Alguna historia tendrás para
contar,
en una época  escrita a
 pulso,
digital, infernal y  de horas muertas,
estúpidamente muertas.
Los ejércitos preparan  sus flotas,
 sus soldados  ponen a
volar aviones,
a respirar sus  radares frente a los misiles
y submarinos nucleares  bajo el mar.
Todos parecieran soñar con otros
mundos,
al límite y cantar el adiós
a las próximas generaciones,
como si fuera el último vals,
      heredar
 monumentos al soldado desconocido,
ese que murió sin darse cuenta,
ni saber quien apretó el botón. 
Después de todo, dirán,
nos unieron  aquellas cosas
triviales
de la guerra, algo que nunca pasará  de moda,
mientras exista un hombre en la
tierra, 
desde quién sabe  cuándo y por qué.
Rolando Gabrielli©2017