo es.
(Corten)
¿Qué  piso  ocupa la poesía en la Torre de Babel?
(Corten)
¿El poeta va a la montaña o la montaña es el poema?
(Corten)
Leo mis borradores, me enseñan de mis errores. El poema también es un accidente involuntario.
(Corten)
¿La poesía es el último reducto de la palabra?
(Corten)
Tu lengua/El pez rojo en el bocal/De tu voz
Apollinaire
Esta será mi venganza:/Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta/famoso/y leas estas líneas que el/autor escribió para ti/y tú no lo sepas.
Ernesto Cardenal
(Corten)
La poesía no navega en un portaviones nuclear, más bien permanece en su propio panal. Sus aguas son màs profundas.
(Corten)
Un  poema que dice la verdad, se mide  por el tiempo infinito de un reloj de arena. La palabra es un grano màs de la potente voz del desierto.
(Corten)
¿La mujer es un sub producto de la poesía o es la poesía?
(Corten)
¿La poesía es cosa de Videntes o invidentes? ¿El ciego es el poeta o la realidad?
(Corten)
¿Chaplin dejó muda a la poesía? ¿O el Cine Mudo es poesía?
(Corten)
¿Las palabras de la poesía son las de un deconocido que silva en el bosque?
(Corten)
Lo normal al dormir, es que un Cronopio lea un poema.
(Corten)
¿Kafka  no fue poeta o sí? ¿La poesía es kafkiana?
(Corten)
¿Quieren saber? El algún tiempo quise ser Rimbaud. ¿Quién no? Ya éramos James Dean. Al Este del Paraíso.
(Corten)
¿El poeta usa sombrilla o paracaídas? ¿De qué se protege? ¿De sus propias palabras?
(Corten)
La poesía grita su silencio en toda época y es voz de los sin voz.
(Corten)
Subastan el surrealismo
¿La poesía puede sitiar una dictadura?
(Corten)
Poesía y Musa van de la mano del poeta.
(Corten)
La poesía no sueña donde la realidad no tiene sueños.
(Corten)
¿Hay que ajustar la forma y el movimiento de cada consonante? ¿O robarle el abecedario a las sombras?
(Corten)
La poesía no se encuentra en las farmacias, es otra clase de alquimia. A veces, tampoco  está disponible en las librerías. ¿Un producto realmente misterioso? ¿No se vende, ni falsifica? ¿O la palabra es una trampa del cine mudo?
(Corten)
El poema es el eco que la campana le reserva al silencio.
(Corten)
Isla Negra  ha perdido su oscuridad, la sombra nerudiana  ha vuelto a su lugar de origen.
(Corten)
La poesía es la loca de la casa. Dicen.
(Corten)
Hoy es un día azul de primavera/Creo que moriré de poesía
Nicanor Parra
(Corten)
La poesía entra en estas materias: La pobre Capitanía General de Chile/se dio unos lujos horribles/cuando su destino era la austeridad/vivir del arenal desértico/a la gélida Patagonia.
(Corten)
Porque escribí
Ahora que quizás, en un año de calma,
piense: la poesía me sirvió para esto:
no pude ser feliz, ello me fue negado,
pero escribí.
Escribí: fui la víctima
de la mendicidad y el orgullo mezclados
y ajusticié también a unos pocos lectores;
tendí la mano en puertas que nunca, nunca he visto;
una muchacha cayó, en otro mundo, a mis pies.
Pero escribí: tuve esta rara certeza,
la ilusión de tener el mundo entre las manos
—¡qué ilusión más perfecta! como un cristo barroco
con toda su crueldad innecesaria—
Escribí, mi escritura fue como la maleza
de flores ácimas pero flores en fin,
el pan de cada día de las tierras eriazas:
una caparazón de espinas y raíces
De la vida tomé todas estas palabras
como un niño oropel, guijarros junto al río:
las cosas de una magia, perfectamente inútiles
pero que siempre vuelven a renovar su encanto.
La especie de locura con que vuela un anciano
detrás de las palomas imitándolas
me fue dada en lugar de servir para algo.
Me condené escribiendo a que todos dudarán
de mi existencia real,
(días de mi escritura, solar del extranjero).
Todos los que sirvieron y los que fueron servidos
digo que pasarán porque escribí
y hacerlo significa trabajar con la muerte
codo a codo, robarle unos cuantos secretos.
En su origen el río es una veta de agua
—allí, por un momento, siquiera, en esa altura—
luego, al final, un mar que nadie ve
de los que están braceándose la vida.
Porque escribí fui un odio vergonzante,
pero el mar forma parte de mi escritura misma:
línea de la rompiente en que un verso se espuma
yo puedo reiterar la poesía.
Estuve enfermo, sin lugar a dudas
y no sólo de insomnio,
también de ideas fijas que me hicieron leer
con obscena atención a unos cuantos psicólogos,
pero escribí y el crimen fue menor,
lo pagué verso a verso hasta escribirlo,
porque de la palabra que se ajusta al abismo
surge un poco de oscura inteligencia
y a esa luz muchos monstruos no son ajusticiados.
Porque escribí no estuve en casa del verdugo
ni me dejé llevar por el amor a Dios
ni acepté que los hombres fueran dioses
ni me hice desear como escribiente
ni la pobreza me pareció atroz
ni el poder una cosa deseable
ni me lavé ni me ensucié las manos
ni fueron vírgenes mis mejores amigas
ni tuve como amigo a un fariseo
ni a pesar de la cólera
quise desbaratar a mi enemigo.
Pero escribí y me muero por mi cuenta,
porque escribí porque escribí estoy vivo.
Enrique Lihn
Morir, dormir, no despertar más nunca,/poder decir todo acabó; en un sueño/sepultar para siempre los dolores/del corazón, los mil y mil quebrantos/que heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara/concluir así!
W. Shakespeare

(Corten)
El eco del poema se reserva su silencio.
(Corten)
 “la poesía espera para sí misma la misteriosa gratificación de asir lo inasible y expresar lo inexpresable”
Olga Orozco
La poesía no es un negocio. Los negocios se notan, porque tienen una naríz y manos largas y unos bolsillos insaciables de pozo de agua de  pueblo abandonado. La poesía no necesita tarjetas de presentación. No se sube a una Limosina para recorrer la imaginación  o cada una de sus presentaciones. La poesía no tiene horóscopo ni mayordomo. La poesía no se cotiza en la bolsa, sus acciones son intangibles.
(Corten)
¿El negocio de la poesía está en las palabras. En lo que ve y no se toca?
(Corten)
Oh silenciosa/la nieve/ el sol de antiguas estaciones/ y los vientos nuevos que vendrán./Todo estará por hacerse en el poema/como en un principio.
(Corten)
La poesía no tiene dueño.
(Corten)
Subastan el surrealismo
Ahora sí André usted es el padre del surrealismo.
Debían sacarlo a subasta para que se encontrara
con la palabra mierda y la infinita dulzura
de una historia apátrida, sin fronteras,
loca, loca, monsieur, de guillotina.
Obra desnuda en pleno siglo XXI,
de león descabezado, y alguien la acumula
para este viento ocasional de primavera,
máscaras, civilizaciones, la petite histoire.
Qué ironía, Picasso
prohibido en las Naciones Unidas.
Mundo global, la sombra de mi mano
esconde unas cicatrices
y estas muñecas rusas no encuentran
el origen de su especie, ni la madre de sus hijos.
Tasan su obra acumulada en la calle Fontaine,
como si la poesía Noé la hubiese hundido en el diluvio
para salvar la especie y no la palabra.

Qué pobre destino puede tener la muerte
cuando no es auténtica.
A usted ya lo manosea la historia,
es un escombro hablar de poesía.
Michaux, Freud, Trostky, Dalí, Apollinaire,
Rimbaud, Lautréamont, De Chirico,
todos parecen cruzarse de brazos a un mismo tiempo
y forman parte del misterio, el gran collage
del marketing francés.
Tasadores del arte de la impunidad,
que a destajo tasan el misterio inefable
del gran guardián del cadáver exquisito,
la palabra Breton que una bailarina andaluza
deja caer entre las piernas dibujadas por Magritte.
¿Qué importancia tiene el Surrealismo
ante este Manifiesto abandono de su obra
en el quirófano de la prosa doméstica
más surrealista que el Surrealismo?
Mejor muerto que ahora volando
sobre las terrazas de París,
hacia donde la indiferencia mueve
su verso alado como pez,
que teje un mar y otro mar,
la red en su principio y fin,
el inacabado hilo de un sueño
que se frota ante un espejo de luz,
y voilá la poesía.
Rolando Gabrielli

Cuando yo no era poeta/por broma dije que lo era./Yo no había escrito ningun verso/pero admiraba el sombrero alón/del poeta del pueblo./Una mañana me encontré en la calle con mi vecina./Ella me preguntó si de verdad era poeta./Ella tenía catorce años./Esa vez llevaba un ramo de ilusiones./Despues una anémona en el pelo./La tercera vez un gladiolo entre los labios./La cuarta vez no llevaba ninguna flor,/yo le pregunte el significado de eso a las flores de la plaza/que no supieron responderme./Ella había traducido para mí poemas de Ferdinand von Saar./Yo no le dí nada a cambio./No quería desprenderme ni de una hoja de cuaderno.
Sus ojos disparaban balas de amor calibre 44./Eso me daba insomnio./Me encerré mucho tiempo en mi pieza./salí la halle en la plaza y no me saludo./Volví a mi casa y escribí mi primer poema.
Jorge Teillier
Rolando Denver vio la ciudad antes de conocerla/imaginó las calles cruzando el bajo Denver/No olvidó jamás el cuerpo/de la nieve deslizarse un amanecer/cuando el verano volvía a vivir en Denver/un sueño que ninguna memoria borraría/aún si se perdieran las huellas de sus pisadas/en Denver.
(Corten) 
¿La poesía sólo tiene y guarda secretos  para el  poeta?
(Corten)
Con usura ningún hombre tiene una casa de buena piedra
cada bloque pulido bien encajado
para que el dibujo pueda cubrir su cara,
con usura
ningún hombre tiene un paraíso pintado en la pared de su iglesia
Ezra Pound
¿La poesía es carroña  de buitres en Internet? ¿Una urraca escarva en la Red y aparece el gran poema?
(Corten)
Un poema puede estar escrito en un libro olvidado en un librero y  formar parte de un libro no visitado por un lector, pero las palabras verdaderas tienen las suficientes agallas para seguir respirando por su propia cuenta.
(Corten)
Un poema es la superficie del carozo de su fruto. El poema no tiene corazón, porque debe latir por todas partes. Se sabe escrito por la yema de los dedos. Nunca niega lo que es, ni su reflejo y menos lo que no dice.

La poesía es un estado de muchas cosas repentinas, acumuladas, sorprendentes, obsesivamente, registradas y rumiadas. Todo está en gestación frente al poema, latente. No hay gracia, sino un panal lleno de palabras. La poesía carga sus dados y juega. Si el poema es redondo como un cuadrado, gana el lector. La X del poema nunca se despeja. El poema siempre interroga. Hilo suspendido en el Verbo, lenguaje de relucientes opacas monedas, madera húmeda, la red se atrapa a sí misma, en la palabra que la convierte en mariposa.
(Corten)
Una nada
fuimos, somos, seremos,/floreciendo: /rosa de/nada, de nadie.
Paul Celan
(Corten)
En Febrero el verano atraviesa mi memoria.
(Corten)
Esto es poesía: "He  visto el agua que se impide así misma correr. Si el agua está bien acostumbrada, si es tu agua, no se derrama aunque la garrafa se rompa en mil pedazos.
Henri Micheaux
(Corten)
Un poema que se lee al revés no fue escrito necesariamente por un árabe. O si tiene signos, por un chino. La poesía contiene todos los signos  y señales, es infinita como el universo en expansión. El poema, quiero decir, no requiere de trucos.
(Corten)
Todo poema es una totalidad cerrada sobre sí misma...
Octavio Paz
Mi poesía /es como la siempreviva /paga su precio /a la existencia /en término de asperidad.
Roque Dalton
La poesía es un dragón que no requiere de fuegos artificiales
(Corten)
...preparo la mesa, enciendo un dedo, sobre la erosión de la tierra está la rosa, instrumento general para el cultivo de los grandes poemas y piezas clásicas. Ahora mismo llueve y de mi nariz siguen lloviendo vestigios de un mundo despertado. Sueño? Pesadilla? Traedme el abrigo, el paraguas y que lluevan poemas por doquier...!
Javier Alvarado
Corten)
¿La poesía tiene un Norte o un Sur?
(Corten)
El poema es una isla sin mar ni palabras. Tal vez un vaso de agua seco.
(Corten)
Las palabras no presentan batallas, son soldados permanentes.
(Corten)
La poesía es cosa del pasado, presente, del futuro. De hoy y mañana. Siempre.
(Corten)
La Musa me dijo: soy mi propia canción desesperada
(Corten)
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía eres tú.
Gustavo Adolfo Bécquer
Todas las escuelas de poesía deben repetir el curso frente  a la página en blanco como el primer día de clases.
(Corten)
¿La poesía se mira en un espejo roto?
(Corten)
Somos los hombres huecos
Los hombres rellenos de aserrín
Que se apoyan unos contra otros
Con cabezas embutidas de paja.
El poeta “no es nunca el manojo de accidente e incoherencia que se sienta a desayunar.” T. S.
T.S. Eliot
(Corten)
Poema
Tú eliges el lugar de la herida/en donde hablamos nuestro silencio./Tú haces de mi vida/
esta ceremonia demasiado pura
Alejandra Pizarnik
(Corten)
La Musa tiene tres opciones ante un poeta. Escribe, escribe, escribe.
(Corten)
Nada consume más que la pasión por un poema.
(Corten)
¿Cómo vivir sin algo desconocido ante nosotros?
Los hombres de hoy quieren un poema a imagen de su vida, hecha con tan pocas atenciones, con tan escaso espacio, y abrasada por la intolerancia.
Porque ya no les está permitido actuar de modo supremo, en esa fatal preocupación por destruirse por medio de sus semejantes, porque su inerte riqueza los frena y los encadena, los hombres de hoy, debilitado el instinto, pierden, aunque se conserven vivos, hasta el polvo de sus nombres.
René Char
(Corten)
La poesía es pólvora mojada en medio de un lenguaje contaminado, que se desmantela antes de tocar tierra. Los sentidos cargados en el poema y su lenguaje, son cáscara, ceniza, polvo, y sólo el gusano prospera. La poesía es el cadáver exquisito proclamado por los surrealistas, pero yace a la intemperie, no como reina subyugada por la palabra, inefable dama, sino chasqueada por los dedos de un mesonero, empujada detrás del atril con vergüenza y miedo. No anida, no vuela, no sueña, no nada, y no dejan que el poema se sueñe así mismo en su pobre perfomance de tía solterona, quinceañera desdentada, gitana sin amuleto.
¿La poesía escribe su epitafio? No hay tal suicidio, ni corroboración y menos consentimiento. La poesía es casi un acto de fe, ni siquiera una vocación tardía o el soplo azucarado de un domingo bajo los frondosos robles o los ingenuos, melancólicos sauces llorones. De cualquier manera, la poesía subyace y yace bajo palabra, convicta de su olvido. Y bajo la lápida del mercado, aún respira. Ha superado la horca, la guillotina, la bala en la sien, la anestesia del tiempo, cloroformos burocráticos estatales, el infinito menosprecio privado y esta actual indolencia editorial, enfermedad terminal del mercado.
El mundo está en crisis, no la poesía. La culpa no la tiene la huella, sino quien la ignora o confunde, deja de percibir un camino. Forma sobre la forma, el poema es la nueva retórica, botón de una sola rosa, la que reinventa cada lectura. ¿La poesía muere en su cuna o tiene tradición en el futuro? Es un espejo al revés.
OH, lector
mírame a los ojos
y no a las palabras.
Piensa en mi epitafio,
escríbelo, libérame
de la posteridad.
Estoy impreso,
cosido en tus ojos. (R.G)



domingo, enero 29, 2012

Mauricio Amster, no fue una Fe de errata





Las personas  pueden sorprendernos en vida por su originalidad, simpatía, calidad humana, profesionalismo, dedicaciòn, humildad, sabiduría, generosidad y todos los etcéteras de las cualidades y de la ética del ser humano. A veces no todo aflora, ni es transparente o no es posible acercarse al conjunto de esa personalidad porque desconocemos completamente su pasado o como en los mapas cuando se buscan los tesoros solo tenemos una parte de la geografía del lugar. Mauricio Amster fue mi profesor, quien me enseñò a distinguir las tipografías, corregir, diseñar, observar y amar los libros, aunque eso no se expresara claramente en el juego de una clase de Periodismo.
A lo que voy, es que estaba convencido que era de nacionalidad española y refugiado de la Guerra Civil, como tantos otros españoles que llegaron a Chile, Mèxico, Argentina, Uruguay,  a Amèrica latina. Tan lejos no andaba cuando la referencia era que llegò en el Winnepeg nerudiano a Valparaíso, el barco que  Neruda fletó desde Francia  con un par de miles de  artesanos, profesionales, artistas, profesores, intelectuales españoles que formarían parte, muchos de ellos, de la diáspora màs ilustrada de la España republicana.
Amster nos miraba detrás de sus espejuelos como si el mismo formara parte de un tipografía errática, nàufraga y  absolutamente coherente al mismo tiempo, con la justa medida. Recuerdo su voz sin ninguna  pretensión, su mirada, la dedicación, su pasión  quizás no enfática, disimulada, ese garbo de los artistas y eruditos que no  necesitan sobrepasar la lìnea de su propio honor.
Nunca pensé que Mauricio Amster, quien disponía de sus talentos y capacidades absolutas en el diseño de las portadas  de los libros de Neruda, la Mistral, Huidobro, Manuel Rojas, Lihn y muchos otros, era  un inmigrante judío  polaco que había abandonado Alemania al filo de la navaja. Recorrió muchas màs millas que las del  viejo Winnepeg y su  naufragio era por  mares históricos profundos, detrás de los ojos de este hombre que no levantaba la voz ni para deletrear la consonante màs aguda. En 1931, Federico García Lorca le había encargado la diagramación  de la priemra edición de su poema Del Cante jondo.
 A Mauricio Amster, que había atravesado el Atlántico y màs, según me vengo a  enterarme por un reciente comentario del diario chileno La Tercera, no se le movía un músculo del rostro cuando entraba en materia, viajaba, soñaba, creo, se refugiaba en la estética para superar  ese tiempo de dolor con su nueva tipografía existencial que no abandonaría hasta sus días finales. Huyendo de Alemania que entraba en la Segunda Guerra Mundial-ya traía el peso de la Primera en su pueblo natal polaco Lviv- llegó a España para salir en el Winnipeg y escapar del fascismo franquista y llegó a Chile, donde también le tocó vivir el golpe de Estado de Pinochet. Un recorrido hacia la muerte que siempre  supo superar como una suerte de Fe de errata en el error de sus verdugos y despuès enmendarlo él, con su propia capacidad existencial. 
¿Cómo un tipógrafo huía de la propia  impresión que le  ocasionaban estas guerras salvajes e inútiles y le perseguían desde niño? 
 Con el El profesor Amster, una de las eminencias del Pedagógico de la Universidad de Chile en la época que me  tocó estudiar, solo cruzàbamos conversaciones tipográficas y siempre desconocí al verdadero y extraordinario personaje que tenía delante de mí, por timidez, su sagrado silencio que es como una bruma que cargan los exiliados. Ahora lo veo claramente en ese desplazamiento lento, acucioso, informal, distraído,
nunca distante, ensimismado, pero presente, como si siempre estuviera acompañado de su abecedario personal. Mostraba el rigor de la disciplina y después me entero que así fue en las cuatro décadas  en que vivió en Chile para suerte de los chilenos, a quienes nos enseñó su estilo en las artes gráficas por cuatro décadas. No hay otro profesional que haya incursionado con tal masividad en las editoriales chilenas, sistematización, originalidad, sustentación, oficio.
Amster, posiblemente vivió sus mejores tiempos en Chile, una època dorada en paz, democracia y con ambiente intelectual.  Una época en que  Chile era un país de refugio, asilo contra la opresión, y todos nos beneficiábamos de ese clima de tolerancia, aceptación del otro, un tiempo  solidario.  18 mil  asilados  contó la dictadura en su momento. Una lista negra, lo que era el orgullo de la democracia chilena. Amster dejó huella profunda en las grandes editoriales  chilenas.
 La intolerancia le pisó los talones, pero no lo alcanzó.