la ventana sin cabeza
de Dannie Baker
quedò abierta de par en par,
como un pozo frìo
que leìa las Sagradas Escrituras,
comenzò a disparar
ráfagas de ratatatataaaaaaaaaaa,
es rara mùsica racista
y echaba humo
esa asquerosa madrugada
de ese jueves dìa.
Con sus rabiosos orines
de bestia animal
regresò a su casa a esperar
la policìa
con un saldo de dos muertos
y tres heridos,
-uno no verà màs por un ojo
el atardecer de ninguna parte-,
Ahì Dannie Baker puso una de sus balas.
Misiòn cumplida
en Sunset Beach 340, La Florida.
Rolando Gabrielli©2009
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