La poesía es como un corcho en el agua: flota, se hunde, sobrevive, naufraga, asoma y siempre viaja por un gran río profundo, interminable, de vocales y consonantes, más bellas, duras, sutilmente visibles o etéreas las palabras, imágenes, metáforas. La literatura es también este viaje indescifrable. Siempre habrá un puerto para un último poema o novela, pero el corcho se reanimará en otro río, que es el mismo, para continuar su periplo, el ciclo sobre la superficie, el naufragio, la zozobra personal de la palabra.
Una vez el corcho entra en el agua, sabe que viene un largo viaje, pero reconoce sus habilidades, pericias, la materia que lo conforma, y su fortaleza está en la fragilidad, en el vaivén de su instinto ante los deasafíos de esas aguas, la aventura, de la palabra como en el poema.
El corcho es tan hermético como la palabra, una metáfora en sí mismo. El corcho tiene su propio oxígeno, como la palabra, es un aire que atraviesa el tiempo y las distancias.
Rolando Gabrielli nació en Santiago de Chile. Estudió Periodismo en la Universidad de Chile.
Ejerció hasta el 11 de septiembre de 1973 en su país. Fue Corresponsal Extranjero en Colombia y Panamá (1975-79).
Funcionario Internacional durante una dècada, Editor de una publicación científico-técnica y económica, con circulación en 56 países, columnista de la revista alemana D+C (1979-89).
Escribió para periódicos panameños como Analista Internacional y trabajó en el programa de la Unión Europea-PNUD, Tips On Line.
Asesor en estrategias empresariales, editor de Suplementos especializados, ha trabajado en marketing. Labora desde hace más de dos décadas en una reconocida empresa de arquitectura. Hace más de 25 años se inició en Internet. El Blog contiene más de 5350 textos. Es admirador de Silvia Banfield.
Ha publicado dos libros de
Poesìa en Colombia: Entre parèntesis, amor y Los Poetas de Chile.
Tiene varios libros por editar: poesía y prosa.
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