sábado, septiembre 17, 2022

Inanición

El Diccionario contiene todas las palabras que puede y aprueban los académicos de la Lengua. El idioma está vivo, va y viene en la voz del pueblo, respira su tiempo en cada época, acuña nuevas palabras y borra otras, algunas permanecen en la memoria. Somos una pequeña Babel, nuestra propia autopista y laberinto. Vamos desde el paciente  del Diván, antes de las tribus, a las incontenibles redes, la más grande Babel de todos los tiempos. Monólogo, diálogo y esta dispersión infinita del verbo que agita conciencias, mueve sentidos, verborrea las mentes banales. El lenguaje nombra e inventa casi todo, disfruta recreándose así misma la palabra, arrinconada por la nueva diva de la pantalla digital y los escenarios distópicos en tiempo presente y virtual: la ubicua Imagen que todo lo muestra ante los ojos y nadie le niega una sola palabra, aunque también se camaleonea con sus propios trucos.

La palabra crea su propio mundo y en épocas de crisis es cuando más viva pareciera estar. Se reinventa  y hace lo mismo con los demás actores y protagonistas y simples pasajeros del abecedario común y corriente. La lista es larga, en pandemia nos enfermaron con estas nuevas vacunas del lenguaje, inocularon el virus de la palabra.

Las palabras  crearon una nueva actitud aparentemente en círculos vanguardistas y un espíritu acotado a la nueva religión tecnológica. Se habla de nuevos paradigmas, un cambio civilizatorio, un nuevo orden mundial, el fin del gobierno unipolar. Las palabras tienen un alcance inimaginable, ilimitado, capaces de nombrar a las estrellas, escalar montañas y sumergirse en las profundidades marinas, porque ya han recorrido los desiertos.

Seguirán su curso como la misma historia humana y una de las interrogantes, podría ser, cuál será la última palabra y quién la tendrá en su boca.

Sin embargo, más allá  de los fakes news que son palabras e imágenes vigentes, aunque siempre existieron en su versión antigua, más humilde, menos vistosa, más lenta, me detengo en una  que atenta contra el alma de  toda la humanidad. Me refiero a Inanición, una palabra latina, llena de vacío, es que lo vano, fútil carece de vida. Es una palabra vacua , pero no es su culpa. Sucede que  fue creada para nombrar, como todas las palabras son inocentes. Hace 1.500 años, el Dr romano, Celio Aureliano  ya utilizaba  el vocablo Inanitio, significando debilidad. Así las palabras van adquiriendo su propio sentido y acuden prestas a interpretar situaciones en cualquier ocasión.

Inanición es la palabra que recorre el mundo como un fantasma. cientos de millones la padecen, los hambrientos de nuestro tiempo, no es una palabra agradable, pero refleja lo que significa, traduce  con suma precisión el estado de personas  que se separan de su propia existencia. Primero viene el Hambre, una palabra que se devora la propia condición humana, y da paso a la Inanición. Es la muerte en vida, esa que refleja la fotografía africana en medio de la corona  imperial británica y que no requiere palabras.

El mundo está lleno de palabras, no parecieran faltar ni sobrar, saben su lugar y tiempo, simplemente se expresan con toda la carga del lenguaje e intención de su contenido. Pero el mundo  está también lleno de seres humanos, más de 7 mil millones, y no todos viven en las mejores condiciones. No es nuevo, es cierto. Pero los tiempos le pisan los talones al hambre, de acuerdo  con los organismos internacionales y el nivel de crisis que enfrenta el mundo se dispara. Las palabras también saben tomar el pulso a la crisis en todas sus dimensiones, prácticamente la respiran. No son culpables por lo que dicen o no dicen, ocultan, callan, silencian, mienten, engañan. No hay palabras falsas, ni tienen faltas de ortografía.

Quien las manipula, no siempre tendrá la última palabra.

Rolando Gabrielli2022

viernes, septiembre 16, 2022

Ya viene

La montaña no se mueve,

es su mensaje,

sigue inmutable la roca,

no se moverá,

ni más cerca, ni más lejos.

La roca funda otras rocas,

ahí radica su fuerza.

Rolando Gabrielli 2022

martes, septiembre 13, 2022

Godard, la huella indeleble de un lobo solitario


"El cine no escapa al paso del tiempo. El cine es el paso del tiempo" JLG

 Godard, Godard, ha muerto y a mí se me muere una  época feliz: los sesenta, aunque en sus postrimerías, esa década comenzó a agitarse.  Era el inicio de la aldea global y se luchaba, me parece, por conquistar los caminos de la libertad.  Por esos años andábamos sin libreto  como las películas de este francés informal, hipnótico, padre del cine de la nouvelle vague, la nueva ola, que nos deslumbró con más de 100 películas y cortometrajes a lo largo de su extensa vida creativa. No estoy para  hablar de su  desaparición física, es un  tema que me fastidia, cuando se nos va  alguien más que un compañero de ruta y sueños.
PRELUDIO DE MAYO DEL 68
Jean - Luc Godard bajó el  último telón de su vida a los 91 años en Suiza, y aquí, rodeado del mundo digital, donde habita mi otro sobreviviente yo, a nadie le importa, no saben quien era Belmondo, ni la Bardot, menos el Libro Rojo de Mao, ni sospechan que el cineasta francés  nos preludió el Mayo del 68, un asalto al poder de los jóvenes universitarios y sindicalistas, en Francia. La Chinoise, un filme Godard, se centra en la revolución maoísta, un guiño al Mayo francés que impactó a nivel mundial: la imaginación al poder. Los jóvenes franceses llamaban a tomar el cielo por asalto. Esos aires libertarios, contestatarios, se dispersaron por el mundo con mayor o menor intensidad, pero se hicieron presentes en nuestra generación, tocaron nuestras costas y sentidos.
Así como miró e interpretó la realidad desde su cámara, dialogó, monologó con sus espectadores, a través de su arte revolucionario, innovador, cuestionador, iconoclasta, se expresó pública y políticamente: "Mi lucha es una lucha contra el cine americano, contra el imperialismo económico y estético del cine americano". Fue muy explícito, como se desprende de sus propias palabras, que no ocultaban su pensamiento, ideología, postura política. 
Escogió un martes 13 del calendario del año 2022, no estaba enfermo, solo cansado, agotado quizás, aburrido de este mundo que hace lo imposible por  caminar hacia el precipicio, y en la paz de su espíritu, rodeado de su familia, ahí a orillas del Lago Leman. Ya había convenido su partida con la eutanasia  legalizada en Suiza y seguramente  con su familia. Polvo al polvo, y nos queda la intensidad de su lenguaje cinematográfico, la imagen imborrable de su palabra visual y el libreto único de su narrativa.
LA BARDOT CREÓ LA MUJER
A los jóvenes de la generación de los sesenta les abrió un camino y ahí nacía en esos  plácidos años, con Roger Vadim, la Bardot, Y Dios creo a la mujer, pero Godard había entrado con su propio círculo virtuoso Al final de la escapada con Belmondo y el icono que crearía: Jean Seberg. En El desprecio (1963), entra la Bardot total, sicológicamente  madura, resuelta, hay cine dentro del cine, la seducción del cuerpo también se toma la pantalla, esa mujer fatal que BB supo vivir y encarnar como ninguna. Mi generación rompió la taquilla en los sesenta y la Bardot tuvo mucho que ver y nos dejó ver. Los sesenta  fueron diseñados para la Bardot, el erotismo de una primavera cuidadosamente descuidada. Ella también fue la nouvelle vague.

DIRECTOR DE CULTO, HIJO DEL  CINE CLUB
Para decirlo en pocas palabras fue un artista vertical, se podía compartir con él, el exilio en su propia casa como reconocía, algo muy de esta época que nos lleva de la mano no sabemos a qué infierno.
Para Truffaut, un compañero de ruta mítico, icónico como Godard, Jean- Luc era el más grande y sin ser el único que filma como respira, respiraba mejor que los otros directores, comentó en una oportunidad. Godard, digo, nos deja sin aliento
Fue  un Director de culto por sobre todas las  cosas, pero también un taquillero y obtuvo tantos premios  y reconocimientos como su búsqueda permanente de un nuevo lenguaje para el cine, le permitieron. Hijo del Cine club  del Barrio Latino post Segunda Guerra Mundial, se rodeó del Arte de la crítica, del debate, de la palabra, del mundo real de la ficción cinematográfico, ahí, pulsó su propia historia y futuro. ¿Un lobo solitario a la caza de su propio espejismo? Un poeta vanguardista de la imagen, venía de las orillas apacibles del Lago Leman, de una familia suiza  burguesa, a marcar una diferencia  donde se inventó el cine, en la Francia de post guerra, en el mítico Quartier Latin, por donde se paseó La Maga de  Cortázar. El Barrio Latino, hogar, cuna de artistas de la Francia profunda sin puntos cardinales fijos, le dio alas a este innovador per se, que no creía en el cine tradicional, lineal y le plantó cara con su propia poética, visión de la política, época, simplemente no tenía reglas Jean- y esa parecía ser su única regla.

ESCRIBÍA EN LA BIBLIA DE LA CINEMATOGRAFÍA
 Cada artista tiene su propio disparador, inicio, impulso, y Godard lo tuvo en un libro de Malraux: Esbozo de una cinematografía de cine, y a partir de allí arrancó. No se montó en una cámara Tik Tok o You Tube y se lanzó por las calles  con su visión Instagram de París a arrancar  todo el realismo a la realidad, había estudiado antropología, interesado por la pintura, leía todo lo que le caía de cine a las manos,  discutía una nueva manera de hacer cine con Truffaut (Los 400 Golpes) en el hervidero del cine club, donde acudían religiosamente. Escribían en la Biblia del cinematografía europea, Cahiers du cinéma. Con el tiempo se comerían la nueva realidad con ojos  de águilas y la recrearían en las pantallas.
Godard, en cuanto a lo  experimental, a la maquinaria cinematográfica que llevaba en su cabeza, a la fecundidad de su obra, el hecho de trabajar  con el icono francés de su época en algún momento, Brigitte Bardot, su enorme curiosidad, capacidad de lectura, incursión como narrador, sí,- guardadas todas las proporciones que algún aguzado lector  pudiera pensar, me recuerda a Raúl Ruíz, un director pantagruélico que también trabajó con el icono francés de su época: Catherine Deneuve. Ruíz hizo más de un centenar de películas, la mayoría en Europa, Cahier du Cinema le dedicó un número y tuvo el privilegio de llevar al cine la novela cumbre francesa: En búsqueda del tiempo perdido de Proust.

HAY MUCHA POESÍA EN GODARD
JLG, en  los tiempos del Mayo francés, en su lucha de denuncia contra el sistema, llegó a  borrar su nombre de cualquier crédito, entró anónimo de lleno a la causa de subvertir el cine, asumió un rol de maestro desde el anonimato, de utilidad  pública  en favor de una nueva estética. Estaba inmersos en la revolución de su revolución. Siguió siempre ese camino con el video y el cine digital. Hay mucho por ver y estudiar de Godard, no todo llegó a América latina, como HISTORIAS(S) DEL CINE, una época comparable  a los trabajos de escritores ya célebres por sus incursiones  que no parecieran tener tiempo en el tiempo con Joyce y Proust, clásicos indiscutidos además. Hay mucha poesía en Godard  y con esta afirmación no quisiera ofender a ningún otro autor. Supo utilizar  todas las herramientas tecnológicas que tuvo a su disposición en el siglo XX y XXI, sin desprenderse, por decir algo no ofensivo, de su propia visión estética, no se traicionó al momento porque tenía algo, mucho, diría, que decirnos. Usó las palabras además de las imágenes, porque el venía del lenguaje escrito.  Fue un cineasta siempre vigente, actual, futurista, inteligente. Todos los habitantes del mundo digital debieran ver Adiós al Lenguaje, no son simples  ideas o miradas, JLG se pregunta que hay detrás de las imágenes, ya no le quedan palabras,  es un cine de un nuevo presente, mezcla del pasado y del aquí y ahora, en imagen tridimensional: son los juegos verbales de JLG. Hay un tono de despedida, hablamos del 2014.
 En Godard hay Pop, nunca estuvo fuera de la historia: Viet nam, su cabeza lo filmó todo.  
No hay mejor reconocimiento para un autor, en este caso Godard, que  volver a revisitar su obra o iniciarse en ella.  Y lo amerita por su valor ético, estético, innovador, crítico de su tiempo, revolucionario en el  profundo sentido de  la palabra,  en una época   donde la estupidez sigue ganando terreno  y está dispuesta a llevarse todos los óscares.  
Rolando Gabrielli 2022  
------------------------------
LA CARTELERA GODARD
Vivir la vida
Banda aparte
Pierrot el Loco
Week end
El libro de imágenes
Yo te saludo, María etc. etc.-------

El viento de la primavera

 I.

Oye, 

què dirà  el Señor Kafka, 

si el viento de la primavera cae

de cùbito dorsal 

sobre la  Zona Cero 

en la bella Manhattan y  la bolsa de WS 

se hincha como un gran sapo,

croac, croac, croac.

Este mundo es un  pantano

-me dices-

suenan invisibles las doradas monedas

de la prosperidad, esquivas,

con sus dos caras ocultas

que duplican un mismo rostro,

irresistibles ruedan sobre la mano avara

que sabrá multiplicarlas en su altar. 

El mundo no está para bromas,

sonríes y crees en un mejor  tiempo 

en el estricto orden de los días

y ves en los nubarrones que nada

bueno presagian, nada.

II.

Què desastre, què terror 

no aprender de las palomas

que cagan y vuelan inocentes 

por la ciudad temblando sus alas

como papeles sin aire

y saben ignorar la tentación

de una guerra nuclear. 

No esperemos una crisis màs,

vayamos  al Oràculo de Delfos

sin tardar, amor, 

alguien debe ver por nosotros,

el futuro que no nos caerá del cielo,

como si despertáramos una mañana

sin más noticias  que ver

pasar falsos titulares,

como un cancionero pasado de moda

que repite en su mantra matinal

un locutor de turno escogido al azar.

 III.

Musa, si quieres conocer mi nueva poesía,

las palabras  que en tus raíces

nacen y traías, con todo el asombro

de sus verbos, vocales y consonantes,

las que ahora te vuelven a nombrar y convocan,

como lo hicieran tantas veces.

Esta es mi señal aquí y ahora en el poema

que escribes con mis palabras y yo leo

sin saber que el futuro reescribe el pasado

y el presente no lo olvida.

 IV.

La primavera está donde tú estás,

ni siquiera lo volveré a preguntar,

aquí la lluvia es la estación

sin tiempo ni lugar, 

que tan bien conoces.

Es cierto, el paisaje se distrae,

confunde aún detrás del ventanal,

siento que  va en un cortejo

al país de la lluvia.

Rolando Gabrielli 2022

domingo, septiembre 11, 2022

No tengo memoria

 No tengo memoria

para tanta historia

para escribir si estoy desaparecido,

leer si no estoy vivo,

hablar si nos dejaron

mudos las palabras.

Le rompieron el espinazo al país,

 le arrancaron la piel

a los más pobres,

los ojos, los sueños, la vida,

no se conformaron

con matar por matar,

sembrar de horror el horror,

el lugar que la noche

no cubre ni espera.

Rolando Gabrielli 2022

Un domingo

 Un domingo,

una gota de agua,

frente a mi ventana.

Me recuerda

un invierno

en tu memoria,

lágrimas, lágrimas.

Rolando Gabrielli 2022