La lengua es un órgano musculoso, eje del gusto y tiene otras funciones determinantes en el habla (lenguaje), en la masticación y deglución de los alimentos. Pero esta nota no se refiere a este poderoso órgano de múltiples sensibilidades, sino al idioma, lo que permite expresarnos, sentir, comunicarnos, transmitir ideas, pensamientos y luego ponerlos en blanco y negro sobre una hoja u ordenador, o en el oído del ser amado, de una persona común y corriente o un niño que requiere de nuestra palabra. La lengua tiene tantos matices y dominarla parece ser un reto para millones de seres humanos, y más cuando no es la propia. El idioma abre puertas e impone barreras. La contaminación, convivencia de las lenguas cada día es más grande, aunque exista una más internacional que otra(s) y son precisamente las palabras las que menos obedecen las fronteras. Su línea en el horizonte es infinita, supera en espacio a cualquier ciudad llena de rascaciaelos.
Mientras se siguen perdiendo lenguas nativas, acosadas por el olvido y el avasallamiento cultural, los linguistas, expertos, siguen estudiando los procesos biculturales que se experimentan en el hombre. De eso trata un reciente estudio, realizado por los investigadores David Luna, de Baruch College, y Torsten Ringberg y Laura A. Peracchio, de la University of Wisconsin-Milwaukee. Ellos estudiaron a grupos de mujeres hispánicas bilingües, "pero con niveles variados de identificación cultural". La conclusión de los estudiosos es nada despreciable y apunta a un aspecto poco estudiado sobre como afecta a las personas manejar dos lenguas. Sostienen en ese sentido que, "La gente que es bicultural y habla dos idiomas puede inconscientemente modificar su personalidad cuando cambia de lenguaje". El idioma puede ser una indicación que activa diferentes marcos específicamente culturales" y el estudio publicado en el Journal of Consumer Research, se descubrió cambios significativos en la autopercepción, en mujeres que interactúan en ambas culturasÑ la latina y anglosajona.
La información revelò asimismo que la gente que es bicultural cambia de marcos más rápida y fácilmente que la gente que es bilingüe, pero que vive en una cultura.
Las mujeres, por su parte, se calificaron de más firmes y resueltas cuando hablan en español que en inglés. En las sesiones en idioma español, los expertos, percibieron a las mujeres como más autosuficientes y extrovertidas".
Entre los diversos ejercicios que hicieron, un grupo de mujeres hispánicas estadounidenses bilingües vieron anuncios publicitarios que exhibían a mujeres en distintosplanos. Observaron los anuncios en un idioma, inglés o español, y seis meses después, volvieron a verlo en el otro lenguaje. Sus percepciones de sí mismas y de las mujeres en los anuncios cambiaron dependiendo del idioma. "Una de las mujeres, consideró al personaje principal de un anuncio, como una mujer independiente y arriesgada en la versión en español, pero como desesperanzada, solitaria y confundida en la versión en inglés".
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