Marzo se despide como si no supiera lo que hace, enloquecido naturalmente de naturaleza loca. El mundo ya es otra cosa. Si alguien desea detenerlo, que se acueste en la lìnea fèrrea al paso del tren bala. Yo no hablo de lo que ocurre por allà, ni entonces, ni despuès. Eso tiene sus satèlites y reporteros que cubren todo lo que se puede o debe ver. El mundo no ha dejado de ser una gran noticia desde el Big Bang. Un estallido gigante que nos tiene aquì contemplando la luna llena y las estrellas. Las novedades en el mundo siguen siendo las mismas. No voy a recordàrtelas, querido Internauta_Lector. ¿Para què bostezar juntos? Esa es la cuestiòn y sigue vigente el loco Hamlet. Seguirà ocurriendo de todo y sòlo habrìa que agregarle un poco de mayonesa, para no saturar la locura de muchos de los acontecimientos. La Casa de los Locos tiene puertas de vaivèn. Van y vienen las personas. No se trata de no hacernos ilusiones, porque la ilusiòn se hace sola. Casi todos sabemos lo mismo. Casi todos no sabemos nada. Casi todos estamos en vìas de saber. Casi saber y no saber, da lo mismo. Es cierto, se puede morir al nacer, pero una vez vivo no sòlo es cuestiòn de tiempo, sino resistir.
Marzo levanta su carpa, bah!, su novedad es plana. El horizonte de la ciudad es el mar. Nadie explica mejor que el rìo, el curso de sus aguas. La mañana està tibia como una paloma en su nido. No sè lo que veràn los que vienen. Yo tengo sòlo mi par de ojos. Dos piernas para ir a buscar el pan. Mis manos son mi frontera. Todos somos pasajeros de nuestro propio cuerpo, paisajes de una misma piel, fuentes de una luz oscura. El mundo ya es otra cosa, dije.
Yo querìa contar algo. En Marzo el Guayacàn floreò tres veces.¿Un acto de amor o locura? ¿O el amor=locura?