El retrato es de vieja data, tiene historia, más de 25 siglos, y aún permanece en la actualidad como una forma de retener ese presente que ya mañana será pasado. Este retrato tiene varios años, pero lo considero una obra maestra por su simpleza, originalidad y visión de futuro, buceando el pasado. Estoy más viejo, pero no menos juvenil.
La Monalisa o Gioconda, es quizás el retrato más famoso del mundo y aunque le han puesto nombre a quien representa, sigue siendo un maravilloso enigma, el secreto mejor guardado por Leonardo, su autor, y la dama que sonrió para la eternidad. Leonardo, para resumir su obra, talentos, digo, es infinito. Un genio que supera la palabra talento. Reunía, al parecer, todas las inteligencias artificiales.
Lo recuerdo en un gobelino de la última cena en el comedor de mi casa paterna y materna. Quizás no nos dábamos cuenta cuando niños, que Leonardo presidía con una de sus más famosas pinturas, La última cena, nuestros sagrados alimentos.
Sólo sé que mi madre pintaba y quiso ponerme de nombre Leonardo y mi padre se opuso. Cuenta la leyenda que un milano que descendió del cielo se estacionó en la cuna de Leonardo y tocó su rostro con su cola. Un presagio, dice la leyenda
Rolando Gabrielli2024
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