jueves, mayo 18, 2006

Apóstoles de un mismo Dios


Apóstoles de un mismo Dios
Crucificado, hélas en la cena del último día,

mujeres más originales que el pecado,
ninfas alegres esperando la cruz del Rey del Gólgota.
Subirán en el ala de la noche, cubiertas de vinagre,
la sed sangrante de estos tiempos.
Nadie las bajará en el acto o ascenderá al cielo.
De todos será el Reino del infierno y el amor,
fuego que los cuerpos lanzan al mismo Lucifer,
mientras el pan es la sombra de una mano abierta,
que deja caer la luz,
que un Judas hace brillar en sus monedas.
Rolando Gabrielli©

Este es un texto que tiene un par de años y ha circulado profusamente, pero viene como anillo al dedo en estos y otros tiempos. El Código Da Vinci sigue siendo noticia y más en estos días con su estreno en las pantallas del mundo. Son 152 minutos muy esperados por un público que fue preparado por un largo tiempo por el best seller, sus escándalos, juegos y la crítica del Opus Dei, que lo ha transformado en un superventas. La reputada crítica cinéfila de Cannes, ha calificado de el "fiasco Da Vinci" a la supermega película. Risas, pitos y una crítica despiadada acompañaron al estreno del filme de Ron Howard. La 59a versión del famoso Festival de Cine de Cannes, partió el miércoles 17 con el estreno fílmico del libro de Dan Brown, que bordea ventas por 400 millones de dólares y se ha leido como una Biblia por un público preparado por el mercado, ávido de encontrar algún eslabón perdido, domesticado por la banalidad, sometido al esoterismo y que cada día se separa más de la verdadera literatura. La crítica ha querido decir que esta vez la película no apoyará el libro, pero en verdad ya no lo necesita, y porque además su exhibición está garantizada en miles de salas a nivel mundial. ¿A quién le importa la crìtica, frente a un paquete de porcorn y una Coca- Cola, para después conversar en el trabajo: yo vi el Código Da Vinci, aunque no he leido el libro? Irá a verla esos dos tipos de público: los que querrán constatar las páginas escritas en el celuloide y los curiosos que nada leen.
Los expertos han dicho que es aburrida. Tiene un final patético. Ron Howard reconociò que ha hecho mucho cine comercial y que escogió esta película sólo porque considera que trata un tema fascinante. "La vida es un misterio continuo y uno de los regalos, de Dios si se quiere, es nuestra curiosidad. Todo lo que estimula la conversación es algo constructivo", subrayó el ganador de dos oscares.
Ahora ya sabemos que el Código Da Vinci no se ganará La Palma de Oro del Festival de Cannes, que durante 10 días examinará 20 filmes. Cuatro películas hispanas disputan el preciado lauro.
Los libros permanecen más tiempo en el tiempo. Las películas pasan de moda y vuelven a desparecer. Son buscadas por algunos en las tiendas de venta. La literatura es otro tema. En este campo las editoriales tienen una mayor responsabilidad. Gestionan de una manera impecable e implacable el mal gusto, olvido por las historias interesantes, el culto a la mediocridad, lo superficial, trivial, la ley del menor esfuerzo, la pequeña intriga. El marketing pretende devorar la lectura como la conocemos.
Rolando Gabrielli©2006

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