El 2009 quedò atràs, cojo, ciego, manco y sordo. Año de promesas incumplidas, las guerras continùan, el medio ambiente sigue deterioràndose, la crisis adquiriò mayorìa de edad, las cifras de la pobreza son espeluznantes, indignantes, y todo fue màs de lo mismo y peor. Dejemos atràs lo que fue una esperanza incumplida, el bumerang de un fracaso anunciado, porque la polìtica retòrica es un vaso de agua en una cancha de esquì. Año, donde la especulaciòn adquiriò categorìa de vicio incontrolable de los insaciables mercachifles del futuro de la humanidad. Se siguen construyendo muros, en ausencia de uno que cayò, y el mundo gira frente a los patrocinios perdidos por un golfista tras sus relaciones extramatrimoniales. La banalidad, lo accesorio, la estupidez, estàn, lamentablemente, en su nivel màs alto y aceptado. Viajè en un taxi hace unos días y en medio de la mùsica salsa, el conductor me confiaba que el presidente Hugo Chàvez ya cuenta con varias bombas atòmicas. No me atrevì a preguntarle que pasaba en Afganistàn o si habìa visto 2012. Diluviaba en la ciudad y no era necesario agregar màs làgrimas a la risa. Se riò de la sequìa que anuncian los metereòlogos. En una mesa de un restaurant, un comensal contaba que España, con 110 millones de habitantes, podìa darse el lujo que un tren descarrilara y murieran 500 mil en Madrid, total ellos tenìan màs habitantes. Nosotros con el tiempo, argumentaba como un anuncio a futuro, llegaremos a eso. Con estos enfoques, el mundo puede dormir tranquilo. No volveràn a desaparecer los dinosaurios. Los marcianos, por fin, somos nosotros. Un iceberg de 140 kilòmetros que viaja por el mar, producto del calentamiento de la tierra, no volverà a hundir al Titanic, asì que no debemos preocuparnos. Anècdotas de un mundo casi digital, que nos asombra porque no pareciera estar constituido de tierra y agua, sino de un extraño vapor que se convierte en imagen ante nuestros ojos, al uso de algùn teclado.
Nos acercamos a la primera dècada del siglo XXI con avances cientìficos notables que nos sorprenden a nosotros mismos e interrogantes que nos recuerdan en bùsqueda de los pasos perdidos. Cada vez sabemos màs de todo y menos de nosotros mismos. Las noticias cambian de dìa, pero suelen ser las mismas. Los soldados van a morir a la guerra. Bin Laden està en las montañas en la frontera de Afganistàn y Pakistàn. El rollo pasa una y otra vez. Si el año se va, que lo haga con prudencia y buena letra. Sin mayores estridencias. Aunque el Primer ministro italiano Silvio Berlusconi fue sorprendido en Milàn por un "desquiciado", quien le arrojò al rostro una rèplica del Duomo de Milàn, rompièndole la cara. Màs que sorpresas, siempre hay sorprendidos. Fellinii pareciera haber retornado al escenario real. La humanidad convierte su cabeza en avestruz y la esconde frente al negro, pavoroso, inaceptable panorama del continente africano. Y aquì en casa, Haitì es el paìs que se extingue a ojos vistas del mundo americano. ¿Aprendiò Haitì a olvidarse de sì mismo? Son las noticias del mundo que no vemos como la de la valiente lìder moral del pueblo saharahui, Aminetu Haidar, en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote, España, hace casi un mes, porque el rey de Marruecos, Hasan II no la deja vivir en su paìs ocupado por el ejèrcito marroquì. El mundo sigue mirando para el lado, mientras el Sahara Occidental continùa secuestrado contra la voluntad de sus habitantes en manos de un rey codicioso que desconoce la autodeterminaciòn, libertad, derechos humanos y de vivir dignamente a su poblaciòn. Asì se està despidiendo el 2009. Aminetu vivìa bajo un techo de miseria vigilada, la muerte civil màs absoluta. Siglo XXI, que verguenza, la historia sigue arrodillada su peor pasado. La causa saharahui es un grano del desierto insignificante en la tempestad de Afganistàn.
Nos acercamos a la primera dècada del siglo XXI con avances cientìficos notables que nos sorprenden a nosotros mismos e interrogantes que nos recuerdan en bùsqueda de los pasos perdidos. Cada vez sabemos màs de todo y menos de nosotros mismos. Las noticias cambian de dìa, pero suelen ser las mismas. Los soldados van a morir a la guerra. Bin Laden està en las montañas en la frontera de Afganistàn y Pakistàn. El rollo pasa una y otra vez. Si el año se va, que lo haga con prudencia y buena letra. Sin mayores estridencias. Aunque el Primer ministro italiano Silvio Berlusconi fue sorprendido en Milàn por un "desquiciado", quien le arrojò al rostro una rèplica del Duomo de Milàn, rompièndole la cara. Màs que sorpresas, siempre hay sorprendidos. Fellinii pareciera haber retornado al escenario real. La humanidad convierte su cabeza en avestruz y la esconde frente al negro, pavoroso, inaceptable panorama del continente africano. Y aquì en casa, Haitì es el paìs que se extingue a ojos vistas del mundo americano. ¿Aprendiò Haitì a olvidarse de sì mismo? Son las noticias del mundo que no vemos como la de la valiente lìder moral del pueblo saharahui, Aminetu Haidar, en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote, España, hace casi un mes, porque el rey de Marruecos, Hasan II no la deja vivir en su paìs ocupado por el ejèrcito marroquì. El mundo sigue mirando para el lado, mientras el Sahara Occidental continùa secuestrado contra la voluntad de sus habitantes en manos de un rey codicioso que desconoce la autodeterminaciòn, libertad, derechos humanos y de vivir dignamente a su poblaciòn. Asì se està despidiendo el 2009. Aminetu vivìa bajo un techo de miseria vigilada, la muerte civil màs absoluta. Siglo XXI, que verguenza, la historia sigue arrodillada su peor pasado. La causa saharahui es un grano del desierto insignificante en la tempestad de Afganistàn.
Desde luego sigue saliendo el sol. No para todos. Parecièramos vivir en un mundo lleno de causas perdidas. Regido ademàs por un silabario escolar de promesas incumplidas. Un año es un tiempo conocido, lo importante es què no hicimos y por què construimos al revès la noche del dìa. ¿ ¿Saldrà el sol en Copenhague? Shakespeare lo dijo hace siglos, algo està podrido en Dinamarca, y ahora no es precisamente el paìs anfitriòn, sino la retòrica de los intereses bastardos.
Dejèmosle partir, al año, se presentò con sus cuatro estaciones en el Norte y Sur, y estas dos tropicales, de lluvia y sol, con que acostumbro a ver el dìa, a moverme frente al mar y la selva hùmeda, como si una pintura naif se estuviera pintando asìmisma. Un gran aguacero siempre lava las calles y como si borrara el instante, presenta un nuevo día. El año es un recurso del tiempo, la formalidad del calendario. Importa que hicimos en ese tiempo, porque suma, corre, dentro de la cuenta regresiva. Este tiempo ya se fue. Viene otro nuevo. De paquete. Made en usted mismo, mi querido internauta, y parta desde allì el primero de enero de este 2010 a punto de convertirse en realidad y una nueva esperanza. El 2010 parece màs un año cercano a las galaxias y a veces me pregunto còmo llegamos hasta aquì casi sin movernos del paraìso perdido. Tan lejos, tan cerca, sin partir. Una nube lenta pasa. Alguien toca la bocina. Otros se pasan a buscar. ¿Si el tiempo nos robara la calma, estarìamos perdidos? En algùn momento algo saldrà a subasta y alguien le pondrà precio a algùn objeto y otro se lo llevarà para instalarlo en algùn lugar.
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