miércoles, abril 11, 2012

Borges debe estar muerto de la risa




Jorge Luis debe estar muerto de la risa con esta idea y acusaciòn de plagio a su obra maestra El Aleph. Un escritor lùdico, laberíntico, insaciable lector y "deudor" de todas sus lecturas, recreador original, de todos sus borges, autor de una impecable obra contaminada, concisa, trasgresor de sì mismo y con un lenguaje de rigor espartano. Solo se miraba en el espejo de su obra descreidamente como si no le importara el reflejo de los otros Borges que decìa ignorar, pero amaba sòlo por desconocerles y saber que nunca le pertenecerìan.
Marìa Kodama, su viuda, avalada por su matrimonio en Asunciòn, Paraguay, cuando viajaba Borges como un elefante guiado por su instinto hacia su ùltima morada, , ha interrumpido una vez màs el concierto sublime de la creciente opera prima de la obra de Borges, desde su muerte en 1986, para demandar a un escritor e impresor argentino de 34 años, por editar El Aleph engordado. Pablo Katchadjian, el demandado, de la pequeña Editorial Imprenta Argentina de Poesìa, añadiò 5.600 palabras màs de las 4 mil originales del texto, sin cambiarlo. El tiraje de la obra es para gourmet, solo 200 ejemplares, porque sin duda los tiempos no dan para màs y se trata de un escritor con màs recursos literarios, que econòmicos. El gran juego de la literatura no requiere de millonadas de ejemplares, el pùblico se concentra màs en los casinos, estadios de fùtbol, mall, centros de belleza, cruceros, bestsellers cohelianos, cines, internet, celulares, TV, nintendos, en cualquier lugar de entretenimiento inclusive solitario frente a una pantallita en un aeropuerto de paso hacia alguna parte.
Al leer algunas notas, rastrear en el trasfondo de lo ocurrido, donde no hay muchas pistas, conocièndose lo que es formalmente un plagio: "Copiar o imitar fraudulentamente una obra ajena, particularmente, una obra literaria, artística" (Marìa Moliner). La otra María, Kodama, en declaraciones a Clarìn, zanja, en mi opiniòn, toda duda sobre la existencia de un plagio cuando dice contundentemente y cito textual las palabras del mencionado periòdico argentino: “Toma todo el cuento sin pedir autorización. Hemos perdido el respeto a nosotros mismos, por eso no respetamos a los otros. Si uno usa algo que no es propio, lo mínimo que puede hacer es pedir permiso”. El autor del engorde, da una explicaciòn en una entrevista a Clarìn: "el texto de Borges está intacto pero totalmente cruzado por el mío”.
No es plagio lo que alude la venerable viuda borgiana, màs bien es una queja de procedimientos, malas maneras, falta de cortesìa, consideraciòn, ausencia de protocolos de uso de una obra. La guardiana borgiana esperaba una solicitud y ella sabrìa si extendìa una autorizaciòn o permiso para proceder el autor. No sè si existe un manual de Carreño frente a las obras de Arte. Duchamp fue el màs salvaje, le puso bigotes a la Gioconda. No, al original de Leonardo, no, a su propio invento. Donde trabajo, una oficina de arquitectos, un italiano es fanàtico del ready made del maestro Duchamp y siempre parte de una historia que aplica a sus composiciones de interiores, que recrea con su propia imaginaciòn y apuesta estética. Toma de aquì y de allà, asì construye lo nuevo, que es una suerte de pastiche, pero que no lo es. Es el ready mady que engorda a travèz de una obra original.
Què dice el imputado Pablo K., un personaje que Marìa K., lo està transformando en un caso kafkiano. (Ya había ordenado alfabèticamente el intocable Martìn Fierro). Tiene cara de turco simpático Katchadjian, pero su apellido me recuerda esas exrepùblicas islamistas exsovièticas que comienzan con la letra K. Para Marìa K., los procedimientos de este experimentalista per se, deben ser de terror. Veamos que opina el autor. Son declaraciones al diario La Tercera de Chile:
"Un día, de la nada, escribí en mi libreta: “Engordar textos –p.ej. El Aleph”. Unos meses después empecé a hacerlo. Y fue bastante trabajoso, porque quería permanecer en una posición intermedia al engordar: no ser yo ni tratar de ser Borges, es decir, no perderlo a él ni perderme a mí. Sí deslizarme a veces más para uno y otro lado, pero sin llegar a ser paródico –porque no quería eso– ni tampoco, digamos, hostil y agresivo –ya que el texto me estaba recibiendo, había que ser amable. Y sí: si El Martín Fierro ordenado alfabéticamente está hecho por un robot en un minuto, El Aleph engordado está hecho por un artesano a lo largo de varias semanas".
Sin ver la obra, estamos ante un trabajo habitual en la literatura: la intertextualidad, que es la presencia de un texto en otro. El intertexto es un viejo recurso, y para Barthes todo texto es un intertexto. Las variantes son diversas y el lenguaje tiene esa flexibilidad, riqueza, recurso y un autor consciente de ello, como el propio Borges, nunca recurrirìa al plagio, sin un aviso previo, que tampoco serìa ocupar el sitio del Otro, sino recrearlo en la variante de una nueva imagen frente a un espejo recièn creado. La intertextualidad provoca hibridez y da paso a un texto distinto. La intertextualidad es la parte màs lùdica del lenguaje tal vez, le pone màscaras y sombreros desconocidos, un rostro para cada palabra, idea, imagen.
Gabriela Cabezón de Clarìn cita a Borges, cuando descubriò una intertextualidad sobre sus famosos pròlogos y dedicatorias, muchas veces falsas. El padre de El Aleph, hace gala de su ingenio, modestia y humor y con esta respuesta apaga las velitas del incendio que quiere iniciar María K. : “No recuerdo haber escrito la generosa y acaso justa epístola que me atribuye el señor Álvaro Menen Desleal, a quien no conozco; sospecho que se trata de un ingenioso mosaico de frases mías, tomadas de diversos textos y amplificadas por el mismo señor A.M.D. Ya que el volumen consta de una serie de juegos sobre la vigilia y los sueños, queda la posibilidad de que mi carta sea uno de tales juegos y travesuras.” Borges se refiere al escritor salvadoreño Alvaro Menen Desleal, quien" escribió un libro que tituló Cuentos breves y maravillosos. El primer cuento se llamaba “Prólogo de Borges”: el centroamericano tomó frases encomiosas de, efectivamente, distintos prólogos de Borges, las mezcló, cambió los apellidos de los autores encomiados por el propio y listo, de acuerdo con la periodista de Clarìn.
Segùn el diario Clarìn, la cita legal serà la "Secretaría 110 del Juzgado Número 3. El título, “Demanda por infracción de los artículos 72 y 73 de la Ley 12,723”, –la de propiedad intelectual. Es un delito de la familia de las defraudaciones. La pena, hasta seis años de cárcel". Pablo Katchadjian, comenta el diario, "es un escritor argentino nacido en 1977 y apreciado sobre todo por otros escritores, por su diestro manejo de diversos procedimientos literarios y el cultivo de una poética del absurdo."
La defensa ya tiene padrinos como testigos, los escritores: Cèsar Aira, Beatriz Sarlo, Jorge Panessi y Leonor Acuña. Ellos saben que Pierre Borges Menard fue el Otro autor del Quijote. Lo ùnico en contra de Pablo K, es que entre los sueños de Pierre Menard, era luchar contra los turcos. Pero PM se dio el lujo de escribir los capìtulos noveno y trigèsimo octavo de la primera parte y un fragmento del capìtulo 22 de la obra magna del Manco. Los capìtulos de Pierre Menard son idènticos a los del Quijote, pero no lo son. La literatura nos lleva a caminos desconocidos, es como el amor, siempre hay un destino escrito y otro que lo reescribe. La verdadera autenticidad de Menard, sobre el que se inspirò Borges, tambièn està en entredicho. El maestro nunca dejò su oficio de ficcionador y ser un autor de homenajes a la literatura como fuente de vida, existencia y compromiso con todas las realidades. Su truco consistiò en enseñarnos todos sus trucos.


La reescritura es la firma original de Borges a una parte importante de su obra. El autor de El Hacedor, rehizo el fin del propio Martìn Fierro. Borges no pensaba en Borges, ese escritor era un tipo demasiado desconocido y listo para èl. ¿Còmo controlarlo? Lo dejò ir hasta cuan lejos pudo llegar. Me pareciò una apuesta arriesgada, pero necesaria. Seguramente, si se va a juicio, Borges estarà allì, como Pepe Grillo, soplándolea la oreja ideas a los defensores del turco K, perdònenme los lectores esta licencia literararia y amical. Desde luego sin que lo note Marìa K, lo considerarìa una traiciòn. Pero el tema del traidor, ya es otro tema que Borges manejò casi a la perfecciòn. Despuès de este improbable parèntesis, un poeta chileno nos relata una experiencia notable y que viene al caso, cuando èl estuvo en vida.

Enrique Lihn, poeta chileno, en su comentario Las Vicerrealidades de Rodrigo Lira (1984), nos abona sobre el tema. "A veces-dice Borges- creo que los buenos lectores son cisnes aun màs tenebrosos que los buenos autores" ¿Este es el caso? Lihn, autor de La Pieza oscura y uno de los referentes latinoamericanos de la poesìa, nos da cuenta de su propia experiencia de hace ya 28 años. "Sin ser quizas yo un buen autor, tenìa yo mi tenebroso y sigular lector, relata. Rodrigo Lira, joven poeta chileno que se suicidò, le confes`o a Lihn en una ocasiòn que " no se consideraba poeta sino diestro manipulador del lenguaje y con facilidades para aprender idiomas." Una vez relata Lihn llegó a su hatillo de General Salvo con un ejemplar de su novela La orquesta de cristal corregida, màs bien editada por èl. En una ediciòn hechiza sumò páginas en blanco que se inundaron de las enmiendas, inserciones o eliminaciones y sustituciones, a que habìa sometido mi novela a partir d eun solvente trabajo de corrector. "Algo me halagò abrumadoramente. La correctiva lectura el retoque humorístico de la portada del libro. La reproducciòn parcial de Les Musiciens à la orchestre de Degas y un proyecto ocurrente de la portadilla: la célebre etiqueta del Vemouth Cinzano en la que se habìa sustituido una leyenda por otra- la marca por el tìtulo de la novela- enmarcándolo con una guirnalda de las banderas replegadas de todos los países consumidores del mundo. "El reeditor espontáneo de La orquesta- en palabras y reconocimiento de Lihn-me asegurò que mi libro no habìa llegado a su merecido público, debido a la forma indebida que lo habìa publicado la editorial Sudamericana; doble enunciado en que tenìa la mitad e la razón" Le pedí a Lira el ejemplar de la novela para revisarlo, interesado en conservar esa curiosidad, pero no me pareciò que se tratara de una propuesta realista ni me detuve a pensar qué se ocultaba detràs de ella, cuál podrìa ser la meta propuesta. Lira, en opiniòn de Lihn, era un erudito de la contracultura, del pop y del pop arte. Lo describe como un sabueso del rock o del nuevo jazz, con sus patillas de Sherlock Holmes y marco grueso de sus anteojos.

Lihn llega a una conclusiòn: la escritura de Lira era su modo de inetrvenir la realidad. En el contexto de la obra de Lira y sus parodias, actuaciones en el escenario, en sus textos hiperliterario, Lihn acude a Lacan y lo cita: ¿Què encuentra el hombre en la metonimia, si ha de ser algo màs del poder de rodear la censura social?

Lihn, no solo es un poeta indispensable, sino un crìtico inteligente, acucioso, tenaz. Vuelve a Borges en varios escritos, en 1977, y sostiene que desde el comienzo o casi de su carrera literaria, supo atribuir su obra a otros." Si las páginas de este libro permiten algùn n verso feliz, perdòneme el lector la descortesía de haberlo usurpado yo preciamente". Lihn advierte que solo "los ignorantes o los tontos pueden creerse, si son, ademàs autores ùnicos en su gènero o productores agèneres de una obra ùnica en su especie."

Lihn, que no traga nada sin digerir, se pregunta si Borges ¿no ha invertido parte de su escritura en autofabularse? "Sus textos antioriginales-remacha- tienen (aparentemente) la virtud de remitir explícitamente a otros textos en lugar de ocultar sus fuentes, y, ademàs, se citan unos a otros, encuentran cada uno de ellos, parte de su fuerza de extrañeza y de presuasiòn, en la comunidad de una intertextualidad borgiana."

Todo lo que he hecho, remata Lihn citando a Borges, está en Poe, Stevenson, Wells, Chesterton, y algùn otro.

A mis lectores conocidos y desconocidos, me atrevo a remitirles a mi texto El Insuperable Gordo de Carver, un autor que después de muerto, al parecer sufrió varias cirugías literarias y sobrevivió. El Gordo de Carver es el mismo pero Otro en mi texto, que le acompaña en su real y circunstancial existencia, cenando una noche en un restaurante. Desde el título no me he separado del autor con un elogio merecido, con el superlativo insuperable. Es un Gordo que vive en Denver, además, una connotación intertextual que nos lleva a Rolando Denver. Es un diálogo, en que acompaño a su autor, entre el Gordo y la Camarera, realzando esos bellos momentos de afectos propios del buen servició y la comprensión humana. Son horas aparentemente muertas, pero reales. Carver no dice estas cosas, yo, en mi relato, trabajo una serie de momentos como si todo fuera en un mismo ascensor, pero en ese subir y bajar, nos damos cuenta al final que cambiará una de las vidas. El Gordo de Carver seguirá siendo el mismo, no dejará de vivir en Denver y ser quien es, por más mano que metamos al lenguaje.

Nicanor Parra, el último primer vedette mundial de la poesía chilena, Premio Cervantes con retraso y morosidad, es un antipoeta de la intertextualidad por convicción y alevosía, mediáticamente retirado en el avispero de sus 97 años. Tiene una cita algo incierta, para este 23 de abril en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, con los Reyes de España, Cervantes y la poesía. Su nieto Cristóbal Ugarte, ha informado a los medios que ha renovado su pasaporte, pero que no ha pensado en subirse al avión. En principio será este nuevo descubridor de España, Cristóbal, quien leería un supuesto discurso de su abuelo.El mismo ha dicho que a veces envía un año después sus discursos, que demora tiempo su investigación. Ha dado algunas pistas al diario chileno La Tercera y su enfoque sería El Quijote de Avellaneda. Ya no está el Manco de Lepanto para denunciarlo. Sin embargo, cuenta Milàn kundera, que en 1614 apareciò el Quijote de Avellaneda, Cervantes reaccionò acusando de ladròn a quièn la escribiò, pero sin pedir secuestro de la misma, sòlo lo obligò a modificar un pròlogo. ¿Un guiño intertextual al genial Cervantes y a su obra como a la historia que lleva en su memoria tamaña obra durante tantos siglos? Cristóbal dice que su abuelo no está listo. Lleva tres meses recopilando libros, anotando en sus cuadernos, reflexionando como un Quijote seguramente en Las Cruces, donde cohabita con el siglo XXI. La Tercera revela que Parra, entre sus investigaciones que no son pocas, "que ha escuchado referencias muy lúcidas que vinculan al tango con la obra de Cervantes" ¿Alcanzará Parra a elaborar su discurso? Una gran interrogante aun no dilucidada. El capítulo sexto es una de las grandes pistas que anuncia el medio chileno, porque allí Cervantes se refiere al libro fundacional de Chile: La Araucana, de Alonso Ercilla y Zúñiga. Yo, "esp(e)arraría" un discurso culto, popular, con humor, dedicado al autor y a su obra, original y absolutamente parriano.




Internet es una pista sin lìmites para el plagio en todas y cada una de sus acepciones. El famoso copy-paste, merece un altar y es un idolo de barro que debiera pasearse en una procesiòn por condenados al infierno del olvido. El plagio y el anonimato son dos espantos de un mismo sueño, acariciar la perversidad con la punta de la lengua, sin quemarse. El plagio pareciera ser un bocadillo irresistible. Internet es como la Gran Manzana, todos la muerden hasta saciarse, porque consideran que es un nuevo paraíso recobrado en la palabra.

Existe un plagio, uso y abuso, silencioso en la red de personas que inclusive dan conferencias, dictan cursos en las universidades, escriben libros, discursos, se farolean en la TV etc., con un material que no les pertenece. ¿El plagiador tiene dios, pero no ley?. Las ideas, pareciera, que no tienen padre ni madre, son huérfanas de nacimiento y las usa cualquiera que forme parte del vecindario global, no importa donde habite, si tiene acceso, es suficiente para arrojar su primera piedra como si fuera propia. Antes de Internet, mucho antes y después, como en las antiguas fábulas, el plagio ha funcionado como una máquina selectiva fuera de control y en ocasiones ha alcanzado a escritores laureados con prestigioso premios. Alguien me comentó de un plagio sin contemplación de la Biblia, supe de un poema de Gonzalo Rojas, de una conferencia sobre Neruda que una Cónsul chilena se despachó delante de mis narices y me dijo, "es que iba a citarte". Hay plagios de todos los colores, sabores, tamaños e importancia. Desde las simples ridiculeces del ego a los actos "maquiavélicos", elucubrados, pensados para entrar con saco silencioso a las pàginas violadas, de autores que usaron el magin y desvalijarlas. Existen rateros y artistas de la simulaciòn. El plagio es un trofeo de barro. Es inevitable que el mediocre usurpe lo que no es capaz de elaborar, y no solo ocurre en literatura. El arribismo es una de las piezas maestras que maneja el individuo con ènfasis en la sociedad del siglo XXI y con anterioridad, pero ahora impulsado por el poder y el lucro per se, esa avidez que descorazona, es decir, deja sin corazòn a su autor. El consumismo impulsa y promueve una mentalidad hedonista insaciable y para contentarla se expone a toda suerte de juegos ilìcitos, poder, azar y entrega. Es un escenario que vive por y para el mercado farandulero de gran y medio pelo, ese pequeño actor de la banalidad y sus mùltiples màscaras, que copia con las uñas sucias, porque reescribir requiere de talento.

Rolando Gabrielli©2012

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Kant define la naturaleza de la Obra artìstica como original e inalienable al sujeto productor del discurso artìstico, lo que contemporàneamente serìa el concepto de "Bienes culturales"-
La Declaraciòn Universal sobre Derechos de Autor" 1979 aproximadamente en Francia que fue pionera en pensar estas cuestiones.
Creo que Borges lo hubiera remitido a una ironìa, pensada en el trabajo esforzoso de copiar y a la pobreza intelectual solapada.

Anónimo dijo...

Mirà..yo recuerdo en mis tiempos de escuela, haber leìdo en libros poemas hermosos firmados como anònimos, y siempre me intrigaba, me aparecìa de sumo misterio esa donaciòn sin nombre. Supongo que esto se relaciona con el Renacimiento, donde el autor empieza a firmar su obra, y aparece el individualismo o la subjetividad.
Borges en "La Flor de Coleridge" ( Otras inquisiciones) rescata las palabras de Shelley quièn dice en 1821 "Todos los poemas del pasado, del presente y del porvenir, son episodios o fragmentos de un solo poema infinito erigido por todos los poetas de la obe".
Creo que Borges circula por ahì, aunque por ser un hombre de muchos tiempos tambièn quiso ser Borges y no serlo al mismo tiempo.
La Cultura nos ha puesto en un època de batallas egòlatras, demandas millonarias, y la idea de que el texto tiene cuerpo propio, independientemente del autor, es como los padres que no superan que la vida de los hijos tiene entidad propia màs allà de haberles regalado la vida. Es un Edipo trastocado.