Una nube,
nunca es
la misma,
nace y se deshace,
vive màs o menos
solitaria un tiempo,
una mañana,
una tarde,
entre nubes.
Puede ser confundida
con el algodón,
una oveja,
pero nunca pasa
desapercibida
y mucho menos,
cuando se convierte
en agua.
Aún negra,
sombría,
se le ve la cara
de perro sin amo.
Rolando Gabrielli©2016
No hay comentarios.:
Publicar un comentario