La musa conoce la raíz
de no pocos de estos poemas,
los empujó a nacer y vivir,
-la poesía es un gran parto-
leyó muchos y
los disfrutó,
se miró en su espejo,
se vio y reconoció
en la vida, la
muerte
y esperanza.
(rg)
Aquí está la poesía esta mañana
y para la prosa están los diarios. Guillaume Apollinaire. Zona.
@migos @migas, hoy celebramos 20 años ininterrumpidos de compartir la mesa de la poesía en este Blog. Gracias, gracias por la compañía, por Estar, la presencia de ustedes es irreemplazable.
Un 28 de octubre del 2005 abrimos esta ventana después de algunos años de dar vueltas y vueltas por el ciberespacio sin un espacio, una casa propia, la Casa de la poesía. Sin darnos cuenta, no solo ha pasado el tiempo, sino que contamos con más de 5 mil 780 textos editados, trabajos propios, únicos, para una lectura libre de nuestros internautas. ha sido un largo camino y aquí estamos en el día a día frente a nosotros mismos ya todo el que ame la poesía, casi un oficio secreto en estos días y época.
La velocidad digital, casi no tiene en el radar a la poesía, pero ustedes han dicho presente y eso marca la diferencia parta este y otros tiempos. La ventana, desde un principio se abrió al futuro, porque la poesía, un género milenario, siempre ha estado presente y en todas partes. Que algunos la ignoren y no la vean, a pesar que está frente a sus narices, eso no quiere decir que la Belleza no exista.
Algunos pensarán que es un monólogo, pero lo cierto es que lo es, un monólogo del poeta consigo mismo que hace público en un un diálogo abierto para todos los lectores y amantes de algo más que leer palabras escritas verticalmente. Las palabras no tienen más dueños que los lectores y su horizonte es infinito, trascienden más allá de sí mismas. Cuántas palabras no dichas, cuánto silencio por decir. Hemos abierto este espacio infinito, a ti te corresponde descubrirlo, amigo lector. Ha sido un diálogo abierto, con vivos y muertos, poetas que nos han ayudado a llegar a puerto en medio de la soledad y con que se agita el mundo y que nos mantiene a la intemperie, a mar abierto.
Lee, lee, no dejes de leer una y otra vez un mismo texto, que entre líneas escribe el lenguaje con mayor certeza para los más despiertos. Viajamos juntos en esta nave y nada es más lejos, ni más cerca que la propia distancia que nos proponemos recorrer. Nos acompañan otros poetas, que forman parte de nuestras lecturas, Rimbaud, Óscar Hahn, Panero, Borges, Parra, Neruda, Whitman, Mistral, Vallejo, Huidobro, Pessoa, Baudelaire, Cardenal, Pizarnik, T. S. Eliot, Armando Uribe Arce, paz, Dalton, Ginsberg, , Violeta Parra, Apollinaire, Celan, Armando Rubio, Safo, los clásicos españoles, Arteche, Trakl, Donne, Villon, Garcia Lorca, Char, Millán, Welden, Cuevas, Lihn, Teillier, Zurita, Pound, Bob Dylan, Dylan Thomas y escritores como Cortázar, García Márquez, Rulfo, Onetti, kerouac, Marín, y tantos otros más, que solo la memoria no olvida y los que vendrán.
Todos ellos cocinan las palabras, una y otra vez. Aquí están acompañándonos en estas páginas, vivos y muertos, siempre presentes, porque la poesía no es moda, sino vida. ¿Por qué no, Kafka, sí Kafka, mil veces, el Surrealismo en pleno, Michaux, Bolaño, Cervantes, Rilke, oye, dónde dejamos al Chico Molina, ese duende silencioso, nuestro Pound de bolsillos? Sí, sí, este dandy silencioso, sigiloso, llegado de Lo Gallardo a la gran ciudad de Santiago de Chile, como un Flautista de Hamelín con su encantadora melodía de palabras. Rojo como el sol del ocaso, su rostro vivaz, con uno de sus ojos extraviado hacia otras realidades, parlaba en la exquisitez de las palabras que dimensionaba con su expresión corporal y extendía el verbo con sus manos aguzadas. Un susurro en la nocturnidad de Santiago, ya en los preparativos de la clandestinidad y del silencio.
Venía dando zancadas el apagón cultural del capitán general, la jugada tenebrosa del lugarteniente de la muerte. Chile clandestino había enmudecido, pero no la parla fecunda, el desparpajo del Chico Molina.
Gracias a todos, a quienes se han detenido 60 segundos en estas páginas escritas en las horas muertas, días sin tiempo ni gloria, en la fecha única, exacta de la palabra, un desafío de la imaginación.
La nave sigue su curso a pesar de las guerras, de tanta locura, muerte inútil, destrucción del medio ambiente, enriquecimiento monstruoso de unos pocos, censura de libros, de universidades, libertad de prensa al borde del precipicio, porque la poesía sigue viva invitándonos a SER en el Verbo, como en un principio.

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